Volver al camino
Ni regreso a Lizarra ni paso atr¨¢s en la exigencia de disoluci¨®n para acceder a la reinserci¨®n
La iniciativa del PNV de convocar con Sortu la manifestaci¨®n que sustitu¨ªa a la prohibida marcha en favor de los presos, ?significa que el partido de Urkullu comparte intereses con la izquierda abertzale y ensaya una ¡°vuelta a Lizarra¡±, es decir a una estrategia frentista de unidad nacionalista con los herederos de Batasuna?
Es una hip¨®tesis poco probable. Porque no le conviene. La experiencia del intento de Ibarretxe en su d¨ªa y la actual de Mas en Catalu?a muestran que ese tipo de pactos refuerza a los m¨¢s radicales en su intento por conquistar la hegemon¨ªa en el seno de la comunidad nacionalista. Y que el PNV no tiene inter¨¦s en ir por ese camino lo prueba el que tuvo en aclarar que la convocatoria de la manifestaci¨®n era una ¡°respuesta excepcional¡± y no el inicio de algo; y en advertir desde el primer momento que ning¨²n miembro del Gobierno de Vitoria participar¨ªa en la movilizaci¨®n.
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A ello se suma la irritaci¨®n provocada en el PNV por el incumplimiento de las condiciones pactadas (manifestaci¨®n silenciosa y ausencia de s¨ªmbolos), que interpreta como prueba de la irresponsabilidad e inmadurez de los dirigentes de Sortu. El desarrollo de la marcha se convierte as¨ª en una vacuna contra la tentaci¨®n de volver a Lizarra en relaci¨®n, por ejemplo, al anunciado debate sobre el autogobierno.
Hace 15 d¨ªas, el objetivo de hacer irreversible el abandono del terrorismo por parte de ETA, inevitablemente ligado a la cuesti¨®n de sus presos, parec¨ªa bastante encauzado a la vista del comunicado en el que se adher¨ªan al cese de ETA y aceptaban la v¨ªa legal para sus demandas penitenciarias. La ulterior detenci¨®n de la abogada Arantza Zuloaga y otras personas, acusadas de constituir el aparato de control de los presos, e incluso de ser sospechosas de decidir por ellos y de ser los verdaderos autores de su comunicado del d¨ªa 28, provoc¨® una irritaci¨®n al menos prematura del PNV; pero tambi¨¦n sarcasmos de otros sectores contra quienes hab¨ªan saludado como un paso adelante ese escrito.
Prematura, porque no esperaron a conocer las pruebas que ten¨ªa el juez, que ayer mismo envi¨® a los detenidos a prisi¨®n mediante un auto en el que argumenta que del material ocupado se deduce que el grupo era ¡°un brazo operativo de ETA misma¡±, encargado de transmitir las ¨®rdenes de la direcci¨®n. Y est¨¢n de m¨¢s los sarcasmos porque si los verdaderos autores o inspiradores del escrito son los encargados de transmitir las ¨®rdenes de la c¨²pula significa que tambi¨¦n la direcci¨®n asume el giro hacia la aceptaci¨®n de la legalidad penitenciaria, incluyendo el procedimiento individual de petici¨®n de beneficios penitenciarios, lo que exluye la hip¨®tesis de negociaci¨®n colectiva pretendido desde siempre.
Ese giro es en buena medida consecuencia de la decisi¨®n del Gobierno de no modificar su pol¨ªtica penitenciaria mientras ETA no se disuelva. Es incoherente, en cambio, la propuesta de impedir que los expresos puedan ser candidatos electorales. Lo que no se hizo cuando ETA mataba, mucho menos tendr¨ªa sentido ahora.
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