Peque?o comentario de texto
Cuando alguien subraya demasiado, tengo tendencia a pensar que est¨¢ mintiendo Ustedes dir¨¢n qui¨¦n ha mentido, los diarios o Aguirre ante el juez Ruz, y por escrito
Hay ¨¦nfasis que delatan, rotundidades que llevan a no creer a quien incurre en ellas. Cuando alguien subraya demasiado, tengo tendencia a pensar que est¨¢ mintiendo. Cuando repite la misma frase tres veces, como suelen hacer tantos pol¨ªticos, aumenta mi convencimiento de que la triple afirmaci¨®n o negaci¨®n es una falsedad palmaria. Claro que no es una regla, uno puede equivocarse. Es s¨®lo una impresi¨®n, y rara vez se puede comprobar lo acertado o equivocado de ella. Ciertos ¨¦nfasis, sin embargo, son tan retorcidos e inauditos que merecen un peque?o comentario de texto. Esperanza Aguirre respondi¨® el mes pasado ¨Cbueno, es un decir¨C, por escrito y en calidad de testigo, a 300 preguntas relacionadas con la trama G¨¹rtel, que durante su presidencia logr¨® la concesi¨®n de casi todos los actos de la Comunidad de Madrid y gan¨® much¨ªsimo dinero. Tanto que al parecer le pagaba un 10% de mordida a Alberto L¨®pez Viejo, viceconsejero de Presidencia y luego consejero de Deportes durante a?os. El hombre no perdonaba un ¡°evento¡±. Cito de este diario: ¡°Cobraba por todo. Daba igual el importe o de qu¨¦ fuera el acto. As¨ª, lleg¨® a cobrar por la organizaci¨®n en 2005 del primer aniversario de los atentados del 11-M (2.848,27 euros) o por la del d¨¦cimo del asesinato de Gregorio Ord¨®?ez (127,10) ¡ Y no hab¨ªa cantidad peque?a ni grande (10,51 por aqu¨ª, 27.995,16 por all¨ª)¡±. Se calcula que se embols¨® m¨¢s de 282.000 por 257 (!) mordidas madrile?as. Claro que esto es nada al lado de los 5,6 millones de euros que acumul¨® en cinco a?os, as¨ª repartidos: 2,3 millones en 2002; 399.000 en 2003; 79.000 en 2006; 115.000 en 2007; 2,77 millones en 2008. Como diputado y cargo p¨²blico, dependiendo de los ejercicios, declaraba unos ingresos de entre 61.000 y 103.000 euros anuales.
El individuo est¨¢ imputado por su implicaci¨®n en el presunto cobro de comisiones ilegales (la verdad, no extra?a), y a Esperanza Aguirre se le pregunt¨® por ¨¦l (tampoco extra?a). Y he aqu¨ª la respuesta de la ex-Presidenta, digna de an¨¢lisis: ¡°No era en absoluto hombre de mi total confianza¡±. Les ruego que la relean y se fijen en el absurdo que entra?a. Lo normal habr¨ªa sido decir una de tres: a) ¡°No era de mi confianza¡± (pero entonces no se entender¨ªa que lo recuperara para su Gobierno, tras haberse ca¨ªdo del de Gallard¨®n en el Ayuntamiento); b) ¡°No era en absoluto de mi confianza¡± (pero a¨²n ser¨ªa m¨¢s incongruente su debilidad por ¨¦l); c) ¡°No era de mi total confianza¡± (lo cual indicar¨ªa que se la ten¨ªa tan s¨®lo parcial o relativa). Lo que Aguirre dijo es un contrasentido, una idiotez. Para evitar las interferencias que acabo de mencionar, recurre a una doble exageraci¨®n o doble ¨¦nfasis: ¡°No era en absoluto de mi total confianza¡±. Contradicci¨®n en los t¨¦rminos: si L¨®pez viejo no era de su total confianza, se deduce que alguna le merec¨ªa, por fuerza; ese en absoluto, por tanto, niega lo que ella afirma. No es posible tener una confianza parcial en alguien y a la vez no tenerla en absoluto. ¡°En absoluto era total¡±, es lo que viene a decir la se?ora. ?Y qu¨¦ diablos era, entonces?
Pero veamos qu¨¦ m¨¢s declar¨® sobre su ex-viceconsejero y ex-consejero. Que ella no lo nombr¨®, sino ¡°el Consejo de Gobierno¡± (presidido por ella). Y a?adi¨®: ¡°Yo no lo puse en la lista. Yo no lo incorpor¨¦¡±. Tampoco despach¨® ¡°nunca¡± con ¨¦l la organizaci¨®n de ning¨²n acto. Una vez estallado el esc¨¢ndalo, le pidi¨® que le aclarase si el Grupo Correa se estaba llevando todos los contratos de ¡°eventos¡± de la Comunidad. ¡°Yo no prohib¨ª nada¡±, reconoci¨®. ¡°Llam¨¦ a L¨®pez Viejo a mi despacho y le pregunt¨¦: ¡®?Es esto cierto?¡¯ y ¨¦l: ¡®No, Presidenta. Muy al principio de llegar aqu¨ª se les encarg¨® algo, pero ya nada. Ahora se les encargan los actos a ¡¡¯, y me da una serie de nombres¡±. Y ella ¨Csubray¨®¨C le crey¨®. (No olviden que ¡°algo¡± fueron por lo menos 257 mordidas.) ?Esperanza Aguirre una cr¨¦dula, una prima, una pardilla? No s¨¦ yo. Y eso pese a que el sujeto no era en absoluto de su confianza. Ah, no, perd¨®n: ¡ de su total confianza. Lo raro es que, seg¨²n El Mundo en 2009 (un diario casi incondicional de ella; los subrayados son m¨ªos), L¨®pez Viejo ¡°fue rescatado por Aguirre, que, tras investigarlo, decidi¨® meterlo en sus listas a las elecciones. Desde entonces se convirti¨® en uno de sus hombres fuertes?¡ Las acusaciones de irregularidades dejaron finalmente a L¨®pez Viejo sin una consejer¨ªa propia, como ten¨ªa pensado para ¨¦l Aguirre, que lo nombr¨® viceconsejero de Presidencia. Llevaba la agenda de Aguirre y hac¨ªa las veces de su guardaespaldas ¨Calg¨²n que otro periodista se llev¨® alg¨²n empell¨®n suyo¨C ¡ En 2007 lo nombr¨® consejero de Deportes, una cartera de nuevo cu?o sin competencias, pero que le dio notoriedad al salir fotografiado con deportistas de ¨¦lite¡±. Ustedes dir¨¢n qui¨¦n ha mentido, si los diarios o Aguirre ante el juez Ruz, y por escrito (¡°Yo no lo nombr¨¦, no lo incorpor¨¦, no lo puse en la lista¡±).
Creo que hace muchos a?os cruc¨¦ un par de cartas con L¨®pez Viejo, cuando era Concejal de Limpieza Urbana y Desarrollo en la alcald¨ªa de su mentor ?lvarez del Manzano, a la que lleg¨® en 1999. Tendr¨ªa que buscar las suyas (?quiz¨¢ otro d¨ªa?), pero recuerdo que las chorradas con que contest¨® a una protesta m¨ªa fueron tales que lo ¡°fich¨¦¡± ya como caradura y cantama?anas, indigno de la menor confianza. Curioso que, tras investigarlo y todo, Esperanza Aguirre llevara a sujeto tan transparente a su equipo y le creyera, pese a no ser en absoluto de su total confianza. Claro que s¨ª lo era parcialmente, ¡ y vuelta a empezar con el sinsentido.
elpaissemanal@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.