Hoy Gaud¨ª no existir¨ªa
FOTO: Pol Viladoms
Sin los oficios que conjuga la obra de Gaud¨ª sus edificios ser¨ªan igualmente impresionantes, pero mucho menos memorables. As¨ª, terminada la sorpresa, ya no querr¨ªamos volver a ellos. Es dif¨ªcil pensar hoy, con la desaparici¨®n de tantos de esos oficios, que pueda llegar a desarrollarse una arquitectura cercana a la de Gaud¨ª, aunque solo sea una cercan¨ªa en calidad, en dedicaci¨®n y en solidez. Cuesta imaginar que forjadores, cerrajeros, ebanistas, ceramistas o vidrieros como Manyach, Josep Bad¨ªa y Joan O?¨®s, Eudald Punt¨ª, Pujol i Bausis o los Talleres Pelegr¨ª seguir¨ªan hoy realizando su oficio con arte y entrega tras alcanzar la maestr¨ªa que desvelan en las partes en las que trabajaron. Tiende una a pensar que alguien tan volcado en alcanzar el trabajo bien hecho ya se hubiera convertido en artista. Y es ese pensamiento el que demuestra nuestra distancia de los buenos oficiales: los que sent¨ªan el deber del trabajo mejor hecho en lo que quer¨ªan y sab¨ªan hacer: su oficio.
En un tiempo en que lo grande se nos ha quedado demasiado grande, tiene un nuevo inter¨¦s volver a mirar lo peque?o y detenerse a pensarlo. El detalle, m¨¢s que la impresi¨®n de un edificio, invita a recorrerlo, a tocarlo, a descubrirlo y a no terminarlo en una ¨²nica visita. La desaparici¨®n de los oficios y el desarrollo de la industria de la construcci¨®n corren paralelos. ?Tan caro resulta un yesero o un buen carpintero si se rentabiliza su trabajo a lo largo de muchos a?os? ?Qu¨¦ es lo que no nos interesa? ?El largo plazo, la gran inversi¨®n o la apariencia poco tecnol¨®gica? Que la tecnolog¨ªa est¨¢ re?ida con la artesan¨ªa es una falacia que no deber¨ªamos creernos. Que ya nadie quiere ser forjador o que haya tan pocos ceramistas y vidrieros habla de nuestra sociedad, capaz de enterrar saberes sin haber conseguido remplazarlos.
Un libro que no contiene ninguna palabra -solo im¨¢genes- del arquitecto y fot¨®grafo Pol Viladoms invita a ver de nuevo a Gaud¨ª, pero con las manos: con la mirada de los artesanos que trabajaron con ¨¦l en su trabajo seminal: el Palau G¨¹ell. El edificio fue un encargo que le hizo Eusebi G¨¹ell para ampliar su casa en Las Ramblas de Barcelona tras conocerlo en Par¨ªs durante la Exposici¨®n Universal de 1978. Cuando el mecenas, que ligar¨ªa para siempre su nombre al de Gaud¨ª en su segunda residencia del Parque G¨¹ell, le habl¨® al arquitecto de este primer encargo, Gaud¨ª lo cit¨® en el taller de su carpintero, Eudald Punt¨ª. En 1888, dos a?os despu¨¦s, inauguraron este palacio que, desde 1984, es Patrimonio de la Humanidad y desde 2011 est¨¢ abierto al p¨²blico.
Para quienes no puedan viajar a Barcelona, este libro abre las puertas de esa ilustre e inacabable vivienda.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.