Luchar contra la pobreza, tambi¨¦n en los pa¨ªses ricos
Crece el consenso para que los nuevos objetivos de desarrollo se exijan tambi¨¦n a las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras La lucha contra la desigualdad, la coherencia entre pol¨ªticas y erradicar la corrupci¨®n se abren paso en la lista de retos futuros
En algo est¨¢n de acuerdo Barack Obama y el papa Francisco. La desigualdad es ¡°el mayor desaf¨ªo de nuestro tiempo¡±. Lo dijo el presidente de EE UU citando al l¨ªder religioso. No se refer¨ªa a la disparidad en las condiciones de vida entre los pa¨ªses del norte y el sur del mundo; hablaba de la creciente brecha econ¨®mica y social entre los propios estadounidenses. Una realidad que no es ajena a los ciudadanos europeos, donde se ha disparado la pobreza sobre todo all¨ª donde la pol¨ªtica de austeridad se ha aplicado con rigor, como Espa?a, Grecia o Reino Unido.
Mientras que el mundo aunaba esfuerzos para reducir a la mitad la proporci¨®n de personas en situaci¨®n de pobreza absoluta ¨Caquellos que viven con menos de 1,25 d¨®lares al d¨ªa¨C en su mayor¨ªa en los pa¨ªses menos desarrollados del planeta, el virus de la necesidad se extend¨ªa con otras caracter¨ªsticas y peculiaridades all¨ª donde se cre¨ªa superado. Y no es el ¨²nico. A falta de dos a?os para que expire el plazo establecido para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados en el 2000, ninguno se ha cumplido plenamente, aunque se han conseguido algunos logros importantes. El reto ahora es renovar y reformular aquellos objetivos, estableciendo otras metas para un mundo muy distinto, con la lecci¨®n aprendida de que la lucha contra el hambre, la preservaci¨®n del medio ambiente, la educaci¨®n o la sanidad universales no son solo batallas de los pa¨ªses pobres en las que los donantes son meros proveedores de recursos.
No importa de d¨®nde lleguen las voces al otro lado del tel¨¦fono, una ONG de ?frica, un experto en? Latinoam¨¦rica o una organizaci¨®n multilateral en Nueva York; el mensaje es un¨¢nime: la agenda de desarrollo tras 2015 tiene que ser universal. ¡°Que no deje a nadie atr¨¢s y que sus objetivos se apliquen a todos los pa¨ªses y no solo a los que est¨¢n en v¨ªas de desarrollo¡±, se?ala Amina J. Mohammed, asesora del secretario general de la ONU sobre planificaci¨®n del desarrollo. Los ODM pusieron en la agenda pol¨ªtica internacional problemas que hasta entonces eran la lista de deseos que hac¨ªamos en Navidad. ¡°Pero los pa¨ªses desarrollados no consideraban la agenda como propia. Tampoco los que estaban emergiendo¡±, reconoce Jos¨¦ Antonio Alonso, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad Complutense y coordinador del documento en el que el Gobierno espa?ol expresa su posici¨®n para la nueva agenda.
La cuesti¨®n no es menor. Elaborar una agenda global y particular para cada regi¨®n del mundo requiere, seg¨²n algunos expertos, reformular el concepto vertebrador de los ODM, el de pobreza, para que contemple tambi¨¦n la que se sufre en las econom¨ªas avanzadas y de renta media.
La definici¨®n de pobreza como tener una renta inferior a 1,25 d¨®lares diarios ha quedado obsoleta
Asimismo, hay quienes ven la oportunidad para introducir nuevas metas como la lucha contra la desigualdad o la llamada "coherencia de pol¨ªticas", que consiste b¨¢sicamente en que la pol¨ªtica comercial no anule los efectos de la ayuda al desarrollo o las pol¨ªticas de crecimiento no ignoren los efectos sobre el medio ambiente. Unos nuevos objetivos que incidir¨ªan de manera muy especial en los pa¨ªses avanzados. Unas propuestas que tambi¨¦n tienen sus detractores. Los pa¨ªses de Naciones Unidas tienen que evaluar adem¨¢s c¨®mo incorporar los compromisos esbozados en la cumbre R¨ªo+20 sobre desarrollo sostenible econ¨®mico, social y medioambiental. Todo ello, aderezado con la petici¨®n de algunos grupos de la sociedad civil de que la nueva agenda sea de obligado cumplimiento,? lo que significar¨ªa establecer sanciones si no se logran los objetivos fijados, o simplemente voluntaria. Sobre todos estos puntos hay miles de voces ¨Cgobiernos, empresas privadas, ONG, ciudadanos¨C que debaten en una conversaci¨®n global impulsada por la ONU de la que, en dos a?os, tiene que salir la hoja de ruta para definir qu¨¦ mundo queremos, una lista (concisa) de objetivos para todos, los mecanismos para medirlos y controlar su cumplimiento, as¨ª como los medios y los plazos para conseguirlos. ¡°M¨¢s de lo mismo no va a ser suficiente¡±, advierte? Mohammed.
¡°Considerar que la pobreza es vivir con menos de 1,25 d¨®lares al d¨ªa es absurdo, porque ubica el problema solo en pa¨ªses en desarrollo, pero no en Europa, Rusia o Estados Unidos, donde tambi¨¦n existe. No puede ser que la ONU ignore esta realidad. Hay que hacer una definici¨®n relativa de la pobreza¡±, advierte Roberto Bissio, director del Instituto Tercer Mundo, organizaci¨®n con sede en Uruguay. El concepto, coinciden los especialistas en la materia, se ha quedado obsoleto. La propuesta mayoritaria es establecer metas nacionales de reducci¨®n de la pobreza en relaci¨®n al contexto econ¨®mico del pa¨ªs en particular. Sin dejar de intentar que los mil millones de personas en el mundo que viven todav¨ªa en pobreza extrema, que no tienen ni un d¨®lar diario para cubrir sus necesidades b¨¢sicas, puedan salir de esa situaci¨®n.
El informe redactado por el equipo de 27 expertos mundiales convocados por el secretario general de la ONU para elaborar una propuesta preliminar de objetivos recoge este mismo an¨¢lisis. El grupo, entre los que est¨¢n el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, la presidenta de la agencia cubana para el medio ambiente, Gisela Alonso, o Rania de Jordania, pone como primer objetivo de los 12 que propone ¡°erradicar la pobreza¡±. Pero no solo llevando ¡°a cero el n¨²mero de personas que viven con menos de 1,25 d¨®lares al d¨ªa¡±, sino que tambi¨¦n define como meta ¡°reducir en un x% la proporci¨®n de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza de 2015 correspondiente a su pa¨ªs¡±.
As¨ª redactado, los gobiernos de las econom¨ªas avanzadas tendr¨ªan que articular medidas para la reducci¨®n de la pobreza interna y dar explicaciones en caso de no conseguirlo. Por ejemplo, el Gobierno espa?ol tendr¨ªa que dar cuenta ante la comunidad internacional de por qu¨¦ un 6,4% de la poblaci¨®n viv¨ªa en situaci¨®n de pobreza grave en 2013, una tasa que casi duplicaba la de 2007, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
Respecto a la reducci¨®n de la desigualdad, el gran reto de nuestro tiempo que preocupa a Obama, el debate se presenta arduo. Jos¨¦ Antonio Alonso apunta que mientras que hay un cierto acuerdo sobre combatir las desigualdades horizontales (entre colectivos), no existe igual coincidencia en incluir como objetivo expreso la lucha contra la desigualdad vertical (entre personas). ¡°Hay sectores conservadores que consideran que la desigualdad es fruto del esfuerzo de cada uno¡±, se?ala.
Indicadores como la degradaci¨®n ambiental han empeorado
La propuesta que goza de mayor consenso pasa por introducir metas espec¨ªficas para mejorar la situaci¨®n socio econ¨®mica de los sectores m¨¢s pobres de las sociedades. ¡°No que los ricos lo sean menos, sino igualar por lo bajo, levantar el piso. Por ejemplo, mejorando la calidad de vida del 40% de los grupos m¨¢s bajos de la poblaci¨®n¡±, detalla Madgy Mart¨ªnez-Solim¨¢n, director de pol¨ªticas de desarrollo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Universalizar y actualizar la agenda a la nueva realidad del siglo XXI no solo toca el coraz¨®n de los ODM en cuanto a la lucha contra la pobreza. El resto de objetivos tambi¨¦n tendr¨¢n que sufrir una transformaci¨®n. Basta un ejemplo. En el 2000, las Naciones Unidas acordaron lograr la ense?anza primaria universal. Todo apunta a que a partir de 2015 se trabajar¨¢ por ¡°proporcionar educaci¨®n de calidad y aprendizaje permanente¡±. Ese es el Objetivo 3 ¡°ilustrativo¡± que propone el grupo de alto nivel sobre la agenda de desarrollo post 2015. En este sentido, Roberto Bissio, director del Instituto Tercer Mundo, subraya que los criterios de alfabetizaci¨®n no son insuficientes para medir el avance educativo. En su opini¨®n, si solo se tienen en cuenta estas estad¨ªsticas, medio mundo no tendr¨ªa deberes. ¡°Lo que cuenta son los n¨²meros de PISA sobre empe?o educativo. El objetivo tiene que ser una educaci¨®n decente con un nivel adecuado¡±, abunda.
Si hay un objetivo que va a sufrir una transformaci¨®n profunda, ese es el de sostenibilidad. ¡°Este es el punto en el que m¨¢s ha cambiado el mundo desde el a?o 2000¡±, apunta Alonso. ¡°Ahora somos mucho m¨¢s conscientes de deterioro medioambiental. Pero no sabemos c¨®mo tratarlo. Creo que se acordar¨¢ algo, pero todav¨ªa no est¨¢ claro el qu¨¦¡±, a?ade. Frente a la soluci¨®n actual de un objetivo dedicado a este cap¨ªtulo ¨C¡±garantizar un medio ambiente sostenible¡±¨C el panel de los 27 ampl¨ªa y desglosa el concepto. ¡°El desarrollo sostenible es el que resuelve las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas¡±, resume Mohammed. As¨ª, no se tratar¨ªa solo de ¡°gestionar los recursos naturales de manera sostenible¡±, seg¨²n versa uno de los objetivos del grupo de alto nivel de la ONU post 2015, sino tambi¨¦n de que? cualquier logro sea sostenible en el tiempo desde el punto de vista econ¨®mico, social y medioambiental. El documento preliminar de los expertos llamados por el secretario general Ban Ki-Moon incluye ¡°garantizar energ¨ªas sostenibles¡±, ¡°crear empleos y medios de subsistencia sostenibles¡± e incuso ¡°garantizar sociedades estables y pac¨ªficas¡±.
¡°Estas son metas para los ricos, que consumen el 80% de los recursos. Tienen que cambiar sus patrones de consumo para tener un desarrollo sostenible¡±, advierte Bissio. ¡°Hay pa¨ªses que han tenido un mal desarrollo, por ejemplo Alemania, que consume m¨¢s carb¨®n y tiene m¨¢s pobreza¡±, asegura. Alonso cree que habr¨¢ que llegar a ¡°un punto intermedio porque ni los pa¨ªses desarrollados ni los que est¨¢n en desarrollo, est¨¢n donde deber¨ªan¡±.
El mundo es, sin duda, muy distinto al que intentaban mejorar los padres de los ODM. ¡°Han surgido nuevos retos y algunos de los ya existentes se han exacerbado desde el a?o 2000¡±, recuerda Amina J. Mohammed. No solo las desigualdades se han profundizado. ¡°La degradaci¨®n ambiental se ha incrementado. La gente en todo el mundo demanda gobiernos m¨¢s responsables y m¨¢s derechos a todos los niveles. Los desaf¨ªos de la migraci¨®n han crecido y la gente joven en muchos pa¨ªses enfrenta un panorama desolador en materia de empleo decente y oportunidades¡±, enumera la asesora del secretario general de ONU sobre planificaci¨®n del desarrollo.
Los pa¨ªses emergentes har¨¢n o¨ªr su voz en la definici¨®n de los nuevos objetivos de desarrollo
Solucionar todos estos problemas necesita algo m¨¢s que nuevos objetivos. Exige compromiso para que lo acordado no se convierta en una declaraci¨®n de intenciones. En opini¨®n de Bissio, "algunos de los objetivos de la agenda deber¨ªan ser vinculantes. Pero hay una enorme resistencia de los pa¨ªses que tendr¨ªan que ceder. Ellos [los ricos] dicen que tienen que ser aspiraciones¡±. Pablo Mart¨ªnez Os¨¦s, coordinador de la plataforma espa?ola 2015ym¨¢s coincide en su an¨¢lisis. ¡°La agenda 2015 tiene que penalizar si se incumple alguna parte del acuerdo¡±, asegura. ¡°A los pa¨ªses ricos, a los donantes¡±, matiza. En su opini¨®n quienes no quieren un verdadero compromiso con este acuerdo internacional son los que apelan a que las sanciones ser¨ªan una injerencia en la soberan¨ªa nacional. ¡°No comprendo a los que se comprometen a algo y luego se resisten a que haya mecanismos de control y penalizaci¨®n por incumplimiento¡±, se?ala.
Jos¨¦ Antonio Alonso se muestra convencido de que ¡°nadie va a aceptar una agenda obligatoria¡±. Ni siquiera cree que en el seno de las Naciones Unidas sea una cuesti¨®n en discusi¨®n porque el organismo, por su naturaleza, no puede imponer sanciones. ¡°Lo que s¨ª est¨¢ en debate es que se construya de manera participada y que se establezcan mecanismos m¨¢s claros de rendici¨®n de cuentas antes las sociedades¡±, explica.
Mart¨ªnez Os¨¦s, sin embargo, tiene algunas ideas en mente para poder establecer sanciones. ¡°Por ejemplo, no poder participar en los turnos rotatorios del Consejo de Seguridad si no se cumplen sus objetivos¡±. Y va m¨¢s all¨¢. ¡°Tambi¨¦n tendr¨ªa que haber sanciones para las empresas que no cumplan con esos nuevos objetivos del milenio¡±. Pero el sector privado, que participa en las conversaciones para definir esa agenda post 2015, va a suponer una gran resistencia en este punto, apunta.
Tambi¨¦n brotan discrepancias sobre la petici¨®n, que se abre paso sobre todo desde los pa¨ªses menos desarrollados, de coherencia de pol¨ªticas. Esto es, que las reglas (nacionales e internacionales) no sean contrarias a la consecuci¨®n de los objetivos que se fijen. Aunque en la superficie hay consenso en que debe existir esa coherencia, en el fondo y m¨¢s a¨²n en la pr¨¢ctica, el acuerdo se vislumbra complicado.
Bissio se muestra tajante: ¡°La agenda post 2015 tiene que incluir un cambio de las reglas de juego, de las pol¨ªticas internacionales para que los pa¨ªses puedan cumplir con los objetivos¡±. Y pone un ejemplo. ¡°India dice que se quiere reducir la pobreza a cero. M¨¢s de la mitad del problema est¨¢ all¨ª y la mayor¨ªa son mujeres o poblaci¨®n rural. Por eso, lanza dos programas para hacer stocks de alimentos y repartir otros entre los necesitados. Unas iniciativas que la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, la UE y EE UU han dicho que no se pueden hacer. Esto es un contrasentido, le dicen que es ilegal ayudar a los pobres porque contraviene los tratados del comercio internacional¡±.
El experto tiene en su memoria y expresa con indignaci¨®n m¨¢s ejemplos: ¡°En Sud¨¢frica, donde hay una importante desigualdad social, el Gobierno hace un plan para promover una clase empresarial africana con ayudas o subsidios para personas de origen africano que monten un negocio. Entonces, las empresas transnacionales dicen que es una violaci¨®n de los tratados de comercio, que es una medida discriminatoria¡±.
La agenda 2015 debe penalizar a los pa¨ªses ricos que la incumplan¡±, dice un experto
En este sentido, Mart¨ªnez Os¨¦s sugiere tres pol¨ªticas cuyo cambio, en busca de mayor coherencia, deber¨ªa entrar en la nueva agenda. Las de comercio, para que est¨¦n ¡°m¨¢s dirigidas a reducir la pobreza y no a la acumulaci¨®n de riqueza¡±. ¡°Adem¨¢s, que preserve el trabajo decente y ponga unos m¨ªnimos de derechos laborales¡±, a?ade. En cuanto a las pol¨ªticas macroecon¨®micas ¨C¡±hay m¨¢s resistencia a cambiar a las reglas¡±, advierte¨C Mart¨ªnez Os¨¦s sostiene que los pa¨ªses ricos deber¨ªan comprometerse a destinar una parte de su presupuesto al desarrollo, interno y externo. ¡°Este es uno de los puntos que se considera que interfiere con la soberan¨ªa nacional porque condiciona los presupuestos nacionales¡±, anota. Un tercer punto incide en la lucha contra la evasi¨®n fiscal. ¡°De esto no hab¨ªa nada en los ODM, pero hay mucho dinero que se mueve sin que pase por ninguna hacienda p¨²blica¡±, alerta.
Los expertos y los Gobiernos no son los ¨²nicos que tienen voz en esta especie de debate global sobre los objetivos que sustituir¨¢n a los actuales tras 2015. Los ciudadanos tambi¨¦n han sido consultados en la encuesta MyWorld (Mi mundo) sobre sus preferencias y peticiones, a la que ya han contestado m¨¢s de dos millones de personas, seg¨²n datos de la ONU. ¡°La opini¨®n de la gente es distinta de lo que se debate entre gobiernos y expertos¡±, apunta Mart¨ªnez-Solim¨¢n. ¡°Encontramos que la protecci¨®n del medio ambiente o la subagenda de gobernabilidad est¨¢ muy arriba entre los requerimientos de los encuestados¡±, puntualiza. ¡°Piden gobiernos que respondan, que sean honestos; instituciones y pol¨ªticos honrados¡±. ?Habr¨¢ una respuesta firme a estas peticiones ciudadanas? Mart¨ªnez-Solim¨¢n cree que s¨ª. ¡°No se puede sacar una agenda en 2015 que deje fuera aspectos tan importantes para la gente. El buen gobierno se ha colado en el debate global¡±, considera.
El documento del panel de alto nivel recoge un objetivo en este sentido, que contiene cinco metas gen¨¦ricas entre las que se encuentran garantizar la libertad de expresi¨®n, el derecho a la informaci¨®n y acceso a datos gubernamentales, as¨ª como reducir el soborno y la corrupci¨®n. La vaguedad de la formulaci¨®n podr¨ªa dificultar, no obstante, la medici¨®n y control de estos retos.
Pero todav¨ªa quedan dos a?os de conversaciones entre gobiernos, ciudadanos, empresas, organizaciones... Los debates de hoy todav¨ªa tienen mucho recorrido hasta que acaben en una lista final de objetivos. Y esta vez, a diferencia de lo que ocurri¨® con los Objetivos del Milenio, que nacieron en el seno de la burocracia de Naciones Unidas, muchas voces tienen que ponerse de acuerdo. ¡°Veremos que potencias emergentes como Brasil, India o China tendr¨¢n un papel decisivo en lo que se acuerde. Ya no quieren ser dirigidas por los pa¨ªses ricos¡±, se?ala Danny Srikandarajah, secretario general de la Alianza Mundial para la Participaci¨®n Ciudadana, Civicus, una red de organizaciones a nivel local, nacional e internacional, con sede en Sud¨¢frica.
Lysa John, responsable de divulgaci¨®n de la secretar¨ªa del panel de expertos de la ONU para la Agenda post 2015, cree que ¡°la aparici¨®n de pa¨ªses de renta media como una fuerza en las negociaciones globales har¨¢ que el acuerdo entre posiciones y puntos de vista diferentes sea m¨¢s complejo que el esquema tradicional de donantes y receptores de ayuda, sobre el que se estructuraron los ODM¡±. ¡°Globalmente, podemos estar de acuerdo en una visi¨®n com¨²n del mundo que queremos, pero se necesita un liderazgo nacional (y regional) de los gobiernos¡±, a?ade. En definitiva, ese futuro ideal compartido no ser¨¢ posible sin una apuesta pol¨ªtica y social decidida por conseguirlo. Y no sin sacrificios de todos para el beneficio de todos. La pregunta que se hacen muchos de los que participan en este debate es: ?Estamos dispuestos y preparados?
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