En Hacienda
Expectante ante las pantallas que dan el turno, una multitud rumia en silencio su rencor. No exactamente por pagar, sino por las dificultades que la Administraci¨®n pone para pagar
Es el edificio m¨¢s feo del paseo mar¨ªtimo. Responde a una arquitectura intencional. Se parece tanto a un b¨²nker que es un b¨²nker. Es mi sede de Hacienda. Mientras me dirijo a cumplir con el ¡°patriotismo fiscal¡±, en la radio analizan la crisis del partido gobernante. Esta semana han saltado las costuras de la derecha. Nadie explica bien la causa, pero deduzco que se trata de alta pol¨ªtica: los huevos. Me refiero al distanciamiento entre la clara y la yema. Quiz¨¢s el equ¨ªvoco empez¨®, como en El maldito yo, de Cioran, el d¨ªa en que el partido en pleno le dijo a Aznar: ¡°Eres una mezcla de don Quijote y Dios¡±. ¡°Ahora Aznar ha vuelto para matizar: ¡®Eso de don Quijote no me gusta nada¡±. Sin esperar a una derrota, se multiplican los dioses menores en disputa de peanas y erarios. Pero para mucha gente el escenario hist¨®rico real es la sede de Hacienda. ?ltimo d¨ªa para entregar el impreso 390, resumen anual de IVA. Expectante ante las pantallas que dan el turno, una multitud rumia en silencio su rencor. No exactamente por pagar, sino por las dificultades que la Administraci¨®n pone para pagar. Desde ahora se les obliga a hacerlo por v¨ªa inform¨¢tica, sin alternativa posible. Como proclaman con camarader¨ªa los papeles que empapelan la sede: ¡°?Olv¨ªdate del papel!¡±. Durante d¨ªas, los patriotas fiscales han estado peleando en la web oficial con un programa imposible, intentando descifrar instrucciones enigm¨¢ticas. La mayor¨ªa se rindi¨®. Eso sin contar a las muchas personas que, con todo derecho, consideran que pueden vivir fuera de ese campo virtual donde, a la manera de un c¨¦lebre futbolista del Pe?arol, entras como El Hombre y sales como El Hombre de Neandertal. Desde una ventana del b¨²nker se puede ver el mar. Quien mira, olvida la condici¨®n de contribuyente tratado como un subalterno. Pero te sientes tan libre que pierdes el turno.
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