Vivir sin miedo

Desde que o¨ª no s¨¦ d¨®nde que un tertuliano de esos que salen por televisi¨®n en los debates cobran m¨¢s de 400 euros por cada colaboraci¨®n que puede durar apenas varios minutos, no he podido mirarles de la misma manera. Se me hace un poco dif¨ªcil escucharles una vez tras otra hablando de la crisis, de lo mal que lo est¨¢n pasando todos los espa?oles, que si ahora es un momento de dificultad en el que todos nos tenemos que apretar los cinturones¡­ Perdonen, todos no; t¨², por lo menos, no. No creo que la crisis se vea de la misma manera conduciendo un coche de alta gama y en una preciosa casita en las afueras.

Los ciudadanos nos hemos olvidado o no queremos entender que las televisiones son empresas privadas que viven de los ingresos que genera la publicidad que emiten. Por desgracia, la desesperanza, el miedo y la desolaci¨®n venden y cada vez que pongo la televisi¨®n me parece que no va a haber un ma?ana, que todo est¨¢ perdido y que no hay esperanza.

El ser humano necesita un poco de optimismo para seguir viviendo. Est¨¢ claro que el futuro es incierto y nadie sabe lo que le deparar¨¢, pero lo que pensemos hoy determinar¨¢ lo que tengamos ma?ana. Y si ma?ana depende de lo que pensamos hoy, tenemos un problema.¡ª Raquel Castro L¨®pez.