El expolio como verdad revelada
No es cierto que se vayan a suprimir las balanzas fiscales; lo que se hace es ampliarlas. Pero algunos nacionalistas catalanes tienen el problema de que los datos desmontan sus art¨ªculos de fe evangelizadora
Confieso que ¨²ltimamente voy de la extra?eza a la perplejidad y de esta a la incredulidad, pasando en ocasiones por la indignaci¨®n. Viene esta quejosa reflexi¨®n a cuenta de la reacci¨®n de la prensa y de algunos de mis colegas?de profesi¨®n a la presentaci¨®n de una propuesta metodol¨®gica para la elaboraci¨®n de lo que suele conocerse como balanzas fiscales, que he preparado para el Ministerio de Hacienda y Administraciones P¨²blicas, junto con los profesores Ram¨®n Barber¨¢n y Ezequiel Uriel. Tal propuesta ha generado r¨ªos de tinta de m¨¢s bien dudosa calidad informativa y una multitud de ataques desde todos los flancos que, a menudo, han sido tan furibundos como desinformados.
D¨¦jenme empezar resumiendo lo que llevo algo m¨¢s de una semana repitiendo a quien me quiera o¨ªr, al parecer sin mucho ¨¦xito. Primero, las balanzas fiscales no se suprimen, se ampl¨ªan. Si el ministerio acepta nuestra propuesta, se pondr¨¢ encima de la mesa de una forma organizada toda la informaci¨®n desagregada por programas de ingreso y gasto que hay detr¨¢s de una balanza fiscal, lo que permitir¨¢ a la opini¨®n p¨²blica hacerse una idea clara de d¨®nde provienen esas misteriosas cifras que algunos de nuestros amados l¨ªderes utilizan para azuzarnos los unos contra los otros. Esto es importante porque los saldos fiscales regionales son el resultado neto de muchas cosas, algunas de las cuales son preocupantes y otras no. Conviene, por tanto, afinar el diagn¨®stico antes de sacar el bazooka.
Segundo, lo que ciertamente no haremos son estimaciones por el m¨¦todo de flujo monetario. A nuestro entender, tal m¨¦todo es una chapuza que solo sirve para hinchar artificialmente el d¨¦ficit fiscal de ciertas comunidades ricas a base de no tener en cuenta lo que vuelve a las mismas en servicios (como la defensa) y no necesariamente en efectivo. Si la Generalitat quiere hacerlo, adelante, el Gobierno ya ha hecho p¨²blicos todos los datos de base necesarios para ello. Pero que se retraten ellos, porque a nosotros nos da cosa hacer seg¨²n qu¨¦ con los datos, y adem¨¢s nos negamos a ponerle un sello de respetabilidad acad¨¦mica a una pr¨¢ctica m¨¢s que discutible.
El m¨¦todo llamado de flujo monetario solo sirve para hinchar el d¨¦ficit de las comunidades ricas
No se entiende muy bien por qu¨¦ acept¨® hacerlo el anterior Gobierno central, pero desde luego, lo que no es cierto, es que nuestra postura viole ning¨²n est¨¢ndar internacional ampliamente reconocido y utilizado por la gran mayor¨ªa de los Gobiernos de los pa¨ªses federales para publicar balanzas oficiales. En contra de lo que se ha repetido hasta la saciedad en los ¨²ltimos d¨ªas, tal est¨¢ndar no existe y esas balanzas oficiales y homologadas tampoco. Y si el dichoso est¨¢ndar se identifica con el informe previo a las ¨²ltimas balanzas publicadas por el Gobierno espa?ol, la Generalitat es la primera que lo ha incumplido en lo que respecta al tratamiento de los gastos en defensa y acci¨®n exterior bajo el m¨¦todo de flujo monetario (v¨¦anse las pp. 85-6 del Informe sobre la metodolog¨ªa de c¨¢luclo de las balanzas fiscales).
Tercero. No daremos cifras ni sacaremos conclusiones detalladas hasta no haber terminado el estudio a nuestra plena satisfacci¨®n. El trabajo realizado hasta el momento, sin embargo, s¨ª permite extraer algunas conclusiones preliminares sobre la base de un c¨¢lculo de los pesos medios de distintas partidas presupuestarias en los saldos fiscales de todas las comunidades aut¨®nomas en el a?o 2005 que muestra: 1)?que dos tercios de tales saldos se deben simplemente al hecho de que en los territorios con mayores niveles de renta per capita se pagan m¨¢s impuestos por habitante mientras que en los m¨¢s pobres sucede justamente lo contrario, y 2)?que el factor m¨¢s importante dentro del tercio restante (el ligado a las diferencias en gasto p¨²blico por habitante) proviene de un sistema de financiaci¨®n auton¨®mica que trata de forma muy desigual a las distintas Administraciones regionales.
Es necesaria una reforma de la financiaci¨®n regional que sirva para hacerla m¨¢s igualitaria
Nuestra lectura de estos resultados se resume f¨¢cilmente: la parte de los saldos fiscales ligada a 1)?no nos preocupa en absoluto (a quien le preocupe que los ricos paguen m¨¢s impuestos que los pobres que levante la mano), pero la que proviene de 2) s¨ª lo hace. De hecho, y puesto que sabemos por las ¨²ltimas liquidaciones del sistema de financiaci¨®n que las cosas no han mejorado en este terreno en a?os recientes, una de nuestras conclusiones es que resulta necesario abordar una reforma de la financiaci¨®n regional que, entre otras cosas, sirva para hacerla m¨¢s igualitaria.
La reacci¨®n del Gobierno catal¨¢n a nuestra primera rueda de prensa en Girona fue casi inmediata y tom¨® la forma de unas declaraciones del conseller del ramo en las que, seg¨²n la prensa local, manifestaba su total desacuerdo con nuestra propuesta. No es por fastidiar al conseller, a quien aprecio mucho, pero yo no dir¨ªa tanto. Seg¨²n la prensa, Mas-Colell tambi¨¦n exigi¨® una reforma del sistema de financiaci¨®n que lo haga m¨¢s justo e indic¨® que, puesto que somos una comunidad relativamente rica, no le parece mal que paguemos m¨¢s impuestos estatales per capita que otras. As¨ª pues, a ¨¦l tampoco parece preocuparle el componente del saldo fiscal ligado a los ingresos tributarios y cuestiona solo el resultante de un nivel de gasto por habitante que, seg¨²n sus c¨¢lculos, es inferior a la media.
Al menos como primera aproximaci¨®n yo firmar¨ªa casi todo lo que los medios han puesto en boca de Mas-Colell (perdonen, pero empiezo a estar muy escamado con la prensa tras leer algunas de las cosas que se me atribuyen a m¨ª, as¨ª que no quisiera meter al conseller en un fregado a cuenta de algo que ¨¦l no ha dicho). Pero si le han citado bien, le pondr¨¦ con gusto una vela al santo competente en la materia para que no le echen del partido o del Gobierno por decirlo. El riesgo existe porque, seguramente sin mala intenci¨®n, el hombre le acaba de quitar un cero a la estimaci¨®n oficial de lo que Espa?a nos roba y eso se perdona mal por estos pagos. ?Que qu¨¦ tonter¨ªas digo? Saquemos la calculadora.
Para algunos nacionalistas catalanes el expolio es un art¨ªculo de fe, que no se cuestiona, ni se investiga
Con datos tomados del padr¨®n y del informe de la propia Generalitat sobre la balanza fiscal de 2010 (Cuadros 3 y 9), el gasto total de la Administraci¨®n central ascendi¨® en ese a?o a 319.692 millones de euros, el peso de Catalu?a en la poblaci¨®n espa?ola fue del 15,98% y su participaci¨®n en el gasto estatal del 14,18% o del 15,43% seg¨²n se tome la estimaci¨®n de flujo monetario o la de carga-beneficio. Esto nos deja con un d¨¦ficit total con relaci¨®n al gasto que nos tocar¨ªa por poblaci¨®n de entre un 0,55% y un 1,80% del gasto total del Estado, o de entre 1.757 y 5.747 millones de euros.
En la mayor de estas cifras estar¨ªa incluida la parte que nos toca por poblaci¨®n del gasto estatal en defensa, exteriores y servicios centrales del Estado. Puesto que resultar¨ªa un pel¨ªn complicado sostener que el no regalarnos tales servicios constituir¨ªa un abuso insoportable, una persona razonable como Mas-Colell tendr¨ªa que conformarse con reclamar la menor de estas cantidades, lo que le deja con motivos de queja por valor de un 10,62% de la estimaci¨®n oficial de lo que pagamos de m¨¢s, los 16.543 millones de la estimaci¨®n neutralizada por flujo monetario que nos ha sido revelada en el ¨²ltimo informe de la Generalitat.
Y este es el problema de fondo. Para algunos nacionalistas catalanes el expolio es un art¨ªculo de fe, y una verdad revelada no se cuestiona, ni se investiga, ni se contrasta (no vaya a ser¡). Por eso los aut¨¦nticos creyentes han salido en tromba a descalificar una estad¨ªstica que no han visto y que solo pretende aportar datos que puedan hacer posible un an¨¢lisis m¨¢s detallado y un debate m¨¢s racional sobre una cuesti¨®n muy sensible. No les hace falta verla. Cualquier cosa que aporte luz les resulta inc¨®moda. No porque ellos puedan llegar a abjurar de la fe verdadera, sino porque les complica la tarea de evangelizaci¨®n. Y eso ahora mismo podr¨ªa ser un grave problema.
?ngel de la Fuente es investigador del Instituto de An¨¢lisis Econ¨®mico (CSIC), Barcelona.
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