Veinte m¨¦dicos en uno
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Esta entrada ha sido escrita por elDr.Alfonso Antequera, de la ONGDeporte y Arte Solidario.
PhotographSourcetaken by Mark Knobil.
Hoy ha empezado mi actividad en el Hospital St Joseph de Bebedjia, la verdad es que no es muy diferente del St Mary de Axum en Etiop¨ªa. Una especie de infierno en la tierra, ni siquiera yo que soy cirujano y estoy acostumbrado a ver cosas terribles soy capaz de soportarlo. Termino el pase de visita a duras penas, conteniendo la nausea y las l¨¢grimas, pregunt¨¢ndome que demonios hago aqu¨ª. Se vive mejor ignorando esta realidad. El cerebro humano no esta preparado para soportar el horror. Necesita evadirse. Aqu¨ª la evasi¨®n es imposible. Se intenta, pero resulta dif¨ªcil. La salida a tomar el te con mi compatriota Rai, farmac¨¦utico sevillano curtido en la cooperaci¨®n africana, me entretuvo durante una hora, aunque las polvorientas, sucias y malolientes calles de Bebedjia no invitan precisamente a so?ar, el te al menos estaba bueno y resulta seguro de cara las m¨²ltiples infecciones que acechan por aqu¨ª.
El hospital , pese a todo, realiza un trabajo encomiable, las misioneras combonianas atienden con devoci¨®n a todos los pacientes, a la vez que tratan que los enfermeros locales no se relajen. Tendencia que por otro lado no es infrecuente en estas latitudes, ya sea por el clima, ya sea por pensar que nada tiene soluci¨®n, que todo es muy dif¨ªcil. La desesperanza produce esa dejadez que ya he visto anteriormente asociada a lo que parece inevitable.
Doscientas camas y un solo m¨¦dico. Sor Elisabetta ejerce de mujer orquesta. Dirige el hospital. Pasa la visita a las camas de hospitalizaci¨®n de medicina, cirug¨ªa y pediatr¨ªa. Hace las ecograf¨ªas, supervisa la sala de partos y por si todo esto fuera poco, tambi¨¦n opera. Dos quir¨®fanos programados a la semana m¨¢s todas las Urgencias que van llegando. Necesitar¨ªamos cuatro o cinco m¨¦dicos europeos para poder cubrir su mes de vacaciones. Si se entera Lasquetty la contrata para que abra ella sola ese hospital de Collado Villalba.
Por mi parte, a la vez que descargo a ¡°la Sor¡± de su trabajo de quir¨®fano, me familiarizo con las enfermedades m¨¢s frecuentes aqu¨ª, tenemos las camas llenas de malaria, tuberculosis y sida. Llama la atenci¨®n los pocos casos de traumatolog¨ªa que se atienden, parece debido a que culturalmente est¨¢n acostumbrados a que los traten los curanderos locales, aunque no creo que con mucho ¨¦xito. Intento enterarme a marchas aceleradas, y en la medida que me lo permite mi rudimentario franc¨¦s, de la situaci¨®n social aqu¨ª; quienes son los Gambai con sus floridos vestidos y esbeltos cuerpos, los Bororo n¨®madas con bonitos peinados y collares, los Musulmanes de piel mas clara y rasgos m¨¢s afilados. En los tres grupos, las mujeres preparan la comida y comen junto con los ni?os. Los hombres comen aparte. Los terrenos de alrededor del hospital son un improvisado campamento. Las familias que vienen de zonas apartadas acampan hasta que su allegado esta recuperado y listo para partir. Es muy importante para los familiares comer con sus parientes enfermos. Son ellos los que se encargan del catering, ya que el hospital no dispone de servicio de cocina. En otras ocasiones, pacientes no muy graves que no pueden ser ingresados por falta de espacio duermen al raso una o dos noches hasta que podemos hacerles un hueco.
Aunque no todos los pa¨ªses en Africa son iguales, el tipo de medicina y de patolog¨ªas que se ven son bastante homog¨¦neas. La malaria domina el sombr¨ªo espectro de las zonas bajas tropicales del continente, seguida muy de cerca por el sida. Adem¨¢s se pueden ver enfermedades ya pr¨¢cticamente erradicadas del hemisferio norte como la polio, el t¨¦tanos o la rabia. Si, hab¨¦is le¨ªdo bien, la rabia, que aqu¨ª en Bebedjia es un problema de salud p¨²blica importante. Un gran n¨²mero de perros sin vacunar, campa?as institucionales inexistentes junto con la ignorancia de la gente, han llevado a una de nuestras pacientes este muriendo por hidrofobia, sin que podamos evitarlo, aislada en una habitaci¨®n, separada del resto de pacientes y familiares por temor a que les mordiera, semanas despu¨¦s de haber sido atacada por un perro hace unas semanas y no haber venido al hospital en busca de la vacuna.
En fin que, Africa es muy diferente, sobre todo desde el punto de vista sanitario. El subdesarrollo te traslada en el tiempo y te lleva a luchar contra enfermedades que ya se encuentran en los libros de historia de la medicina.Por esta raz¨®n y otras muchas m¨¢s nos encontramos aqu¨ª, en el Chad, completamente entregados a la lucha por los dem¨¢s para conseguir que las cosas vayan cambiando.
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