?Pena de jueces con escr¨²pulos!
Lo cierto es que cada uno disfruta con lo que puede, y el t¨ªo de la foto solo gozaba moliendo a palos a j¨®venes indefensos
Observen c¨®mo da la cara Juan Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, Billy el Ni?o, tras declarar ante el juez. Parece que viene de atracar una gasolinera, una tienda de ultramarinos, un estanco, y podr¨ªa hacerlo, pues todav¨ªa tiene su pistola. Pero atracar no es lo suyo, no le pone, a menos que pudiera torturar despu¨¦s al dependiente, un chico joven al que le mandar¨ªa bajarse los pantalones y los calzoncillos para meterle una picana en los test¨ªculos. Significa que Juan Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, alias Billy el Ni?o, ser¨ªa un mal atracador. Perder¨ªa el tiempo metiendo la cabeza en el retrete a la due?a de la mercer¨ªa.
Los atracadores de verdad lo considerar¨ªan una peste, porque los atracadores distinguen el trabajo de la diversi¨®n, saben d¨®nde se gana la pasta y d¨®nde se ejercita el sexo. Lo cierto es que cada uno disfruta con lo que puede, y el t¨ªo de la foto solo gozaba moliendo a palos a j¨®venes indefensos. Le pon¨ªas delante a un cr¨ªo con esposas y se le hac¨ªa la boca agua. La ley es el refugio de las psicopat¨ªas m¨¢s repugnantes. Cuando se dan las condiciones objetivas, salen de sus grietas, como ratas enloquecidas, violadores, ladrones, asesinos, verdugos¡ Unos vienen de la judicatura; otros, de los ej¨¦rcitos; algunos, como en el caso del tipo de la foto, de la poli. Cuando la dictadura cae, regresan a sus madrigueras, como las cucarachas al encenderse la luz, y viven de las leyes de punto final, de las prescripciones, de las complicidades expl¨ªcitas o impl¨ªcitas de los Estados. La alima?a de la foto, ya se ve, ha vuelto a su rendija. ?Pena de jueces con escr¨²pulos!
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