El incidente de Ankara
Rajoy cae en una celada pol¨ªtica en Turqu¨ªa con sorprendente facilidad
Es verdad que la diplomacia econ¨®mica se ha convertido en un rengl¨®n clave de la pol¨ªtica exterior, pero es dif¨ªcil imaginarse el grado de pragmatismo que puede adquirir. Los indicios m¨¢s recientes son la dr¨¢stica limitaci¨®n del principio de la justicia universal, en aras de aplacar los enfados del Gobierno de China y de otros grandes de la Tierra, o el estoicismo con que Mariano Rajoy ha soportado la celada tendida en la capital de Turqu¨ªa, cuando el presidente del Gobierno espa?ol pretend¨ªa celebrar la construcci¨®n de una l¨ªnea de Metro de 31 kil¨®metros por una empresa espa?ola (junto con otra turca) y el fuerte aumento de relaciones comerciales entre los dos pa¨ªses.
Lo que iba a ser el acto inaugural en Ankara se transform¨® en una celebraci¨®n de apoyo al primer ministro turco, Tayyip Erdogan, que se encuentra en plena campa?a electoral tras un per¨ªodo muy cr¨ªtico en la situaci¨®n interna de su pa¨ªs. En vez de limitarse al habitual corte de cintas y algunos discursos protocolarios, Erdogan hizo participar a Rajoy en un acto ante 5.000 enfervorizados militantes del partido islamista Justicia y Desarrollo.
Resulta sorprendente que fuentes gubernamentales se declaren sorprendidas por la forma en que se desarrollaron los hechos en la capital turca. Llevar la alta representaci¨®n de un pa¨ªs requiere de preparativos minuciosos y es dif¨ªcil coger desprevenido a un jefe de Gobierno si este no se deja. Todav¨ªa resulta m¨¢s chocante la situaci¨®n tras los vapuleos al anterior jefe del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a prop¨®sito de la Alianza de Civilizaciones que hab¨ªa montado con Erdogan.
El incidente de Ankara muestra el talante imperativo que domina las relaciones econ¨®micas internacionales a lo largo y ancho del planeta, al que cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil sustraerse. A¨²n as¨ª, hay formas y formas de gestionar las cosas. De nuevo vuelven a la memoria las dos palabras con las que un jefe del Gobierno italiano, Giulio Andreotti, resumi¨® su valoraci¨®n de la pol¨ªtica en tiempos ya lejanos de Espa?a: manca finezza.
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