Ni?os
?Est¨¢ antes el inter¨¦s del partido, de la Iglesia, de la empresa, que el de una criatura a la que nadie va a hacer caso? Qu¨¦ ferocidad y cu¨¢nta hipocres¨ªa
Como es natural, me parece muy necesario que se hable de las mujeres maltratadas. Pero hay otro tipo de violencia social y dom¨¦stica que apenas mencionamos, otras v¨ªctimas que a¨²n est¨¢n mucho m¨¢s desprotegidas, y son los ni?os (los ancianos tambi¨¦n, pero de eso hablar¨¦ otro d¨ªa). Por supuesto que si cae una red mafiosa de ped¨®filos todo el mundo se alegra: son delincuentes profesionales. Pero, ?por qu¨¦ ser¨¢ que la sociedad es tan reacia a admitir y perseguir los abusos contra los ni?os si son perpetrados por un familiar, un colega de trabajo, un vecino? Del caso del profesor de m¨²sica y presunto sobador de ni?as en el colegio Valdeluz, lo que m¨¢s me preocupa y me repugna son ese director y ese jefe de estudios que supuestamente conoc¨ªan lo que estaba pasando. En el mismo peri¨®dico, leo que el ministro de Econom¨ªa alem¨¢n aup¨® a un diputado de su partido aun sabiendo que le investigaban por ped¨®filo. Y no hace tanto nos enteramos de que la BBC mir¨® para otro lado mientras Saville, su presentador estrella, le met¨ªa mano a un millar de ni?os. Por no hablar del horror del incesto, ese infierno sepultado en la herm¨¦tica intimidad del n¨²cleo familiar. Seg¨²n la Revista d'Estudis de la Viol¨¨ncia (2008), entre un 20%-25% de mujeres y un 10%-15% de hombres espa?oles confesaron en diversos estudios haber sufrido abusos sexuales en la infancia; en el 39% de los casos el agresor era el padre, y en el 30% otro familiar. Calculen la dimensi¨®n de esa herida secreta. ?Pero qu¨¦ nos pasa con los ni?os? ?Creemos que son propiedad inviolable de los padres, hagan con ellos lo que hagan? ?Y es su indefensi¨®n lo que nos incita al abuso? ?Est¨¢ antes el inter¨¦s del partido, de la Iglesia, de la empresa, que el de una criatura a la que nadie va a hacer caso? Qu¨¦ ferocidad y cu¨¢nta hipocres¨ªa.
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