El duende civilizado
Recuperamos la entrevista que en 1994 hizo la periodista Sol Alameda a Paco de Luc¨ªa. No sabe solfeo, ni falta que le hace. Pero es el mejor guitarrista flamenco del mundo. Un mito indiscutido. Leg¨ªtimo heredero de dos culturas, la paya y la gitana, ha sabido extraer sus mejores esencias sin traicionar a ninguna. Su ¨²ltimo disco, Uve in America, grabado en directo en sus actuaciones en Estados Unidos, es un nuevo homenaje al duende eterno de un arte ancestral que el genio de Paco de Luc¨ªa ha logrado sacar del gueto.
En el sal¨®n de su casa, en la urbanizaci¨®n ma?drile?a de Mirasierra, hay un sill¨®n de orejas si?tuado frente a la televisi¨®n con una manta de viaje sobre el respaldo. Ah¨ª es donde se sienta Paco de Luc¨ªa cuando regresa agotado de una gira de tres meses. En esa posici¨®n pasa horas y horas viendo la tele. Cuando finalmente se pregunta: ?pero qu¨¦ hago viendo esta basura?, es que se encuentra en forma. Entonces tal vez se libre de la indolencia y surja un hombre que puede trabajar sin descanso. En esta dualidad, yendo de un extremo al otro, sinti¨¦ndose un salvaje y un ser civilizado; tir¨¢ndose de cabeza a la responsabilidad que tiene con la m¨²sica o huyendo de ella, vive Paco de Luc¨ªa (Francis?co S¨¢nchez, Algeciras, C¨¢diz, 1947), el mejor guitarrista de flamenco del mundo.
¡ªUsted admite ser el m¨¢s neur¨®tico del mundo. Eso simplifica las cosas; al menos lo sabe.
¡ªEs que el consumo del arte es peligroso. Un m¨²sico de ¨¦xito est¨¢ obligado a hacer un disco cada a?o, y uno no tiene esa capacidad. Sobre todo si es compositor de su obra. Otra cosa sucede si uno es cantante y quiere hacer un disco; le mandan 40 compositores con otras tantas canciones para que elija, y luego, un arreglista para que haga los arreglos. Pero para el creador cada disco es un parto, y la demanda discogr¨¢fica no le da tiempo a sentir y vivir lo suficiente para renovarse y hacer una obra nueva. S¨ª, soy neur¨®tico; como todos los que pasan muchas horas solos. La composi?ci¨®n es neur¨®tica, y la actuaci¨®n en directo, extrovertida y comunicativa; uno se cura con el directo. Pero los que s¨®lo viven de la com?posici¨®n da miedo hablar con ellos; te miran con cara de loco.
¡ªUsted, a estas alturas, debe tener cierta seguridad en lo que hace. ?O no?
La tradici¨®n contempor¨¢nea
La guitarra flamenca es un arte de emoci¨®n. Desde sus or¨ªgenes de sonidos negros y primarios, con las cuerdas graves como base del toque, hasta el excepcional momento que vive hoy, prodigio de t¨¦cnica e imaginaci¨®n, ha recorrido un largo camino empapado de escalofr¨ªos.
Desde aquellos guitarristas cuyo estilo todav¨ªa resulta cercano y familiar ¡ªSabicas, Ni?o Ricardo, Diego el dei Gastor, Perico el del Lunar, Melchor de Marchena, los Habichuela...¡ª, hasta la excelente generaci¨®n actual ¡ªGerardo N¨²?ez, Rafael Riqueni, Vicente Amigo, Raimundo Amador, Tomatito, Agust¨ªn Carbonell...¡ª, la evoluci¨®n del toque pasa por un nombre: Paco de Luc¨ªa.
El de Algeciras no s¨®lo ha popularizado la guitarra flamenca, situ¨¢ndola Entre dos aguas.
Sus intuiciones musicales han sido de tal riqueza que bien puede hablarse de revoluci¨®n. Destroz¨® los esquemas cerrados de los diferentes palos sin perder de vista la jondura, situando a la guitarra en una encrucijada con mil posibilidades y revolucionando la armon¨ªa. Con sus facultades innatas y un gran sentido del ritmo y del tiempo, transform¨® la t¨¦cnica elemental en un ejercicio preciosista de picados, arpegios, rasgueados y tr¨¦molos, revolucionando la ejecuci¨®n.
Con su esp¨ªritu inquieto, se introdujo en la m¨²sica cl¨¢sica (Falla, Rodrigo...) y en la fusi¨®n con ei jazz (McLaughlin, Corryel, DiMeola...), revolucionando las fronteras cerradas en las que viv¨ªa el flamenco. Con su inspiraci¨®n, no revolucion¨® nada: mantuvo un duende ancestral que enlaza la tradici¨®n m¨¢s pura con un aliento contempor¨¢neo.
¡ªSe va abriendo ese conocimiento; pero a veces es preferible no tener ninguno y contar s¨®lo con la emoci¨®n, ser un salvaje. Es mucho m¨¢s intr¨¦pido un salvaje que un intelectual, m¨¢s osado, y por eso tiene la posibilidad de encontrar locuras.
¡ªY usted, cuando trabaja, ?es m¨¢s salvaje o m¨¢s intelectual?
¡ªHe vivido toda mi vida abusando, por as¨ª decir, de mi salvajismo, us¨¢ndolo. Usando la sensibilidad y la intuici¨®n, pero llega un momento en que echas de menos el conoci?miento, el raciocinio. El conocimiento esco?l¨¢stico, por ejemplo; el haber ido a una escue?la a aprender armon¨ªa, m¨²sica. Ah¨ª tienes una cantidad de recursos que, usando s¨®lo la in?tuici¨®n, a veces se hacen muy pesados. Porque te obliga a estar siempre sensible, hipersensible, para poder hacer algo, para componer. Y si tienes conocimientos, pues es m¨¢s f¨¢cil.
¡ªSiempre ha echado de menos una mayor preparaci¨®n. ?O es algo reciente?
¡ªMe ha sucedido siempre, pero a medida que pasa el tiempo, todav¨ªa m¨¢s; porque con la edad tienes menos energ¨ªa, menos est¨ªmu?los, menos ganas de encerrarte ocho horas para descubrir una melod¨ªa. En esas ocasio?nes echas de menos poder manipular la m¨²si?ca, sin tener que buscar con tanto trabajo co?sas que luego resulta que ya est¨¢n descu?biertas.
¡ª?Sigue sin saber m¨²sica?
¡ªCuando he tenido que aprender la m¨²si?ca de Falla, o de Alb¨¦niz, o el Concierto de Aranjuez, pens¨¦ trabajar con otro m¨²sico, pero no me sent¨ª a gusto. De pronto vi que ten¨ªa un m¨¦todo de solfeo en casa y pens¨¦ que tal vez podr¨ªa descifrar una partitura. Efecti?vamente, lo hice, aunque tardaba much¨ªsimo en agarrar una frasecita o un acorde.
¡ª?Nunca le ha compensado ponerse a es?tudiar solfeo de una vez por todas?
¡ªHe empezado muchas veces, pero mi vida es muy irregular. Cuando estoy encerra?do durante meses, con todo el tiempo del mundo, tengo ganas de organizarme, de po?nerme una disciplina. Pero de pronto me voy de gira y comienza la locura. Ah¨ª naufragan mis buenos deseos. Luego vuelvo a las buenas intenciones, y as¨ª me paso la vida.
¡ªPuede ser que en el fondo desee seguir con su modo particular de lograr lo que quiere.
¡ªS¨ª. Pero tambi¨¦n es indolencia. M¨¢s que vago, soy incr¨¦dulo, no me creo demasiado las cosas y me da como miedo ser pretencioso, sa?ber mucho. Me digo, ?y qu¨¦ m¨¢s da! Siempre he vivido as¨ª, y hasta ahora no me ha ido mal.
¡ªDe ni?o era usted muy disciplinado, es?tudiaba guitarra durante horas sin desmayo.
¡ªS¨ª, en mi primera ¨¦poca, de los 8 a los 12 o 15 a?os. Nac¨ª en una familia con problemas econ¨®micos. Mi padre lo pasaba muy mal tra?tando de encontrar dinero para comer cada d¨ªa, y yo de chiquitito ten¨ªa la idea de que de?b¨ªa aprender r¨¢pido para ayudar en casa.
¡ª?Es el ¨²nico esfuerzo que ha hecho de verdad?
¡ªS¨ª, pero no lo sent¨ªa. Mi padre me pre?guntaba: ?cu¨¢nto tiempo has estudiado?, y cuando le contestaba que 10 horas, o 12, y ve¨ªa su alegr¨ªa, me compensaba. Y, efectiva?mente, a los 12 a?os estaba ganando dinero.
¡ª?Fue entonces cuando viaj¨® a Estados Unidos con las sartenes?
¡ªLas compr¨¦ all¨ª, pero viajaba con ellas. Para m¨ª, ir a Estados Unidos era tan excitante como ir a la luna. Ganaba 100 d¨®lares a la se?mana, y si ten¨ªa que pagar restaurantes no me quedaba nada. As¨ª que iba con mi hermano de hotel en hotel con las ollas y las sartenes. Y de todos los hoteles nos echaban porque el olor inundaba el edificio y pon¨ªamos las paredes perdidas de tomate frito. Pero todos los miembros del ballet cocinaban en el cuarto. Yo era muy feliz entonces. En vez de ir a la escuela, con 12 a?os estaba viajando y ganan?do dinero. A esa edad uno no sufre; uno sufre cuando se va haciendo viejo.
¡ª?Se preocup¨® de leer libros en ese tiempo?
¡ªS¨ª, le¨ª mucho desde los 17 a?os. Ahora no leo nada, estoy tan lleno de cosas que cuando vuelvo simplemente me siento e inten?to ordenar mi cabeza. Me parece que leer es como intentar vivir 1a vida de otro, y yo lo que quiero es rumiar mis cosas.
¡ªCuando empez¨® a leer, ?qu¨¦ clase de li?bros eligi¨®?
¡ªLibros de filosof¨ªa, hasta que me di cuenta de que me estaba poniendo muy serio. Vengo de una tierra donde hay mucho sentido del humor y de pronto not¨¦ que se me hab¨ªa ido volando; cuando me dec¨ªan algo absurdo, que es lo que m¨¢s gracia me hace ahora, dec¨ªa; pero eso no es l¨®gico. Trataba de razonar todo y empec¨¦ a ponerme aburrido. As¨ª que dej¨¦ la filosof¨ªa; eso de buscarla verdad es una pretensi¨®n vana; a medida que intentas cono?cerla ves c¨®mo se hace cada vez m¨¢s compleja.
¡ª?Ha llegado a definir el flamenco?
¡ªEso... Adem¨¢s de que es una m¨²sica muy rica, con emoci¨®n, es una filosof¨ªa, una manera de vivir, una escala de valores, algo diferente.
¡ª?Vive usted de acuerdo con esas reglas?
¡ªHay cosas del flamenco que sirven; el respeto a los viejos, por ejemplo, me parece muy positivo; la sociedad actual tira a los vie?jos a los cementerios de elefantes. En nuestra cultura, en esa cultura, el viejo es el patriarca hasta que muere. Hay otras normas que uno vive con naturalidad sin ser consciente de ello.
¡ª?Vive seg¨²n esas leyes m¨¢s que con las de los payos?
¡ªCon una mezcla de las dos.
¡ª?Eso crea conflictos?
¡ªEn una ¨¦poca y en ciertas situaciones no he sabido qu¨¦ partido tomar; si el de la l¨®gica coherente de una sociedad que evoluciona o el tradicional, lleno de incoherencias, pero muy atractivo y po¨¦tico. Lo que hice fue agarrar de cada cultura lo positivo y tratar de aplicarlo.
¡ª?Lleg¨® un momento en que la cultura del flamenco le result¨® asfixiante y quiso alejarse de ella?
¡ªS¨ª, me fui; en definitiva, me fui. Viv¨ªa el mundo del flamenco intensamente, y en un momento dado decid¨ª meterme en el mundo de los payos porque me parec¨ªa que ten¨ªa co?sas interesantes. Entonces me fui a tocar con otros m¨²sicos, americanos e ingleses; necesi?taba aire fresco, viv¨ªa en un c¨ªrculo vicioso; los mismos t¨®picos, los mismos valores, las mismas gracias. Y nac¨ªan los flamencos nue?vos y eran como los padres y como los abue?los, todo el mundo igual. Empec¨¦ a ahogarme y me sal¨ª para buscar otro tipo de m¨²sica.
¡ªFue una evoluci¨®n, nunca rompi¨® con ese mundo.
¡ªNo pretend¨ª una revoluci¨®n, s¨®lo una evoluci¨®n. Eso me ha dado la identidad que tengo y esa identidad es lo que te da fuerza como artista.
¡ªCuando fue a Estados Unidos y empez¨® a tocar con John McLaughlin y Larry Co?rryel, ?c¨®mo se sent¨ªa?
¡ªUn primitivo. Para los flamencos yo era el evolucionado, y con los americanos era el salvaje. Eso me desconcertaba. Sab¨ªa que no sab¨ªa improvisar y que ellos deb¨ªan saberlo. Les dec¨ªa: me estoy volviendo loco, ?c¨®mo se hace?, y ellos se re¨ªan una barbaridad, como diciendo: no nos vaciles. Y no me dec¨ªan nada. Supongo que ve¨ªan en m¨ª cosas que yo desconoc¨ªa, y les parec¨ªa bonito verme en el escenario sufriendo. Pero para m¨ª era terrible ese esfuerzo para evitar el rid¨ªculo. Sub¨ªa tem?blando, lleno de miedo, con unos dolores de espalda terribles. Era pura improvisaci¨®n, al estilo del jazz, y nunca hab¨ªa tocado as¨ª. Estu?ve a punto de tirar la toalla y volverme a casa. Pero algo me dec¨ªa que iba a sacar algo positi?vo. Y as¨ª fue; encontr¨¦ una manera diferente de tocar. Descubr¨ª lo atractiva que es la im?provisaci¨®n; algo que deber¨ªan hacer todos los m¨²sicos, incluso los cl¨¢sicos.
¡ªY ahora, ?le resulta m¨¢s f¨¢cil improvisar?
¡ªAhora por lo menos no me duele la ca?beza. Si de pronto tienes ese d¨ªa m¨¢gico en el escenario y sacas una improvisaci¨®n que ni t¨² mismo te la crees, y al mismo tiempo tienes una absoluta seguridad de que no te vas a per?der en la armon¨ªa, de que est¨¢s en posesi¨®n de la verdad, ese d¨ªa te enganchar¨¢ para siempre. Ya siempre esperar¨¢s que llegue otra vez. Y llega, pero muy de vez en cuando. Aunque cuando lo has descubierto ya no dejas de bus?carlo.
¡ªEn esa ocasi¨®n no le arrastr¨® la indo?lencia.
¡ªNo. Ten¨ªa un manager ingl¨¦s y se nos ocurri¨® hacer un tr¨ªo con tres guitarristas dife?rentes: uno cl¨¢sico, uno de jazz y yo. Pero el cl¨¢sico no quiso hacerlo, precisamente porque no sab¨ªa improvisar, y buscamos a Larry Co- rryell. Me puse las pilas, y al escenario. Cuan?do lo veo claro, me lanzo sin pensarlo dos ve?ces. Me cuesta decidir, pero luego no hay quien me pare. Es mi forma de vivir: la nada o el abismo, a ver si vuelo. Y hasta ahora me he mantenido en el aire. En la vida hay que arriesgarse, pero da miedo hacer el rid¨ªculo, y eso nos frena. S¨®lo aprendes equivoc¨¢ndote.
¡ªSu inmersi¨®n en el jazz, ?era as¨ª de arriesgada?
¡ªLa gente del jazz es tolerante, los que son herm¨¦ticos e intolerantes son los del cl¨¢si?co. Si no eres cl¨¢sico y si no has nacido en ese ambiente, autom¨¢ticamente te rechazan. To?ques lo que toques, no se paran a o¨ªrte; prime?ro te rechazan.
¡ª?Todav¨ªa se desprecia el flamenco?
¡ªToda la vida. Desde ni?o he tenido com?plejo de inferioridad provocado por los cl¨¢si?cos. Y no es algo que yo me creyera, no lo in?ventaba; ellos me lo hicieron presente. Pensa?ba que hab¨ªa una manera de tocar el Concier?to de Aranjuez: desde la perspectiva del fla?menco y lo toqu¨¦ como yo lo sent¨ªa. A casi todos los guitarristas cl¨¢sicos les gust¨®. Pero un d¨ªa le¨ª en el Abc una entrevista con Narciso Yepes en la que me pon¨ªa como si yo fuera un violador de ni?os. Dec¨ªa cosas horribles: que c¨®mo ten¨ªa la verg¨¹enza de tocar eso; que me dedicara a lo m¨ªo. No daba razones de por qu¨¦ no le gustaba mi concierto. Lo que suce?d¨ªa cuando era peque?o volv¨ªa a aparecer.
¡ªUsted es es un artista indiscutido, nadie lo niega; eso le dar¨¢ seguridad.
¡ªNo creas; s¨¦ lo que soy. Todo lo que me dan de m¨¢s me sobra; lo que me den de menos me falta. Trato de hacer bien mi profesi¨®n, es?toy en el camino, intento llegar a ese momento en que me guste algo de lo que hago.
¡ªSer, como es usted, una especie de Papa para tanta gente, ?c¨®mo se lleva?
¡ªA veces he hecho cosas de las que me arrepiento y, sin embargo, hay gente que sigue por ah¨ª. Eso de saber que hay gente que se mira en m¨ª me da responsabilidad. Pero, por otra parte, si he tenido un ¨¦xito en la vida ha sido eso; haber dejado constancia en mi tradi?ci¨®n y en mi cultura de mi paso por aqu¨ª, y eso me gusta.
¡ª?A veces ha sentido miedo de que el buen flamenco se acabara?
¡ªNo. A los gitanos les puedes cortar la lengua, pero seguir¨¢n cantando sin ella.
¡ªUsted no es gitano.
¡ªNo, pero me he criado con ellos, los co?nozco bien. Esa gente tiene arraigada su cul?tura. Yo pienso que el flamenco es andaluz; pero el gitano, cuando lleg¨® a nuestro pa¨ªs, hace 500 a?os, se integr¨® con el flamenco y le dio su personalidad, su manera de expresar la m¨²sica; lo evolucion¨®, lo puli¨®. Esa gente siempre busca una excusa para hacer una fies?ta; una boda, un bautizo, un cumplea?os. Cualquier motivo es bueno para pasarse tres d¨ªas cantando.
¡ªDe esa cultura, adem¨¢s de la m¨²sica, ?qu¨¦ le gusta?
¡ªBueno, me gustan muchas cosas de los gitanos. Su capacidad de alegr¨ªa, su manera de ver la vida, al d¨ªa, sin pretender enrique?cerse.
¡ª?Y su incapacidad para evolucionar?
¡ªTienen miedo de la evoluci¨®n, aun no
O que ya hay gitanos j¨®venes m¨¢s abiertos. Han tenido miedo de perder su pasado. Pero una raza tiene que proteger su cultura, sus costumbres; tener cuidado de no contami?narse.
¡ªEs curioso que sea usted, un no gitano, quien haya evolucionado el flamenco.
¡ªQuiz¨¢s tengo menos ese sentido de tradi?ci¨®n. He vivido con ellos, pero, a la vez, tengo cabeza de payo, sin esa fuerza de la tradici¨®n, del inmovilismo. Para m¨ª ha sido m¨¢s f¨¢cil, tengo m¨¢s sentido de la libertad. Aunque he vivido con ellos y no tuve conciencia de que no era gitano hasta que fui bastante mayor.
¡ªSaber que no era gitano, ?le hizo ver las cosas de otro modo?
¡ªEmpec¨¦ a mirar la cultura de otra gente, de otros m¨²sicos. Yo era b¨¢sicamente un fla?menco, siempre ser¨¦ un flamenco y siempre lo querr¨¦ ser; pero descubr¨ª que hab¨ªa otra m¨²si?ca. Mi padre me dec¨ªa que todo lo que no era flamenco eran tonter¨ªas, no era m¨²sica. Hab¨ªa tal automarginaci¨®n que era vergonzoso o¨ªr a un m¨²sico de jazz, o a un cl¨¢sico. Te dec¨ªan que eras un chufla, si no te tomaban por loco. Pero descubr¨ª que fuera del flamenco tambi¨¦n hab¨ªa m¨²sica. Entonces ten¨ªa 20 a?os.
¡ªActu¨® como un criollo, alguien que par?ticipa de dos culturas y que finalmente es quien logra aportar algo nuevo.
¡ªNac¨ª en la tierra del flamenco; mi padre es guitarrista, mi hermano, mi casa estaba lle?na de flamencos, de fiestas. Tal vez lo que su?cede es que nac¨ª en una ¨¦poca de cambio. No viv¨ªan encerrados los gitanos; tambi¨¦n los an?daluces y todos los espa?oles en general.
¡ªVivi¨® entre gitanos mucho tiempo, pero no se cas¨® con una mujer de esa raza.
¡ªLas gitanas son muy guapas. Siempre he respetado su cultura, en la que no se ve muy bien que se casen con un payo. A una gitana no se la liga normalmente, te casas con ella. Ligar para acostarte es muy feo. Nunca inten?t¨¦ nada con una gitana.
¡ª?El amor es una inspiraci¨®n para su m¨²?sica?
¡ªS¨ª, sobre todo cuando era adolescente. Fue un est¨ªmulo incre¨ªble. Yo me enamor¨¦ de mi mujer y nunca m¨¢s me volv¨ª a enamorar. Ves una mujer por ah¨ª y te gusta, y eso, pero...
¡ª?Se lo propone o es as¨ª de verdad?
¡ªUn poco de las dos cosas. Inconsciente?mente te lo propones; tienes una familia y unos hijos; ?c¨®mo vas a jugar al amor por ah¨ª? Lo m¨¢ximo a que puedes aspirar es a echar una canita al aire.
¡ªSu mujer es una arist¨®crata; ?c¨®mo fue la adaptaci¨®n entre dos seres de mundos tan dispares?
¡ªSiempre hay escalas de valores diferen?tes, pero ella es inteligente. Ni ella es tal como la ense?aron ni yo soy tal como mi educaci¨®n me hizo. Tratamos de ser coherentes.
¡ª?Ha superado ya la depresi¨®n que le cau?s¨® la muerte de Camar¨®n?
¡ªLa pena me va a quedar. ?l ha sido el cantaor m¨¢s importante de la historia del fla?menco. Tengo el consuelo de que dej¨® unos discos grabados que son una c¨¢tedra. Desde que lo descubr¨ª, me di cuenta en ese mismo momento de que estaba delante del mejor. Para ser exacto, lo supe el segundo d¨ªa que le vi. Nos fuimos de fiesta, estuvimos toda la no?che por ah¨ª, y toda la ma?ana siguiente, hasta las cuatro o cinco de la tarde. Ese d¨ªa supe que Camar¨®n era el mejor artista que hab¨ªa naci?do en esto. Fue una inspiraci¨®n para m¨ª. Me ganaba la vida dando conciertos por ah¨ª, pero siempre ten¨ªa que volver para hacer un disco con ¨¦l. Ahora me he quedado sin ese disco que hac¨ªamos juntos cada a?o y medio o dos a?os, y que me daba tanto gusto. Acabamos la ¨²lti?ma grabaci¨®n que hicimos juntos dos meses antes de que muriera. Estaba f¨ªsicamente muy mal, pero no sab¨ªamos qu¨¦ ten¨ªa. A la semana siguiente, cuando no pod¨ªa m¨¢s, se fue a Bar?celona y descubrieron la enfermedad. Yo le ve¨ªa mala cara, pero como ¨¦l viv¨ªa tan a fon?do, pensaba que era consecuencia de lo mal que se estaba tratando.
¡ª?Hablaba de eso con ¨¦l?
¡ªDurante a?os era el comentario cotidia?no. Siempre me daba la raz¨®n y dec¨ªa: ¡°Ya no lo voy a hacer m¨¢s¡±. Yo insist¨ªa, aunque sab¨ªa que no serv¨ªa de nada. ?l me respetaba mucho y siempre lo hac¨ªa detr¨¢s m¨ªo, para que no lo viera; le daba un poco de verg¨¹enza.
¡ª?Por qu¨¦ cree que eligi¨® vivir as¨ª?
¡ªExactamente, fue una lecci¨®n. Y yo jus?tifico todo lo que hizo porque fue un artista tan grande; alguien que no es artista no puede entenderlo. A veces te viene la apat¨ªa, la des?gana, la desidia, y de pronto tienes que esti?mularte para tener una sensibilidad especial. Creo que ¨¦se era el motivo, y que de alguna manera eso le dignificaba. Quiero decir que yo justifico lo que hac¨ªa Camar¨®n porque lo ha?c¨ªa por un motivo noble, no era el puro vicio. Lo hac¨ªa para encerrarse en s¨ª mismo, para o¨ªr m¨²sica y cantar. Ha sido una v¨ªctima de su propia sensibilidad, o de su profesi¨®n. ?l era humilde, nunca hablaba mal de nadie, ten¨ªa afici¨®n, viv¨ªa para eso solamente. Y para m¨ª eso justifica muchas cosas.
¡ª?Usted, a qu¨¦ le tiene miedo?
¡ªA la vejez, a tener 80 a?os y que me ten?gan que lavar el culo, a que Ies pase algo a mis hijos, a que se muera mi mujer. Y tambi¨¦n a la falta de sensibilidad de la gente.
¡ª?Qu¨¦ quiere decir?
¡ªLa gente s¨®lo piensa en el puro y mero confort. Pienso que el hombre debe ser justo y honesto, y creo en la igualdad de oportunida?des, en que la gente debe vivir mejor cada vez. Pero, por otra parte, a mi entender, no tener nada estimula; si no tienes dinero luchas m¨¢s. Me acuerdo que cuando tocaba para ayudara mi padre ten¨ªa m¨¢s fuerza que ahora. Lo que da sentido a la vida es tener que salir cada d¨ªa a cazar para traer comida a casa. Eso justifica al ser humano y hace que cada d¨ªa sea diferen?te. La vida civilizada hace que el hombre se vuelva d¨¦bil y viva descontento, deprimido.
¡ª?Est¨¢ relatando su propia experiencia?
¡ªExactamente. No es que crea necesario ser pobre para hacer algo v¨¢lido en arte. Creo que el hombre debe progresar, pero tal vez la civilizaci¨®n no es todo lo buena que creemos.
¡ªDe su parte gitana, ?le queda alguna su?perstici¨®n?
¡ªNo tengo supersticiones, excepto una, un ritmo flamenco del que me da miedo hasta decir el nombre: peteneras. He tenido malas experiencias con ¨¦l; por ejemplo, estaba en Chile, en casa de un m¨¦dico escuchando un disco de eso, de flamenco, y dice mi hermano Pepe: ¡°Quita eso, quita eso¡±, y cuando lo em?pieza a quitar la tierra comienza a moverse; era un terremoto. Y otra cosa, el bailaor que ven¨ªa conmigo nunca hab¨ªa bailado ese baile, no quer¨ªa hacerlo; pero un d¨ªa le insistieron, y aunque ¨¦l se resist¨ªa, fue tanta la presi¨®n que tuvo que bailar. Y justo entonces le llamaron por tel¨¦fono: su padre hab¨ªa muerto. Hay mu?chos casos, es mucha la gente a la que le han pasado cosas. Yo te he dicho el nombre ¨²nica?mente porque lo tienes que escribir, si no nun?ca lo menciono; hasta eso me da miedo. Pero le pasa a todos los flamencos. Todo el mundo lo respeta. Creo que empez¨® hace unos sesen?ta a?os, con una bailaora llamada Maripaz que se muri¨® mientras bailaba ese baile.
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