Los caprichos de Kim Kardashian enervan a su millonario anfitri¨®n
Richard Lugner, de 81 a?os, se muestra arrepentido de invitar a la estrella a la ?pera de Viena La novia de Kanye West es una de sus acompa?antes m¨¢s complicadas en los ¨²ltimos 23 a?os
Richard Lugner, un multimillonario empresario de la construcci¨®n austriaco de 81 a?os, conocido por sus amigos bajo el apodo de M?rtel (Mortero, en espa?ol) tiene una debilidad que lo ha hecho famoso en su pa¨ªs y en las revistas del coraz¨®n de media Europa y que le ha costado una peque?a fortuna. Desde 1991, el anciano empresario contrata a luminarias del espect¨¢culo, de preferencia estrellas de Hollywood, para que lo acompa?en en el famoso Baile de la ?pera de Viena, previo pago de una suculenta suma, se entiende.
Para la noche de este jueves, Lugner tiene previsto llegar al famoso edificio acompa?ado de dos famosas, Kim Kardashian, una diva caprichosa y popular, y de Ovian Sarcos, una modelo venezolana que fue coronada Miss Mundo en 2011. No es oficial, pero la cifra que cobr¨® la m¨¢s famosa de las hermanas Kardashian por su presencia en Viena ronda los 250.000 euros, vals incluido, y una campa?a de promoci¨®n en el centro comercial del que es due?o Lugner. Con respecto a la modelo venezolana, la prensa ha sido m¨¢s discreta y nadie sabe cu¨¢nto dinero ha recibido para bailar con el magnate austriaco.
Pero la presencia de Kardashian parece haber trastornado los planes publicitarios del empresario, que lleg¨® a confesar en su pa¨ªs que lo estaba matando con sus caprichos. Aunque Lugner confes¨® haberse sometido a una sesi¨®n de 15 inyecciones de b¨®tox para poder presentar un rostro juvenil al lado de un invitada tan prominente como la novia de Kanye West, al final claudic¨® y confes¨® sus problemas a la prensa.
Su invitada m¨¢s glamourosa es, seg¨²n el magnate, Sophia Loren, que lo acompa?¨® en 1995. La m¨¢s escandalosa, Grace Jones, que mantuvo relaciones sexuales con su novio en el palco de honor
Entre otras cosas, el magnate admiti¨® que su invitada de honor hab¨ªa llegado a Viena acompa?ada de un s¨¦quito de 13 personas y, como las extravagancias pertenecen al ADN de las estrellas, hab¨ªa exigido un autom¨®vil especial para viajar desde el aeropuerto hasta su hotel. Lo m¨¢s importante: el coche deb¨ªa estar preparado para acomodar a la peque?a North, su ya famos¨ªsima primog¨¦nita.
Ese era solo el comienzo de las penurias del millonario. Hasta pocas horas antes del comienzo de la gala, Kardashian sigue neg¨¢ndose a dejarse fotografiar en el centro comercial de Lugner y, hasta el cierre de esta edici¨®n, no estaba claro si llegar¨ªa a la ?pera de Viena acompa?ando a su millonario anfitri¨®n. La alfombra roja est¨¢ abierta a los invitados de honor hasta las 21.15 y, a partir de ese momento, queda reservada para la llegada del presidente del pa¨ªs.
¡°Ella no quiere esperar tanto tiempo¡±, admiti¨® Lugner, que parece estar arrepentido de haberla invitado y que teme que la diva no llegue a tiempo para que las c¨¢maras de televisi¨®n inmortalicen su presencia. Si Kardashian no est¨¢ all¨ª a la hora convenida por el protocolo, tendr¨¢ que ingresar a la ?pera por una puerta lateral.
El magnate, que en el pasado provoc¨® la envidia de los invitados al llegar al famoso edificio acompa?ado de Sofia Loren, Faye Dunaway, Claudia Cardinale o Gina Lollobridiga, entre otras estrellas, como la bailarina marroqu¨ª Karima El Mahroug, m¨¢s conocida como Ruby Robacorazones, este a?o sucumbi¨® a la frivolidad de su invitada y dej¨® al desnudo que el famoso Baile de la Opera de Viena, en realidad es un acontecimiento rancio que solo tiene brillo gracias la vanidad de los ricos.
Richard Lugner decidi¨® gastar parte de su fortuna invitando a mujeres famosas a Viena para poder ser protagonista, al menos una vez al a?o, del ef¨ªmero mundo del glamour. A Christina, su mujer entre 1990 y 2007, nunca le import¨® este pasatiempo de su marido. Consciente de la naturaleza comercial de las citas, ella aprovech¨® la fama de su esposo para convertirse en presentadora de talk shows y brillar con su propia luz en las fiestas m¨¢s estilosas de Viena. La pareja, que se divorci¨® hace siete a?os, tiene una hija, Jacqueline, de 20. Los tres protagonizaron, durante varias temporadas, un reality de su vida diaria, en el que tambi¨¦n participaba la entonces suegra de Lugner.
Pero lo que le dio reconocimiento mundial es la tradici¨®n de aparecer en el baile de la ?pera cada a?o con una acompa?ante m¨¢s famosa. La inici¨® hace 23 a?os y, en todo este tiempo, el millonario tiene una agenda de an¨¦cdotas que har¨ªan feliz a cualquier revista del coraz¨®n. Como muestra, cuenta que la noche m¨¢s inc¨®moda la vivi¨® en el 1996, cuando lleg¨® a la Opera acompa?ada de la actriz Grace Jones, quien habia conocido a su futuro esposo dos d¨ªas antes de la gran fiesta.
¡°Fue una noche de pasi¨®n¡±, admite el millonario, al recordar que su invitada hab¨ªa tenido tres veces relaciones sexuales en el palco de honor. Al otro lado de la balanza se sit¨²a su mejor recuerdo, fechado en 1995, cuando obtuvo, gracias a su chequera, la compa?¨ªa de Sophia Loren. ¡°Era una gran dama y se gan¨® el respeto de todos¡±, admite. El mayor ¨¦xito publicitario, mientras tanto, lo obtuvo cuando lleg¨® a la ?pera con Paris Hilton de su brazo, una compa?¨ªa que le cost¨® 150.000 euros.
¡°Los seres humanos son, en principio, vanidosos¡±, dijo el millonario en v¨ªsperas de la gran fiesta. ¡°Yo soy vanidoso y lo admito. Cuando uno tiene ¨¦xito provoca la envidia y yo he tenido ¨¦xito como empresario, con mis fiestas de la ?pera y con las hermosas j¨®venes que me acompa?an¡±. ?Qu¨¦ m¨¢s se le puede pedir a la vida?
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