La raz¨®n sin razones (y 3)
Una de las causas del auge del independentismo catal¨¢n es la indigencia Tambi¨¦n la torpeza del discurso opuesto a ¨¦l
Esta serie de art¨ªculos trata de denunciar la indigencia y la torpeza del discurso de quienes no creemos que la independencia de Catalu?a resuelva ninguno de nuestros problemas (frente a la fortaleza y la habilidad del discurso de quienes creen lo contrario), y en el ¨²ltimo de ellos promet¨ª que intentar¨ªa explicar por qu¨¦ me parece equivocado el modo de plantear la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica de los dos discursos antinacionalistas que circulan en Catalu?a, que son el del PP y el de Ciutadans y UPyD. Cumplo lo prometido.
En lo esencial, el problema consiste en creer que la defensa y el fomento del catal¨¢n equivalen a la defensa y fomento del nacionalismo catal¨¢n (o del independentismo) y que impedir la extensi¨®n del catal¨¢n equivale a impedir la extensi¨®n del nacionalismo o el independentismo catal¨¢n. Esto no es s¨®lo falso, sino tambi¨¦n da?ino. Es verdad que, como otros nacionalismos, el catal¨¢n siempre ha apoyado sus reivindicaciones en la existencia de una lengua propia, fiado en la idea rom¨¢ntica de que la lengua es una emanaci¨®n del pueblo y una herramienta de construcci¨®n nacional; pero no es menos verdad que cederles a los nacionalistas la lengua es regalarles una baza fabulosa: el nacionalismo es una ideolog¨ªa de unos pocos, pero la lengua es un tesoro de todos, incluidos quienes ni la hablan ni la leen, porque pueden llegar a hacerlo. Sobre todo cuando se trata de una lengua tan rica y pr¨®xima al castellano; tan pr¨®xima que ¨Ccomo muestra el episodio del Quijote que evoqu¨¦ en mi art¨ªculo anterior, donde Don Quijote y Sancho dialogan sin problemas con unos bandidos que hablan en catal¨¢n¨C es facil¨ªsimo entenderla, y por tanto hacerla nuestra. Pero adem¨¢s, antes que una cuesti¨®n pol¨ªtica, esta es una cuesti¨®n moral, de respeto, no ya por la lengua catalana, que es una abstracci¨®n, sino por los catalanoparlantes, que somos individuos concretos.
Tengo amigos que son independentistas sobre todo por motivos ling¨¹¨ªsticos: porque piensan que s¨®lo una Catalu?a independiente podr¨ªa garantizar la plenitud del catal¨¢n e impedir episodios que les indignan ¨Cigual que indignan a cualquiera con dos dedos de frente¨C, como el del LAPAO, que busca abolir el catal¨¢n en Arag¨®n. A ellos hay que decirles que se equivocan: primero, porque no est¨¢ claro que la independencia de un pa¨ªs garantice la salud de su lengua, como demuestra el caso de Irlanda, donde, una vez conseguida la independencia tras dos guerras feroces, los pol¨ªticos se ocuparon poco o nada del ga¨¦lico, porque lo que les interesaba era el poder, no el ga¨¦lico; y segundo, hay que demostrarles que se equivocan, impidiendo atropellos como el del LAPAO y haciendo que Espa?a fomente el catal¨¢n con la misma energ¨ªa con que fomenta el castellano.
Es seguro que la convivencia en Catalu?a entre ambas lenguas puede ser muy mejorada, pero tambi¨¦n lo es que puede hacerse mucho m¨¢s por la difusi¨®n y el reconocimiento del catal¨¢n, sobre todo fuera de Catalu?a. Esto no s¨®lo lo digo yo. Tambi¨¦n lo dice, por ejemplo, Francisco Rico, quiz¨¢ nuestro primer hispanista, quien no hace mucho escribi¨® en estas p¨¢ginas que el Estado ¡°no ha sabido asumir y favorecer¡± el conocimiento de las lenguas minoritarias. O Jos¨¦ Manuel Lara y Carmen Balcells, el mayor editor y la mayor agente de la lengua espa?ola. En un di¨¢logo entre ambos publicado por La Vanguardia, el primero declaraba que desde hace d¨¦cadas pide que no se deje la defensa del catal¨¢n en manos de los independentistas, a lo que la segunda responde: ¡°Pero es lo que ha pasado, porque hoy a nadie se le ocurre identificar al Estado espa?ol con la defensa del catal¨¢n, sino con lo contrario¡±.
Vuelvo al principio de este art¨ªculo: una de las causas del auge del independentismo catal¨¢n es la indigencia y la torpeza del discurso opuesto a ¨¦l; el diagn¨®stico sobre Catalu?a es equivocado, y el remedio, en vez de resolver el problema, lo agudiza: necesitamos un diagn¨®stico certero y un remedio eficaz. Vuelvo al principio de esta serie: quienes piensan que nuestros problemas se arreglan con la independencia de Catalu?a no tienen a mi juicio raz¨®n, pero tienen muchas razones; quienes pensamos lo contrario quiz¨¢ tengamos raz¨®n, pero no tenemos razones. Y una raz¨®n sin razones no sirve de nada. Necesitamos con urgencia razones que sirvan.
elpaissemanal@elpais.es
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