?Usted d¨®nde se ve?
El mundo se dirige hacia la desigualdad en una especie de tropismo
Me he dado cuenta de que yo soy el tipo del triciclo porque me ponen esta foto delante y a quien miro, como ¨¦l, es a la pareja de ricos que posa ante su coche con una bolsa de Cartier, entre otras. Significa, ?hostias!, que no me he bajado del triciclo en el que en otra ¨¦poca repart¨ªa leche y hielo. Nunca he repartido leche o hielo en un triciclo, es un decir, pero colocabas un deportivo junto a una bicicleta y yo sab¨ªa que mi sitio era el de la bicicleta. Todav¨ªa lo s¨¦, y ese conocimiento es como una ¨²lcera infectada, una llaga de clase, podr¨ªamos decir. La distancia existente entre el repartidor y la pareja glamurosa es la distancia entre los dos bordes de una herida sin sutura posible. Por lo que sabemos, los bordes se alejan cada d¨ªa m¨¢s. El mundo se dirige hacia la desigualdad en una especie de tropismo, al modo en el que las plantas se vuelven hacia la luz.
La foto est¨¢ sacada en Shangh¨¢i (China), un pa¨ªs donde conviven la riqueza extrema y la pobreza indescriptible. De la nomenklatura corrompida, valga la redundancia, est¨¢ surgiendo una clase de millonarios que, por contraste, alumbra una nueva clase de pobres. Salvando las distancias, tambi¨¦n entre nosotros empieza a surgir una pobreza de nuevo cu?o gracias a la cual comprendemos intelectualmente esta foto. La comprendemos en todos y cada uno de sus detalles, en el brillo de la carrocer¨ªa del autom¨®vil rojo, en el cuero de sus asientos negros, en la postura casual de la joven pareja, pero tambi¨¦n en el triciclo desvencijado del chino pobre. ?Usted d¨®nde se mira? O, mejor a¨²n, ?d¨®nde se ve?
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