Feriados
La mayor parte de los trabajos son yugos deleznables de los que es necesario huir apenas se pueda
Al principio me resultaba raro. Viajara cuando viajara a Bogot¨¢, casi nunca pasaba una semana sin que hubiera un feriado y, cuando preguntaba a qu¨¦ se deb¨ªa, nadie ten¨ªa idea. Un feriado religioso, dec¨ªa uno; se recuerda una batalla, dec¨ªa el otro. Pero en Colombia los feriados son tantos que ya nadie sabe por qu¨¦ el imperativo de no trabajar se instala un lunes cualquiera de, digamos, agosto. Ahora ya no me resulta raro, porque lo mismo empieza a suceder en la Argentina: en 2012, con 18 d¨ªas festivos, fuimos el pa¨ªs con m¨¢s feriados del mundo. Y en 2013, con 19, repetimos honor. Hay feriados por ¨²nica vez, puentes, feriados recuperados (como estos d¨ªas de Carnaval). Aunque muchos se quejan (los taxistas y los due?os de comercios de las ciudades grandes, que se vac¨ªan en esas fechas), las cifras del turismo interno son positivas, y es probable que, a futuro, los feriados se reproduzcan. Pensando en estas cosas me pregunt¨¦ algo de una ingenuidad ramplona: si no ser¨ªa m¨¢s interesante propiciar que m¨¢s gente tuviera empleos o ejerciera profesiones que le gustaran, antes que resignarnos a la evidencia de que la mayor parte de los trabajos son yugos deleznables de los que es necesario huir apenas se pueda. Y me pregunt¨¦ qu¨¦ mundo ser¨ªa m¨¢s justo ¡ªsi un mundo con m¨¢s feriados o un mundo en el que a m¨¢s gente le gustara lo que hace¡ª, y me pregunt¨¦ por cu¨¢l de los dos mundos luchar¨ªa yo, y encontr¨¦ respuestas inmediatas. Despu¨¦s record¨¦ una frase de Roberto Arlt, escritor argentino que escribi¨®, en una columna llamada La tristeza del s¨¢bado ingl¨¦s, cuando se hab¨ªa conseguido el derecho a no trabajar el s¨¢bado en la tarde: ¡°Y se experimenta el terror, el espantoso terror de pensar que a estas mismas horas en varios pa¨ªses las gentes se ven obligadas a no hacer nada, aunque tengan ganas de trabajar o de morirse¡±. Zonceras, supongo. Apuntes de un d¨ªa feriado.
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