Que el Estado no controle mi cuerpo
Amnist¨ªa Internacional lanza una campa?a para que los nuevos Objetivos de Desarrollo protejan los derechos reproductivos y sexuales La organizaci¨®n pone la reforma de la ley del aborto en Espa?a como ejemplo de paso atr¨¢s
Cada a?o se realizan en torno a 22 millones de abortos de forma insegura, 47.000 mujeres mueren por complicaciones durante estas intervenciones, la mayor¨ªa en pa¨ªses donde la interrupci¨®n voluntaria del embarazo est¨¢ muy restringida o es inaccesible, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. El uso de anticonceptivos podr¨ªa evitar los embarazos no deseados, pero 215 millones de mujeres no los utilizan pese a que esa ser¨ªa su voluntad, bien sea porque no tienen acceso a programas de planificaci¨®n familiar, a formaci¨®n sobre sexualidad o porque sus maridos no se lo permiten. Basta un dato de una encuesta realizada en 2012 por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas: el 60% de las adolescentes de pa¨ªses subsaharianos no sab¨ªan c¨®mo impedir un embarazo y m¨¢s de un tercio no sab¨ªa d¨®nde conseguir anticonceptivos. Y deber¨ªan saberlo, porque m¨¢s de 14 millones de chicas p¨²beres dan a luz cada a?o por relaciones sexuales forzadas ¨Cviolaciones o porque han sido obligadas a casarse muy j¨®venes¨C, seg¨²n denuncia el Centro Internacional de Investigaciones de la Mujer.
Para Amnist¨ªa Internacional, los datos son un espejo de una realidad: el Estado tiene en cierta manera el control sobre los cuerpos de las personas en muchos pa¨ªses, mediante leyes nacionales que restringen o penalizan el aborto, permiten el matrimonio infantil o castigan las relaciones extramatrimoniales. Y muchos no tienen programas de formaci¨®n sexual y planificaci¨®n familiar que faciliten el acceso a los anticonceptivos. M¨¢s a¨²n, en casi un centenar de pa¨ªses, tener una pareja o relaciones con personas del mismo sexo es un delito castigado con la c¨¢rcel e incluso con la pena de muerte, como indica un informe de 2013 de la Asociaci¨®n Internacional de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (ILGA). Lo que tambi¨¦n supone una clara injerencia p¨²blica sobre el cuerpo de las personas.
¡°Es incre¨ªble que en el siglo XXI haya pa¨ªses que consienten el matrimonio prematuro, la violaci¨®n conyugal, o que criminalizan el aborto, el sexo fuera del matrimonio y las relaciones homosexuales, llegando incluso a castigarlos con la muerte¡±, se?ala Salil Shetty, secretario general de Amnist¨ªa Internacional.
?Qu¨¦ son los derechos sexuales y reproductivos?
Amnist¨ªa Internacional, informe Mi cuerpo, mis derechos (2014)
Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos que tenemos todas las personas. Nos dan derecho a:
- Tomar decisiones sobre nuestra salud, cuerpo, vida sexual e identidad sin temor a coacci¨®n o discriminaci¨®n.
- Pedir y recibir informaci¨®n sobre sexualidad, reproducci¨®n y acceso a servicios de salud relacionados con ellas y a m¨¦todos anticonceptivos.
- Decidir si tener hijos, cu¨¢ndo y cu¨¢ntos.
- Elegir a nuestra pareja ¨ªntima y si casarnos y cu¨¢ndo.
- Decidir qu¨¦ tipo de familia formar.
- Vivir sin sufrir discriminaci¨®n, coacci¨®n ni violencia, incluida violaci¨®n y otras formas de violencia sexual, mutilaci¨®n genital femenina, embarazo, aborto, esterilizaci¨®n o matrimonio forzados.
Frente a este panorama, la ONG ha iniciado la campa?a Mi cuerpo, mis derechos para ¡°recordar a los l¨ªderes mundiales su obligaci¨®n de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos sexuales y reproductivos¡± cuando se negocie la nueva agenda global que sustituir¨¢ a los Objetivos del Milenio (ODM) fijados para 2015. Para la organizaci¨®n es decisivo un compromiso internacional a tenor de las medidas restrictivas y regresivas adoptadas por algunos Estados en este sentido. As¨ª, dentro de lo que califica como una ¡°ofensiva global contra los derechos sexuales y reproductivos¡±, el estudio de Amnist¨ªa Internacional subraya algunos cambios legislativos que limitan el control individual sobre aquellos, como es el caso de Espa?a, ¡°si se aprueba en el Parlamento el anteproyecto de ley sobre el aborto se restringir¨¢ gravemente el acceso de las mujeres y las ni?as a esta intervenci¨®n¡±.
Tambi¨¦n el Centro Internacional de la Investigaci¨®n sobre la Mujer (ICRW, en sus siglas en ingl¨¦s) promueve una campa?a, que lanza con motivo del D¨ªa Internacional de la Mujer, para que la agenda post-2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio incluya metas para evitar el matrimonio infantil a edades muy tempranas e incrementar el acceso a informaci¨®n de calidad sobre contracepci¨®n y planificaci¨®n familiar para las j¨®venes. ¡°Sin esto, el progreso hacia la consecuci¨®n de objetivos como la reducci¨®n de la mortalidad materna y erradicaci¨®n de la pobreza se ralentizar¨¢¡±, aseguran en un comunicado.
En muchos pa¨ªses, las ni?as no reciben educaci¨®n sobre su cuerpo, la sexualidad, el sistema reproductivo y la contracepci¨®n. ¡°Es muy importante. Porque la formaci¨®n no solo da informaci¨®n sobre contracepci¨®n y sexo seguro, sino que da herramientas y capacidad a los j¨®venes para que sean capaces de tomar decisiones, que tengan confianza para decir s¨ª o no, para negociar en su entorno la resoluci¨®n de sus problemas. La educaci¨®n en derechos y sexualidad hace adem¨¢s que entiendan y valoren las relaciones en situaci¨®n de igualdad. Es especialmente importante para las ni?as que contraen matrimonio a temprana edad¡±, incide Priya Nanda, directora de desarrollo econ¨®mico y social del ICRW.
Sahar Gul, una joven afagana de 16 a?os, sabe bien la importancia del conocimiento sobre las relaciones sexuales. Cuando ten¨ªa 11 sus padres la vendieron a un hombre de 30 a?os que quer¨ªa casarse con ella. ¡°Era muy peque?a y no sab¨ªa c¨®mo es la vida de casada ni lo que pasada despu¨¦s de la boda¡±, relata. Ella se neg¨® a mantener relaciones sexuales, lo que provoc¨® que la familia pol¨ªtica la encerrara durante seis meses en un s¨®tano a oscuras. La maltrataban f¨ªsicamente golpe¨¢ndola con la plancha, quemando su piel con cigarrillos e incluso arranc¨¢ndole las u?as. El calvario dur¨® hasta que su familia biol¨®gica denunci¨® su desaparici¨®n. La polic¨ªa la encontr¨® casi inconsciente e incapaz de tenerse en pie. Pese a que sus maltratadores fueron condenados, la pena fue anulada y est¨¢n en libertad.
Otra de las consecuencias de la falta de formaci¨®n y el desconocimiento sobre el propio cuerpo y sobre m¨¦todo anticonceptivos es que las j¨®venes se queden embarazas siendo a¨²n adolescentes. ¡°Tenemos que sensibilizar a la gente y asegurarnos de que quienes ya tienen la informaci¨®n sobre derechos sexuales la difundan entre otras personas¡±. Lo dice Kando Seraphine, una joven activista de Burkina Faso, en una conversaci¨®n recogida por la ONG. Ese pa¨ªs es uno de los muchos en los que los j¨®venes, sobre todo ellas, tienen dificultades para acceder a m¨¦todos anticonceptivos. ¡°Las normas culturales y religiosas, la discriminaci¨®n por motivos de g¨¦nero y pr¨¢cticas como el matrimonio a edad temprana se suman a la pobreza para menoscabar la capacidad de las mujeres y las ni?as para tomar decisiones sobre ellas mismas¡±, revela el informe de Amnist¨ªa. Hablar abiertamente de sexo es, adem¨¢s, un tab¨², con lo que muchas tienen miedo a pedir informaci¨®n fidedigna y confidencial. Incluso se enfrentan a actitudes discriminatorias de los profesionales m¨¦dicos, advierte la organizaci¨®n. Y cuando ¨¦stos les ofrecen asesoramiento en aquel pa¨ªs, los maridos se quejan ante los profesionales.
Para Nanda, los gobiernos que no promueven e incluso dificultan el acceso de las chicas a educaci¨®n en derechos y salud reproductivos son solo el reflejo de las actitudes dominantes en determinadas sociedades. Recuerda que en EE UU la pol¨ªtica de abstinencia que propugnaba el ex presidente George Bush estaba basada ¡°en la idea err¨®nea de que la formaci¨®n en estas cuestiones har¨ªa a las chicas m¨¢s promiscuas¡±. ¡°Los estudios demuestran lo contrario¡±, asegura rotunda la directora de desarrollo social y econ¨®mico del Centro Internacional de Investigaciones de la Mujer. ¡°El conocimiento y las herramientas relacionadas con la sexualidad y los derechos reproductivos hace que los j¨®venes tomen mejores decisiones y tengas relaciones seguras¡±, a?ade.
Otra cuesti¨®n es la negaci¨®n o desconocimiento para acceder a m¨¦todos anticonceptivos, que impide avanzar en la reducci¨®n de embarazos no deseados, mortalidad materna e incluso la pobreza, seg¨²n el UNFPA. Este organismo calcula que la extensi¨®n de su uso podr¨ªa evitar 187 millones de embarazos no deseados, 105 millones de abortos inducidos y 215.000 muertes maternas al a?o. En pa¨ªses como Indonesia, sin embargo, solo pueden acceder a anticonceptivos y servicios de salud sexual las parejas casadas.
Tampoco la ley ampara a las mujeres v¨ªctimas de violaci¨®n en distintas partes del mundo. A veces, la justicia incluso las condena por ello, al considerar que han mantenido una relaci¨®n sexual fuera del matrimonio. Ocurre en el norte de Nigeria y algunos pa¨ªses del Golfo. All¨ª, Amnist¨ªa Internacional ha constatado casos en los que las agredidas no pueden denunciar porque corren el riesgo de ser acusadas y procesadas por ¡°actos inmorales¡±. Eso a?adido al estigma social que comporta reconocer que han tenido relaciones extramatrimoniales, aunque fuera en contra de su voluntad.
Abortar, en caso de violaci¨®n u otros supuestos, o simplemente por la voluntad de no tener hijos no es una opci¨®n para estas y muchas mujeres del mundo que, en ocasiones, optan por hacerlo de manera ilegal, clandestina e insegura. El 13% de las muertes maternas se producen por este motivo, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina concentran la mayor¨ªa de los pa¨ªses donde el aborto es ilegal en la mayor¨ªa de los casos o est¨¢ muy restringido. Pero tambi¨¦n en Europa ocurre: Irlanda, Polonia y puede que Espa?a, en caso de que se apruebe la ley propuesta sobre la materia por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, son exponentes. Indonesia es el extremo (y no es el ¨²nico): incluso en situaciones en las que la vida de la madre corre peligro, se niega a la mujer la capacidad de decidir si continuar con el embarazo o no si no tienen esposo; si lo tienen, decide ¨¦l.
La campa?a de Amnist¨ªa Internacional no solo reclama libertad y empoderamiento de las mujeres para decidir sobre su salud, maternidad y la formaci¨®n de una familia. Tambi¨¦n consideran que la despenalizaci¨®n de las relaciones homosexuales debe ser una meta en la agenda de objetivos de las Naciones Unidas que se est¨¢ debatiendo para sustituir a los Objetivos del Milenio. Castigar la homosexualidad es, en opini¨®n de la organizaci¨®n, una injerencia de los Estados que condenan (incluso a la muerte) a gais y lesbianas, sobre la vida privada y el control sobre el propio cuerpo y sexualidad.
¡°Con Mi cuerpo, mis derechos, queremos contribuir a que la pr¨®xima generaci¨®n tome conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos. Y los reclame. Unidos, queremos transmitir a los gobiernos el mensaje claro e inequ¨ªvoco de que este enorme control viola los derechos humanos y es del todo inadmisible¡±, zanja el director de la ONG, Salil Shetty.
Las cifras:
El 40% de las mujeres en edad de procrear vive en pa¨ªses del mundo donde el aborto est¨¢ prohido, muy restringido o es inaccesible (OMS).
47.000 mujeres embarazadas mueren todos los a?os por complicaciones derivadas de abortos no seguros (OMS).
215 millones de mujeres no utilizan anticonceptivos pese a que desean dejar de tener hijos o retrasar el momento de tenerlos (Centro Internacional de Investigaci¨®n de la Mujer).
215.000 muertes maternas podr¨ªan evitarse al a?o mediante el uso de anticonceptivos (UNFPA).
24 pa¨ªses europeos exigen a las personas transg¨¦nero someterse a esterilizaci¨®n para que se les reconozca legalmente su g¨¦nero (Trangender Europe).
Al menos 78 pa¨ªses tipifican como delito la homosexualidad (Asociaci¨®n Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales).
M¨¢s de 14 millones de adolescentes dan a luz todos los a?os a causa principalmente de relaciones sexuales forzadas o embarazos no deseados (Centro Internacional de Investigaci¨®n de la Mujer).
El 60% de las adolescentes de cuatro pa¨ªses subsaharianos no saben c¨®mo impedir el embarazo, y m¨¢s de un tercio no conoc¨ªan ning¨²n m¨¦todo para conseguir anticonceptivos (encuesta 2012 de la ONU).
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