La venganza de la geopol¨ªtica
El pivote y objeto central de la geopol¨ªtica en su siglo entero de existencia es Rusia, con una clara vocaci¨®n de dominar el continente euroasi¨¢tico, y como consecuencia, el mundo
La geopol¨ªtica vuelve a estar de moda. Si la econom¨ªa es la ciencia l¨²gubre, la geopol¨ªtica deber¨ªa ser considerada como la ciencia de la fatalidad geogr¨¢fica. Mandan los mapas. El todo radica en la posici¨®n de un pueblo en una geograf¨ªa. En la Alemania genocida de Adolf Hitler se la cultiv¨® a fondo, hasta utilizarla como ideolog¨ªa del r¨¦gimen. La teor¨ªa del espacio vital o Lebenraum se asienta en ideas geopol¨ªticas.
Su regreso se debe a muchos factores. El m¨¢s destacado, los actuales tiempos de grandes transformaciones, que al final nos sit¨²an ante la realidad tozuda y tel¨²rica de la geograf¨ªa. Este regreso da t¨ªtulo incluso al libro de moda de Robert Kaplan, La venganza de la geograf¨ªa (RBA, 2013), en el que se propone la recuperaci¨®n de una ¡°sensibilidad acerca del tiempo y del espacio que se ha perdido en la ¨¦poca de los aviones supers¨®nicos y de la informaci¨®n digital¡±.
En la Alemania de Hitler se la cultiv¨® a fondo, hasta utilizarla como ideolog¨ªa del r¨¦gimen
Pero la mayor fuerza que empuja para que regrese la geopol¨ªtica la constituye el resurgimiento del objeto que m¨¢s ha interesado tradicionalmente a tal ciencia. El ingl¨¦s Halford Mackinder, hace exactamente 110 a?os, ech¨® las bases de esta ciencia en un c¨¦lebre art¨ªculo titulado El pivote geogr¨¢fico de la historia, que luego sintetiz¨® en una sentencia famosa: ¡°Quien domina la Europa oriental domina el Heartland o coraz¨®n terrestre; quien domina el Heartland domina el mundo-isla; quien domina el mundo-isla controla el mundo¡±.
Pues bien, el pivote y objeto central de la geopol¨ªtica en su siglo entero de existencia es Rusia, con Heartland bajo su control y una clara vocaci¨®n de dominar el continente euroasi¨¢tico y como consecuencia, el mundo. La globalizaci¨®n econ¨®mica y la revoluci¨®n digital nos hab¨ªan dibujado un mundo casi inmaterial, en el que la geograf¨ªa no contaba. Rusia, derrotada por la guerra fr¨ªa, se hallaba en retroceso y se hab¨ªa desvanecido su dominio imperial. La geopol¨ªtica tambi¨¦n andaba extraviada en los estantes de las librer¨ªas, como si Rusia, su objeto, ya no fuera un imperio continental sin fronteras naturales ni l¨ªmites donde frenar sus ¨ªmpetus, pero tampoco defenderse.
Ahora la geopol¨ªtica regresa con Rusia. Y con ella, la necesidad de volver a las lecturas geopol¨ªticas, empezando por Mackinder, siguiendo por Kaplan y terminando por George Friedman, director de Stratfor, uno de los m¨¢s destacados think tank de an¨¢lisis geopol¨ªtico mundial y autor de dos libros, La pr¨®xima d¨¦cada y Los pr¨®ximos cien a?os (ambos en Destino), llenos de predicciones acertadas sobre el resurgimiento expansionista de Rusia que estamos presenciando. Una frase del segundo basta como muestra: ¡°Rusia no se convertir¨¢ en una potencia global en la pr¨®xima d¨¦cada, pero no tiene otra alternativa que convertirse en una potencia regional importante, y esto implica que chocar¨¢ con Europa. La frontera ruso-europea sigue funcionando como una l¨ªnea de falla¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.