Los figurantes pol¨ªticos de China se rebelan
La Asamblea Nacional Popular se anima con las cr¨ªticas de Yao Ming al sistema deportivo Alegato contra la censura del actor Jackie Chan y del exdirector de cine Feng Xiaogang
La Conferencia Consultiva Pol¨ªtica del Pueblo Chino y la Asamblea Popular Nacional ¡ªel Parlamento ¡ª no tienen como fin debatir el rumbo que la segunda potencia mundial tomar¨¢ en los pr¨®ximos doce meses sino ratificar las medidas que la c¨²pula del poder ya ha dictado para ese per¨ªodo. Por eso, los diez d¨ªas que duran las sesiones se convierten en un espect¨¢culo que tiene poco que ver con lo que en Occidente se espera de la pol¨ªtica: los delegados de las minor¨ªas ¨¦tnicas posan con trajes ornamentados hasta niveles surrealistas, las azafatas se fotograf¨ªan con sus vestidos rojos saltando frente a la entrada de la Ciudad Prohibida, el nieto de Mao pasea su generoso abdomen enfundado en un traje militar y, c¨®mo no, las c¨¢maras buscan a las celebridades que dan glamour a un evento por lo dem¨¢s sopor¨ªfero.
En la plaza de Tiananmen pululan estrellas de cine como Jackie Chan, escritores de la talla del premio Nobel Mo Yan, y empresarios como Zong Qinghou, uno de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs. Se les ha asignado un esca?o por sus brillantes carreras y te¨®ricamente se espera que utilicen su amplia experiencia para redactar propuestas que ayuden a desarrollar las ¨¢reas en las que sobresalen. Para la mayor¨ªa se trata solo de un tr¨¢mite necesario para mantener contento al Gobierno, que puede ejercer gran capacidad de decisi¨®n en sus proyectos futuros, pero su aparici¨®n provoca que una muchedumbre de periodistas los sepulten bajo micr¨®fonos y c¨¢maras en busca de algo de inter¨¦s.
A Yao Ming siempre es f¨¢cil verlo. Con sus 2,29 metros de altura es uno de los pocos delegados que tienen que agacharse para pasar por el arco del detector de metales. Adem¨¢s, el exbaloncestista de los Houston Rockets es una de esas pocas personas que se gana el favor de todo el mundo. No en vano, desde que se retir¨® en 2011 ha enarbolado la bandera del medio ambiente y del ejercicio f¨ªsico, dos importantes problemas que acechan a la sociedad china. Por si fuese poco, tambi¨¦n es uno de los delegados que m¨¢s se presta a hablar con la prensa. Y con sinceridad. Tanta que hoy ha reconocido que lo de la pol¨ªtica es algo m¨¢s impuesto que deseado.
"Todav¨ªa no estoy muy familiarizado con el proceso que hay que seguir para presentar las propuestas de ley¡±, ha reconocido Yao. No obstante, ha aprovechado la ocasi¨®n para criticar el sistema que rige el deporte de ¨¦lite en China, al que considera un obsoleto calco del que existi¨® en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. ¡°China necesita la reforma de este modelo, teniendo en cuenta los de otros pa¨ªses donde el deporte se ense?a en las escuelas¡±. De hecho, Yao es un ferviente defensor de que los estudiantes disfruten practicando deporte en los centros de ense?anza y de que se aparque un sistema excesivamente competitivo basado en el logro de objetivos muy estrictos. Sin duda, en ruedas de prensa que suelen servir ¨²nicamente para afirmar la posici¨®n oficial, sus palabras han sido un soplo de brisa fresca.
De hecho, no solo ha puesto la puntilla en el tema que m¨¢s de cerca conoce. Quien ha sido considerado el mejor deportista de la historia del pa¨ªs tambi¨¦n ha aprovechado para pedir una transformaci¨®n de las industrias m¨¢s contaminantes. Consciente de que eso puede provocar un aumento del desempleo, Yao ha pedido que se haga con una buena planificaci¨®n. E incluso ha bromeado con los elevados niveles de poluci¨®n: ¡°Al menos el baloncesto se suele practicar en una cancha cerrada¡±.
Mucha menos guasa ha habido en el panel de expertos en arte. Lo que se supon¨ªa una discusi¨®n de tr¨¢mite se ha convertido en un alegato contra la censura protagonizado por pesos pesados como el propio Jackie Chan y el director Feng Xiaogang. Este ¨²ltimo ha reconocido que varias de sus obras han sufrido cortes y ha lanzado una dura petici¨®n a las autoridades: ¡°No hag¨¢is que los directores tiemblen de miedo cada d¨ªa como si caminasen sobre una fina capa de hielo. No tenemos una ley de censura, as¨ª que la aprobaci¨®n de una pel¨ªcula depende de la arbitrariedad de quienes la ven. Esto no es serio¡±.
Chan, amigo de Feng, tampoco se ha quedado atr¨¢s. ¡°S¨¦ que hay cierto riesgo en que hable de esta forma, pero ya me da igual. Si una pel¨ªcula sufre una gran censura, eso afecta al negocio seriamente. Tengo varios amigos que han declarado la bancarrota por esos malos resultados¡±. Las palabras de Chan y de Feng han encendido los ¨¢nimos de otros delegados, que parece haber entendido de repente cu¨¢l es la verdadera labor de un Parlamento. ¡°China tiene unos 2.000 canales de televisi¨®n. Para mejorar sus audiencias muchos producen basura. Si la situaci¨®n contin¨²a, la producci¨®n televisiva de China no servir¨¢ para nada¡±, ha a?adido el c¨®mico Song Dandan. ?Continuar¨¢ la rebeli¨®n de los figurantes pol¨ªticos?
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