Persecuci¨®n inhumana
La aprobaci¨®n de una ley que penaliza la homosexualidad desencadena en Uganda una ola de agresiones
Los homosexuales de Uganda llevan a?os sufriendo persecuci¨®n, pero la caza del gay cuenta ahora con el amparo e incluso el est¨ªmulo de una ley aprobada en el Parlamento. Uganda se suma as¨ª a los 80 pa¨ªses que penalizan la homosexualidad, cinco de ellos con la pena de muerte. Pese a que todav¨ªa no ha entrado en vigor, a falta de un ¨²ltimo tr¨¢mite burocr¨¢tico, la tramitaci¨®n de la ley ha espoleado las persecuciones. Desde diciembre se han contabilizado m¨¢s de 50 ataques.
La ley, aprobada el 24 de febrero pasado, prev¨¦ cadena perpetua para quienes mantengan una uni¨®n homosexual y penas de entre cinco y siete a?os por otras conductas, como ser sorprendido teniendo una relaci¨®n sexual con una persona del mismo sexo.
El principal instigador de esta aberraci¨®n es David Bahati, diputado del partido gubernamental, que present¨® el primer proyecto en 2009. Desde entonces, han arreciado las presiones internacionales para evitar su aprobaci¨®n, pero hasta ahora solo han logrado que se cambie la pena de muerte inicialmente contemplada por la de cadena perpetua.
Los valedores de la nueva ley consideran que la homosexualidad es una conducta desviada y antinatural, que se aprende y que debe perseguirse. Dicen que con la penalizaci¨®n quieren evitar que se propague, como si de una epidemia se tratara. De hecho, la han catalogado como fruto de un ¡°contagio¡± que procede de Occidente.
Hace apenas 20 a?os, en Uganda eran anecd¨®ticas las expresiones antigay. La homofobia ha llegado al pa¨ªs sobre todo de la mano de religiones for¨¢neas; la han introducido, acusan
los abogados defensores de las v¨ªctimas, predicadores que han convertido la homofobia en una peligrosa epidemia de furor persecutorio.
El diario radical ugand¨¦s Red Pepper acaba de publicar una lista con los nombres de 200 homosexuales: para ellos la vida se ha convertido en una pesadilla. En enero de 2011, una lista similar publicada en la revistaRolling Stone desencaden¨® una persecuci¨®n que acab¨® en tragedia. El activista gay David Kato muri¨® entonces asesinado a martillazos.
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