Un retroceso para los derechos humanos de la mujer en Espa?a
El proyecto de reforma de la ley de aborto representa un riesgo para una amplia serie de derechos humanos. De ser aprobada, el Gobierno espa?ol ser¨¢ blanco de muchas preguntas dif¨ªciles de responder cuando afronte el escrutinio de la ONU
El plan del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, para dar marcha atr¨¢s al acceso al aborto ha indignado a las mujeres de toda Espa?a, ha expuesto las profundas divisiones dentro del Partido Popular gobernante y amenaza con excluir a Espa?a del criterio que siguen la gran mayor¨ªa de los Estados miembros de la Uni¨®n Europea. La restricci¨®n de abortos seguros y legales tambi¨¦n pondr¨¢ a Espa?a en riesgo de incumplir muchas de sus obligaciones de respetar los derechos en virtud del derecho internacional, y de exponerse a un intenso escrutinio por parte de los organismos internacionales de derechos humanos.
Desde 2010, las mujeres espa?olas han tenido el derecho a interrumpir el embarazo hasta la semana 14. Los cambios propuestos, aprobados por el Gobierno a finales de diciembre pero todav¨ªa pendientes de ser presentados ante el Parlamento, permitir¨ªan el aborto ¨²nicamente si la salud f¨ªsica o mental de la mujer est¨¢ en peligro (hasta 22 semanas) y en los casos de violaci¨®n (hasta 12 semanas).
Bajo la propuesta de ley, dos m¨¦dicos tendr¨ªan que certificar que la salud de la mujer est¨¢ en peligro, una v¨ªctima de violaci¨®n tendr¨ªa que haber denunciado la violaci¨®n a la polic¨ªa y las menores de edad tendr¨ªan que obtener el consentimiento de sus padres o tutor legal. El proyecto de ley permitir¨ªa que los m¨¦dicos se nieguen a practicar abortos por razones de conciencia, tambi¨¦n posibilitar¨ªa amenazar con la persecuci¨®n penal a los m¨¦dicos que llevaron a cabo abortos al margen de la ley y prohibir¨ªa la publicidad de los servicios de aborto.
La propuesta del Gobierno es a¨²n m¨¢s restrictiva que la ley de 1985 que fue sustituida en 2010, ya que no permitir¨ªa la interrupci¨®n del embarazo debido a anomal¨ªas fetales, excepto cuando estas anormalidades fueran incompatibles con la vida fuera del ¨²tero y pudieran poner en riesgo la salud mental de la mujer. Este punto en particular ha sido el centro del debate y puede ser uno de los aspectos del proyecto de ley por el cual el Gobierno est¨¢ dispuesto a aceptar revisiones.
Si es aprobada por el Parlamento, incluso con las modestas modificaciones que el Gobierno ha se?alado, esta ley ser¨ªa un gran retroceso para los derechos humanos de las mujeres en Espa?a. Es probable que el Gobierno afronte preguntas dif¨ªciles de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de las Naciones Unidas cuando se re¨²na en octubre para comenzar la revisi¨®n del cumplimiento de Espa?a con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos. El comit¨¦ de la ONU podr¨ªa pedirle al Gobierno que explique c¨®mo se ajustan las restricciones al derecho a la vida, que seg¨²n el derecho internacional de los derechos humanos en general comienza cuando una persona nace, dada la evidencia de que las leyes de aborto restrictivas empujan a las mujeres a someterse a abortos inseguros que pueden llevar a la muerte.
Los miembros del comit¨¦ de la ONU tambi¨¦n podr¨ªan interrogar a las autoridades competentes sobre el derecho a la privacidad, que incluye el derecho de la mujer embarazada a decidir si someterse a un aborto. O podr¨ªan citar el derecho a la informaci¨®n, que obliga a los pa¨ªses a proporcionar informaci¨®n completa, precisa y necesaria para proteger y promover el derecho a la salud, incluida la salud reproductiva.
El Comit¨¦ tambi¨¦n podr¨ªa tener preguntas sobre el impacto desproporcionado que la ley tendr¨ªa sobre las pobres y las marginadas. Las nuevas restricciones podr¨ªan obligar a las mujeres y ni?as a buscar un aborto fuera de Espa?a, lo que plantea importantes preocupaciones sobre el costo y el riesgo para cualquier mujer o adolescente con un embarazo no deseado. Las inmigrantes irregulares, las desempleadas o las mujeres en extrema pobreza podr¨ªan encontrarse en una situaci¨®n en la que simplemente les resulte imposible buscar servicios de aborto en el extranjero.
La ley figurar¨¢ seguramente en la agenda cuando el Comit¨¦ de la ONU sobre la Eliminaci¨®n de todas las Formas de Discriminaci¨®n contra la Mujer (Comit¨¦ CEDAW ) se re¨²na en noviembre para plantear sus preguntas al gobierno de Espa?a sobre su historial en la protecci¨®n de los derechos humanos de las mujeres. El acceso legal y seguro a servicios de aborto es esencial para la protecci¨®n de una serie de derechos de la mujer, incluidos los derechos a la salud y a la no discriminaci¨®n. Tambi¨¦n est¨¢ en juego el derecho de las mujeres a decidir sobre el n¨²mero y el espaciamiento de sus hijos. El Comit¨¦ CEDAW ya ha criticado leyes que penalizan ciertas intervenciones dirigidas exclusivamente a las mujeres calific¨¢ndolas como barreras discriminatorias al acceso de las mujeres a los servicios de salud.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre la salud tambi¨¦n estar¨¢ pendiente de los acontecimientos en Espa?a. En un informe de 2011 que marc¨® un antes y un despu¨¦s, critic¨® las restricciones en pa¨ªses de todo el mundo que dificultan el acceso de las mujeres a los procedimientos para abortos legales, tales como, los requisitos de que los abortos sean aprobados por m¨¢s de un profesional de la salud y las obstructivas leyes de objeci¨®n de conciencia.
En pocas palabras, el proyecto de ley denegar¨ªa a las mujeres embarazadas el derecho a tomar decisiones independientes sobre sus cuerpos, lo que representa un riesgo para una amplia serie de derechos humanos. Ser¨ªa una interferencia irrazonable con el ejercicio de la mujer de su amplia gama de derechos humanos. Es por eso que, de ser aprobada, el Gobierno espa?ol ser¨¢ blanco de muchas preguntas dif¨ªciles de responder cuando afronte el escrutinio de los organismos de derechos humanos de la ONU.
Judith Sunderland es investigadora s¨¦nior sobre Europa occidental de Human Rights Watch.
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