Mujeres arquitectas 2
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Escuela en Rudrapur (Bangladesh) de Anna Heringer
?Merecen las mujeres arquitectas un premio aparte? ?Es necesario segregar la profesi¨®n por g¨¦neros como en las competiciones deportivas?
Hace un a?o, por estas fechas, una entrada de este blog se refer¨ªa al entonces nuevo premio ArcVisi¨®n que concede la cementera Italcementi a arquitectas vivas para reconocer el papel de las mujeres en la arquitectura. Dotado con 50.000 euros y con la posibilidad de investigar en las instalaciones y el laboratorio que Richard Meier construy¨® en B¨¦rgamo como nueva sede de la firma, el premio busca, tambi¨¦n en esta nueva edici¨®n, ¡°destacar la visi¨®n femenina de la arquitectura, seg¨²n esta cambia y se amolda a los nuevos modelos sociales y humanos de hoy en d¨ªa¡±, ha declarado el CEO del grupo Carlo Pesenti
Debo reconocer que a pesar de las reservas que mostr¨¦ el a?o pasado, por lo que juzgu¨¦ como un premio m¨¢s oportunista que oportuno, he sido capaz de encontrar en la iniciativa cualidades positivas. M¨¢s all¨¢ de que una arquitecta tenga la posibilidad de investigar y consiga cobrar una cifra alta para la media actual de ingresos en la profesi¨®n, el premio da a conocer el trabajo de otras proyectistas de muchas partes del mundo, como prueban la selecci¨®n de 21 profesionales de 15 pa¨ªses (de Egipto a Irlanda pasando por Espa?a, Marruecos, Tailandia y Suiza) o las cuatro finalistas de Austria, India, Chile y Portugal.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de esa nueva luz sobre una realidad innegable, hay todav¨ªa dos cuestiones que resultan chocantes en un premio serio y este, por lo menos por la recompensa econ¨®mica que ofrece (50.000 euros), por la trayectoria de la empresa que lo convoca y por la calidad del jurado que concita (de Louisa Houtton a Kazuyo Sejima), no cabe duda que tiene intenci¨®n de serlo.
La primera me resulta inaceptable. Un premio para mujeres no pueden darlo solo mujeres. No tiene sentido que quien m¨¢s ha reconocido el trabajo de sus cong¨¦neres siga haci¨¦ndolo en lugar de extender esa aprobaci¨®n -y reconocimiento- a terrenos menos afines y m¨¢s espinosos. ?Se trata de informar sobre competencia real o de dar un premio de consolaci¨®n? ?Es este un galard¨®n paral¨ªmpico o se compite entre quienes no necesitan apoyos para trabajar al mismo nivel? M¨¢s all¨¢ de esa intendencia, si se busca indagar en ¡°los nuevos modelos sociales y humanos¡±, como han indicado toda la sociedad debe hacerlo, y no solo el matriarcado arquitect¨®nico que, adem¨¢s, pudo hacer poco para perpetuar los defectos del modelo anterior.
El segundo tema espinoso es, por lo tanto, las contradicciones en la voluntad del premio. El a?o pasado anot¨¦ que era una l¨¢stima que este galard¨®n hubiese elegido ser un broche cuando podr¨ªa haberse convertido en un cambio. Y este a?o, disc¨²lpenme, voy a volver a escribirlo explicando que, entre las cuatro finalistas, hab¨ªa posibilidades de cambio.
En medio de una transformaci¨®n sin precedentes de la profesi¨®n de arquitecto y de la propia arquitectura ¨Cdetectada adem¨¢s por esta compa?¨ªa y reconocida en las palabras de su CEO-, ?no querr¨ªa Italcementi abrir una v¨ªa de reconocimiento m¨¢s transformadora, de mayor repercusi¨®n incluso, si le parece lo m¨¢s justo, de la mano de las mujeres?
El gran cambio de la arquitectura, -el que puede que las mujeres est¨¦n m¨¢s preparadas para desarrollar o puede que no- est¨¢ presente en los lugares en los que la arquitectura todav¨ªa puede significar cambio de vida. Y proyectistas que han quedado finalistas en esta convocatoria, como la austriaca Anna Heringer, lo representan mejor que nadie. De nuevo, sin menosprecio de las arquitectas seleccionadas ni de la ganadora, In¨¦s Lobo -que trabaja, como ha reconocido el jurado, en diversas escalas integrando nuevos edificios en tramas urbanas existentes-, el trabajo bien hecho resulta poca cosa cuando est¨¢ pendiente una gran transformaci¨®n. Ese gran cambio de la arquitectura est¨¢ por llegar, a mi entender, con su extensi¨®n por el mundo o con su extinci¨®n paulatina, para dar paso a dos posibilidades: ciudades m¨¢s humanas o a una construcci¨®n descontrolada, poco sostenible y menos humanista y humanitaria. Esas son las opciones. Y entre quienes est¨¢n transformando la profesi¨®n de arquitecto, no por casualidad, hay arquitectas sobresalientes.
Sede empresarial en Oporto de In¨¦s Lobo
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