Plurales raros
Hoy: Lengua (modalidad trastorno obsesivo-numerativo)
En ingl¨¦s el sufijo correspondiente a nuestro -ica (bueno, este gui¨®n deber¨ªa llevar una tilde encima, para indicar que es siempre sufijo de palabras esdr¨²julas, pero no s¨¦ hacerlo con mi Word) tiene una curiosa forma plural, -ics. Es un sufijo que encontramos en palabras que designan campos de estudio o actividad: as¨ª, en ingl¨¦s ¡°f¨ªsica¡± se dice physics; ¡°aeron¨¢utica¡±, aeronautics; ¡°dial¨¦ctica¡±, dialectics; ¡°pol¨ªtica¡±, politics. A veces (acrobatics, athletics, dialectics) funcionan como plural (es decir, concuerdan con un verbo en plural: acrobatics are¡), tal como uno esperar¨ªa; pero muchas veces (geriatrics, aeronautics, macrobiotics) se comportan como un singular (geriatrics is¡); y en ocasiones (politics, economics), seg¨²n la acepci¨®n, admiten un doble uso.
Plurales utilizados como singulares tambi¨¦n los tenemos en espa?ol: ¡°un picard¨ªas¡± o ¡°un botones¡±, por ejemplo, u obvias abreviaciones como ¡°un mercanc¨ªas¡± o ¡°un cercan¨ªas¡±. Dan sobre todo bastante juego en la lengua coloquial: ¡°bocazas¡±, ¡°bocas¡±, ¡°cachas¡±, ¡°mazas¡±, ¡°manitas¡±, ¡°manazas¡±, ¡°guaperas¡±, ¡°chapuzas¡±, ¡°cocinillas¡±, ¡°notas¡±¡ Es significativo que estas formas no tengan un origen culto, que tiendan casi siempre a la sufijaci¨®n expresiva y que nos recreemos precisamente en ellas en ese nivel en el que somos conscientes de que la gram¨¢tica no tiene por qu¨¦ regularlo todo.
Cierto es, por otro lado, que todos los idiomas tienen plurales convencionales que no aluden de hecho a una realidad plural. En espa?ol, podemos tener ¡°dolor de muelas¡± cuando es una sola muela la que nos duele; los soldados ¡°cumplen ¨®rdenes¡± aunque solo cumplan una; alguien nos ¡°ha dado esperanzas¡± pero la verdad es que esperanza solo tenemos la ¨Cno las¨C de que nos diga que s¨ª. Casos como ¨¦stos abundan, est¨¢n anestesiados por la tradici¨®n y no nos duelen ni nos llaman la atenci¨®n. Pero hay otros m¨¢s cantosos, m¨¢s inflamatorios, m¨¢s discutibles.
En nuestro idioma todav¨ªa no hemos o¨ªdo hablar, creo, de ¡°dial¨¦cticas¡± o ¡°aeron¨¢uticas¡±, pero por supuesto s¨ª de ¡°pol¨ªticas¡±. En espa?ol, pol¨ªtica es un nombre abstracto e incontable, por lo que su plural realmente es ocioso: pol¨ªtica bien puede significar ¡®conjunto de medidas pol¨ªticas¡¯ sin necesidad de pluralizarse. Pero el caso es que ese falso plural anglicado no solo traduce (o no es solo influencia de la traducci¨®n de) politics, sino tambi¨¦n policy, un t¨¦rmino que comparte rasgos de significado con politics pero que no siempre se construye en plural (policies). En ingl¨¦s, por ejemplo, ¡°pol¨ªtica de (la) empresa¡± se dice company policy; ¡°pol¨ªtica sanitaria¡±, health policy; ¡°pol¨ªtica de empleo¡±, employment policy. Supongo que, por analog¨ªa con la -s de politics, tambi¨¦n se habla en ingl¨¦s, sin necesidad tal vez, de policies.
Bocazas, guaperas, manazas... se refieren a una sola persona. La gram¨¢tica no tiene por qu¨¦ regularlo todo
Pero es evidente que, por una v¨ªa u otra, aqu¨ª nos han encantado las pol¨ªticas:
¡°¡ arengaba a las muchedumbres en las giras de Trujillo, o expon¨ªa las pol¨ªticas del gobierno ante la Asamblea Nacional¡± (Mario Vargas Llosa, La fiesta del chivo, Alfaguara, Madrid, 2000, p. 222).
¡°Complejos papeles sociales y pol¨ªticas sexuales son las bases de la negociaci¨®n entre hombres y mujeres a la hora de ponerse de acuerdo sobre el n¨²mero de hijos que van a tener¡± (Joni Seager, Atlas del estado de la mujer en el mundo, Akal, Madrid, 2001, trad. de Bart Groossens y Jes¨²s Ter¨¢n Lav¨ªn, p. 32).
¡°En la gesti¨®n de los residuos es tan importante la colaboraci¨®n ciudadana como las pol¨ªticas medioambientales y la implicaci¨®n de los ayuntamientos¡± (Mariano Bueno, El libro pr¨¢ctico de la casa sana, RBA, Barcelona, 2004, p. 143).
¡°?D¨®nde est¨¢ la br¨²jula de las pol¨ªticas de empleo?¡± (titular, Cinco D¨ªas, 9/VIII/13).
Otro plural anglicado es resultados. No s¨¦ por qu¨¦ el ingl¨¦s tiende a decir results, pero lo hace. Nos sorprende especialmente cuando se habla de una competici¨®n deportiva: si un partido de f¨²tbol termina en 2-0, ¨¦se es su resultado. Pero, como hay dos cifras, se ve que ya nos ponemos nerviosamente aritm¨¦ticos e interpretamos (?) que el resultado del equipo A ha sido 2, el del equipo B ha sido 0, y que por tanto¡ tenemos dos resultados:
¡°Un programa que predice los resultados del partido de f¨²tbol con gran precisi¨®n¡± (sobre Soccer Match Predictor, Softpedia.es).
¡°¡ el club Tianjin Teda tendr¨¢ que pagar un mill¨®n de yuanes [¡] por haber concertado los resultados de un partido con otro club de Shanghai¡± (¡°China suspende de por vida a 33 personas por ama?o de partidos¡±, La Vanguardia, 19/II/13).
El ¡°efecto y consecuencia de un hecho, operaci¨®n o deliberaci¨®n¡±, tal como lo define nuestro querido DRAE, no necesariamente se compone de un solo ¡°efecto¡± o ¡°consecuencia¡±. El resultado de mi desastrosa entrevista de trabajo de ayer puede ser un estado de completa postraci¨®n, as¨ª, en resumidas cuentas, que seguramente se compone de sentimiento de injusticia, indignaci¨®n, dudas, reproches, autocompasi¨®n, etc. Pero ?realmente nuestra mentalidad es tan literal que tiene que ponerse a numerar? Parece que s¨ª:
Todos los idiomas tienen plurales convencionales que no aluden de hecho a una realidad plural
¡°.. los artificieros [¡] han localizado cuatro bombas de gran potencia unidas a tres bombonas de gas, as¨ª como metralla para agravar los resultados de la explosi¨®n¡± (¡°El Ej¨¦rcito israel¨ª intercepta un coche bomba en una carretera cerca de Kalkiliya¡±, El Mundo, 13/VII/03).
¡°¡ y de los resultados del accidente siempre tiene la culpa el conductor¡± (Jos¨¦ Manuel Leiva Caro, C¨®mo erradicar los accidentes de tr¨¢fico, Entrel¨ªneas, Madrid, 2007, p. 157).
¡°Maduro se atribuye la victoria y Capriles rechaza los resultados [de las elecciones]¡± (titular, El Pa¨ªs, 15/IV/13).
Pasemos a otro caso. Contents, un plural usado en ingl¨¦s para referirse a todo aquello que est¨¢ dentro de un recipiente o, figuradamente, al ¨ªndice o sumario de un libro (creo que aqu¨ª a¨²n seguimos llam¨¢ndolo ¡°¨ªndice¡± o ¡°sumario¡±, pero todo puede ser), es otro de esos plurales literales que ya en singular suelen aludir a un conjunto, pero que aun as¨ª tientan a nuestra neurosis desmenuzadora. Por supuesto, tambi¨¦n ha hecho carrera en espa?ol, y ha ido sustituyendo al m¨¢s cl¨¢sico ¡°principio¡± o ¡°elemento¡± (que s¨ª tienen sentido distintivo en plural):
¡°¡ una liberaci¨®n en el lenguaje que responde parcialmente a los contenidos de la ¡®revoluci¨®n sexual¡¯ en Norteam¨¦rica¡± (Carlos Monsiv¨¢is, La ofensiva ideol¨®gica de la derecha, Siglo XXI, M¨¦xico D. F., 1979, p. 310).
¡°¡ un sue?o reparador, de algunas horas, tras el cual el paciente se muestra m¨¢s tranquilo y sosegado, si bien continuando a¨²n con los contenidos psic¨®ticos¡± (Carlos Castilla del Pino, Introducci¨®n a la Psiquiatr¨ªa, II (1980), Alianza, Madrid, 1992, p. 162).
¡°¡ parece tambi¨¦n procedente detenerse en los contenidos materiales del Derecho, relaciones humanas, organizaci¨®n de la vida social humana¡¡± (Gregorio Peces-Barba, Introducci¨®n a la filosof¨ªa del derecho, Debate, Madrid, 1983, p. 28).
¡°Los contenidos del programa electoral contemplar¨¢n el ideario general del Partido Socialista a nivel federal¡± (¡°Cinco notables en la redacci¨®n del programa electoral¡±, El Diario Monta?¨¦s, 18/II/11).
Pero hoy, sobre todo, contenidos es un plural prestigioso, ¡°tecnol¨®gico¡±, para designar cualquier despliegue de informaci¨®n o propaganda medi¨¢tica, en cualquier medio o formato. Podcasting. Nuevos modelos de distribuci¨®n para contenidos sonoros se titula un libro de J. Ignacio Gallego (UOC, Barcelona, 2010). ¡°C¨®mo generar contenidos para redes sociales¡± se titula una entrada de la web M¨¦todo Marketing del 29 de mayo de 2013. Y Marketing de contenidos se titula el libro de Eva Sanagust¨ªn publicado por Anaya Multimedia en 2013, ya m¨¢s papista que el papa, podr¨ªamos decir, porque en ingl¨¦s marketing ¡°de contenidos¡± se dice content marketing. M¨¢s ejemplos:
En espa?ol, podemos tener "dolor de muelas" cuando es una ¨²nica muela la que nos duele
¡°Cuando [Loquillo] se sent¨ªa inseguro frente a una gira promocional, le acompa?aba y compart¨ªa protagonismo con ¨¦l. A veces le dictaba los contenidos¡± (Sabino M¨¦ndez, Corre, rocker, Espasa, Madrid, 2000, p. 150).
¡°El fichaje de Abad, a menudo criticado en redes sociales por su sensacionalismo, contrasta con el modelo televisivo de Antena 3 basado en unos contenidos especialmente familiares¡± (¡°Susanna Griso arrebata a Nacho Abad a Ana Rosa Quintana¡±, El Confidencial, 19/VIII/13).
Para terminar, nos gustar¨ªa referirnos a otro tipo de plurales que tambi¨¦n tiene el ingl¨¦s y que, sin duda, en muchas traducciones e imitaciones de traducciones son imputables a ¨¦l, pero que tienen una largu¨ªsima historia en espa?ol. Yo los llamo ¡°plurales por atracci¨®n¡±. Cuando nos referimos a una realidad plural (persona, animal o cosa) que tiene alguna propiedad o cosa propia, es decir, algo que solemos expresar con un posesivo (¡°mi¡±, ¡°tu¡±, ¡°su¡±, etc.), parece que podemos elegir entre poner esa propiedad o cosa en singular o en plural, aunque, estrictamente, no sea plural. No s¨¦ si me explico. Observemos estos dos venerables y antiqu¨ªsimos ejemplos:
¡°Contrapuntad vuestros corazones al Se?or¡± (Benedicto XIII, papa Luna, Libro de las consolaciones de la vida humana (a1417), Ayuntamiento de Pe?¨ªscola, 1988, sin p¨¢gina en el corpus de la RAE).
¡°¡ las fiestas de los hombres vanos m¨¢s son para regozijar sus cuerpos que no para reformar sus esp¨ªritus¡± (Fray Luis de Granada, Reloj de pr¨ªncipes (1529-1531), Turner, Madrid, 1994, sin p¨¢gina en el corpus de la RAE).
No habr¨ªa pasado nada si hubi¨¦ramos dicho ¡°vuestro coraz¨®n¡±, ¡°su cuerpo¡± y ¡°su esp¨ªritu¡± en estos casos: de hecho, individualmente y hasta como colectivo, solo tenemos un coraz¨®n, un esp¨ªritu, un cuerpo¡ No hay la menor diferencia sem¨¢ntica ¨Ccomo no la hab¨ªa en pol¨ªtica/pol¨ªticas, resultado/resultados, contenido/contenidos¨C entre lo expresado por el singular y lo expresado por el plural. Pero, como estamos hablando de un plural (¡°vosotros¡±, ¡°los hombres vanos¡±), se produce un fen¨®meno de atracci¨®n y pluralizamos tambi¨¦n todo lo que est¨¢ incluido en ese plural.
Recuerdo haber o¨ªdo, en mi infancia mallorquina, hasta ¡°Cocas-colas¡±. Realmente el plural tiene sus adeptos
Vale.
Pero a veces, francamente, da un poco de risa pensar en las ambig¨¹edades que permiten plurales como los siguientes:
¡°¡ los obreros hab¨ªan obedecido la orden de evacuar la estaci¨®n, y se dirig¨ªan a sus casas en caravanas pac¨ªficas¡± (Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Cien a?os de soledad (1967), Mondadori, Barcelona, 1999, p. 365).
Pues¡ ?cu¨¢ntas casas ten¨ªa cada obrero?
Y ?cu¨¢ntos cuellos, cu¨¢ntas chaquetas, cu¨¢ntas mentes, cu¨¢ntas cabezas, cu¨¢ntas barbas, cu¨¢ntas madres ten¨ªa toda esta gente?:
¡°Nos subimos los cuellos de las chaquetas¡± (Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta (1975), Seix Barral, Barcelona, 1994, p. 58).
¡°¡ les hizo en sus mentes el efecto de un alka-seltzer, se les subi¨® a sus cabezas una especie de efervescencia¡± (Txema Garc¨ªa, El Salvador: de la lucha armada a la negociaci¨®n, Txalaparta, Tafalla, 1993, p. 182).
¡°Los disc¨ªpulos de Freud tuercen sus cuellos y ponen las manos juntas delante de cada reliquia de Freud¡± (Ignacio Carri¨®n, Cruzar el Danubio, Destino, Barcelona, 1995, p. 263).
¡°Los Consejeros se rascaban sus cabezas y sus barbas sin saber qu¨¦ hacer¡± (Elder D¨ªaz Flores, ¡°La meditaci¨®n al alcance de todos¡±, blog, 13/V/03).
¡°Cartas que los ni?os hab¨ªan escrito de su pu?o y letra al dictado de sus madres¡± (Takiji Kobayashi, Kanikosen. El pesquero, ?tico de los Libros, Barcelona, 2010, trad. de Jordi Juste y Shizuko Ono, p. 83).
A veces la atracci¨®n es sumamente poderosa:
¡°Los esp¨ªas y los diplom¨¢ticos viven dobles vidas¡± (Arkadi N. Schvechenko, cit. en Manuel A. Mart¨ªnez Pujalte, Los esp¨ªas y el factor humano, Huerga y Fierro, Madrid, 2004, p. 204).
¡°Tampoco se qued¨® cort¨® Feij¨®o al replicar a sus opositores [¡]: ¡®¡°Ustedes no merecen sus actas de diputados¡¯¡± (¡°Feij¨®o siembra nuevas dudas sobre las relaciones de Dorado con la Xunta¡±, El Pa¨ªs Galicia, 10/IV/13).
Si ya es dif¨ªcil llevar una doble vida, cu¨¢nto m¨¢s no lo ser¨¢ llevar m¨¢s de una. En el segundo ejemplo, el ¡°ustedes¡± no solo ha atra¨ªdo a las ¡°actas¡± sino a los mismos ¡°diputados¡±. Esto nos recuerda esos famosos plurales de las aposiciones: ¡°coches bombas¡±, ¡°salones comedores¡±, ¡°hombres ranas¡±¡ Recuerdo haber o¨ªdo, en mi infancia mallorquina, hasta ¡°Cocas-colas¡±. Realmente el plural tiene sus adeptos.
PD: Sobre el ¨²ltimo L&L, Concha Carde?oso nos recuerda que el ruidito de los cencerros, seg¨²n se oiga de cerca o de lejos, es distinto: de lejos, un cencerro puede tintinear. Vale. Javier Montes a?ade que hay cencerros finos para los terneros (diferentes de unos gordos para las vacas) que s¨ª tintinean. Y tambi¨¦n que en una noche campestre en Brasil oy¨® unas ranitas que emit¨ªan ¡°un ruidito/silbido met¨¢lico¡± que bien podr¨ªa definirse como tintineo. Vale. Los ¡°cientos de ranitas¡± que tintineaban en nuestro ejemplo eran de Costa Rica, as¨ª que estaremos atentos a la variedad de especies de la creaci¨®n.
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