Responsable de casi todo
El mundo se ha puesto patas arriba por un invento que solo tiene 25 a?os
"Propuesta vaga, pero emocionante¡±; con esta versi¨®n cient¨ªfica del ¡°progresa adecuadamente¡±, Tim Berners-Lee tuvo el pl¨¢cet para crear hace 25 a?os la Gran Ara?a, la World Wide Web, el sistema de comunicaci¨®n hoy b¨¢sico para 3.000 millones de personas, casi la mitad de la humanidad. Decir que nos comunicamos es poco; existimos con, para, en, entre, contra Internet. La vida de media humanidad gira en torno al sistema de conexi¨®n de la World Wide Web, y la otra media la necesita como un bien b¨¢sico, como la electricidad o el agua corriente (de la que disfrutan menos personas que de Internet).
En este aniversario, su cofundador brit¨¢nico ¡ªsin olvidar al belga Robert Cailliau¡ª ha alertado de los peligros que se ciernen sobre esta autopista de la informaci¨®n, un sistema demasiado poderoso como para que Gobiernos, dictatoriales y democr¨¢ticos, no caigan en la tentaci¨®n de hacerse con su control.
Berners-Lee propone a Naciones Unidas que Internet se incluya en la Carta de los Derechos Humanos. El creador de Facebook, Mark Zuckerberg, se ha adjudicado la misi¨®n de que la WWW llegue a cada rinc¨®n del planeta; Bill Gates, creador de Microsoft, prefiere que le llegue agua y comida, aunque el fundador de Facebook cree que con Internet conseguir¨ªan antes los alimentos b¨¢sicos.
La red de ordenadores de Internet m¨¢s el protocolo de transferencia de archivos, el world wide web inventado en un despacho del CERN en Suiza, han creado un nuevo mundo, una nueva econom¨ªa, una nueva forma de relacionarnos y de medirnos las distancias y los tiempos; a costa, sin duda, de desbaratar lo establecido y sin tiempo para asimilarlo.
Un cuarto de siglo de la World Wide Web y el mundo se ha puesto patas arriba. Con raz¨®n se dec¨ªa que los a?os de Internet son como los de los perros, equivalen a siete. Es decir, que han pasado 175 a?os. As¨ª se entiende mejor esta compresi¨®n inaudita de la historia y de la econom¨ªa. Pero si se mira bien, esta revoluci¨®n de revoluciones que ha supuesto Internet no es tan innovadora. Finalmente todo, maldiciones y bendiciones, nos sigue llegando, misteriosamente, desde el cielo.
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