?Necesitaba el mundo un carrito para hombres?
Qui¨¦n dir¨ªa hace unos a?os que una marca de coches de beb¨¦ podr¨ªa convertirse en un fen¨®meno sociol¨®gico: la paternidad se demuestra rodando
No estamos pregunt¨¢ndonos sobre la idoneidad de un carrito para beb¨¦s varones, sino por un carrito de beb¨¦s hecho para que lo empujen los padres tanto como las madres. Un cochecito con pinta de gadget que se pliega e introduce en el maletero del coche. Para subirlo al autob¨²s y salvar obst¨¢culos urbanos y rurales pero, sobre todo, con el que pasear a los ni?os sin realizar un innecesario despliegue kitsch. La respuesta parece obvia ahora, pero hace poco m¨¢s de 17 a?os nadie contest¨® que s¨ª. O mejor dicho, nadie se hizo siquiera la pregunta. Tan solo Max Barenbrug, que desarroll¨® aquella idea para su proyecto de graduaci¨®n en la Academia de Dise?o Industrial de Eindhoven y acab¨® por convertirla en Bugaboo, una marca que en la actualidad define todo un segmento demogr¨¢fico: padres j¨®venes y din¨¢micos, con gusto por la est¨¦tica tanto como por la funcionalidad.
Antes de que existiera Bugaboo, su creador trat¨® de mover el prototipo entre las compa?¨ªas del sector. Afortunadamente, como se ha demostrado despu¨¦s, las negociaciones con las marcas interesadas no llegaron a buen puerto. Porque si lo hubieran hecho, ?ser¨ªa hoy Bugaboo exactamente como es? ¡°No lo creo¡±, opina Barenbrug. ¡°Tener un buen producto es crucial, pero necesitas un entorno empresarial que lo entienda. Una buena idea no te garantiza nada. Estoy seguro de que si alguna de las compa?¨ªas que se interesaron por el prototipo lo hubieran comercializado, lo habr¨ªan fastidiado¡±.
Fastidiarlo significa, para Barenbrug, llenarlo de dibujos de ositos, nubes y mariposas, poner acolchados y adornos donde no son necesarios y, finalmente, rebajar costes para aumentar beneficios. De aquella temprana pero aleccionadora negativa surgi¨® Bugaboo, una empresa que ha ido expandi¨¦ndose sin renunciar a los principios del buen dise?o como principal gu¨ªa. ¡°Si haces una investigaci¨®n de mercado y sumas todos los elementos que el estudio dice que quieren los consumidores, el producto resultante no tendr¨¢ ¨¦xito por el simple hecho de que eso es lo que hace todo el mundo. Ese tipo de datos son importantes, pero por s¨ª mismos no sirven de nada¡±, reflexiona.
Como consumidores tenemos necesidades latentes, pero muchas veces no somos conscientes de ellas. Necesitamos que nos las muestren"
El dise?o, pues, entendido como un medio pero tambi¨¦n como un fin. El dise?o como una expresi¨®n creativa y como una forma de influir en lo que est¨¢ pasando y en lo que puede llegar a pasar. Como buen holand¨¦s, Barenbrug escapa de la ret¨®rica inflada del iluminado y describe su oficio con un discurso pragm¨¢tico y en ocasiones hasta severo. ¡°No creo en las visiones ni en los visionarios. Creo que la cualidad que define a un buen dise?ador es m¨¢s bien la sensibilidad, la capacidad de percatarse de los cambios que est¨¢n acaeciendo en la sociedad. Al final, cuando un dise?o tiene ¨¦xito se parece mucho a una de esas profec¨ªas que se cumplen a s¨ª mismas. Puedes identificar una tendencia e influir en ella con el dise?o, pero no puedes crear una necesidad. Un buen dise?o puede ayudar a que la tendencia se decante en una direcci¨®n u otra, o puede acelerar el proceso y acabar favoreciendo que se convierta en algo aceptado y necesario.¡±
Para Barenbrug, existe una sutil pero importante diferencia entre crear una necesidad que no exist¨ªa e identificar nuevos aspectos de la cotidianidad donde el dise?o puede realmente hacerse notar. ¡°Como consumidores tenemos necesidades latentes, pero muchas veces no somos conscientes de ellas. Necesitamos que nos las muestren. Pero para que el dise?o se convierta en necesario debe ser funcional y aut¨¦ntico, y debe aportar algo de valor a las necesidades ya existentes. Y hacerlo de forma sostenible¡±, dice un hombre que llega cada d¨ªa a la oficina al volante de un Tesla.
Padres de ayer y de hoy
Tras quince a?os liderando un sector y redefiniendo la forma de ser padres de hoy en d¨ªa, Barenbrug y Bugaboo sienten que a¨²n les quedan necesidades y tendencias que abordar con el dise?o. Dos pisos m¨¢s abajo, confiesa entre divertido y misterioso, llevan a?os trabajando en secreto en dos prototipos de productos ¡°no relacionados con los beb¨¦s¡±. Lo que s¨ª nos puede desvelar es que, de nuevo, tendr¨¢n que ver con la movilidad, un concepto algo abstracto que podr¨ªamos definir como la autonom¨ªa de movimiento y la sensaci¨®n de libertad que proporciona, pero que Barenbrug considera vital. ¡°Mi frustraci¨®n como dise?ador es que llevar a t¨¦rmino una idea requiere de mucho tiempo. Se necesitan cinco a?os para empezar desde cero y llegar al producto final. Sin duda, tiene que ver con que mi forma de dise?ar es muy lenta. Soy muy perfeccionista¡±, explica. En breve, sin embargo, uno de esos nuevos proyectos llegar¨¢ al mercado, y Barenbrug est¨¢ convencido, como lo estaba hace 17 a?os, de que pronto su creaci¨®n formar¨¢ parte de nuestras vidas. ?El secreto? ¡°El buen dise?o no es un m¨¦todo, es un proceso de prueba y error¡±.
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