Los recortes en cooperaci¨®n no cuestan votos
La justicia social debe ser un elemento esencial en la construcci¨®n del orden pol¨ªtico y econ¨®mico que surja tras el cambio de sistema al que hoy estamos asistiendo
Tras seis a?os de crisis, recortes y medidas de austeridad fiscal, todo parece indicar que una de las grandes perdedoras en la batalla por alcanzar los objetivos de d¨¦ficit ha sido la Ayuda Oficial al Desarrollo. Desde el a?o 2008, la ca¨ªda en picado de las cantidades destinadas a combatir la pobreza en otros pa¨ªses, nos repite insistentemente que la Ayuda podr¨ªa pertenecer ¡°al mundo de ayer¡±, si no se toman medidas urgentes para su recuperaci¨®n.
La constataci¨®n de esta derrota se hace hoy visible a trav¨¦s de tres hechos significativos: el desplome presupuestario de la Ayuda; el bajo perfil pol¨ªtico de la agenda de cooperaci¨®n internacional, tanto para el Gobierno como para la oposici¨®n; y el insuficiente impacto de la movilizaci¨®n ciudadana en defensa de la Ayuda Oficial al Desarrollo.
Por la parte de las cifras, desde 2008 la Ayuda ha sufrido una ca¨ªda acumulada del 70%. En los ¨²ltimos a?os, hemos visto c¨®mo el sistema de ayuda espa?ol se ha desmantelado pr¨¢cticamente, pasando de ser una pol¨ªtica p¨²blica con amplia proyecci¨®n en nuestra agenda exterior, a un rengl¨®n m¨¢s bien irrelevante en los Presupuestos. En 2014 la Ayuda supon¨ªa un 0,16 % de la Renta Nacional Bruta, el nivel m¨¢s bajo en 25 a?os y en las ant¨ªpodas del compromiso del 0,7%, reclamado por las ONGs.
Pero lo que resulta m¨¢s sorprendente es observar c¨®mo simult¨¢neamente, la cooperaci¨®n internacional se ha vuelto casi invisible en las agendas pol¨ªticas y sociales. Los brutales recortes efectuados, sin precedentes en ninguna pol¨ªtica p¨²blica, se han producido con un m¨ªnimo coste para el Gobierno. En cuanto a la oposici¨®n, haciendo un ejercicio de pragmatismo, se ha centrado en asuntos m¨¢s rentables pol¨ªticamente y de mayor conexi¨®n con sus potenciales votantes. Y por ¨²ltimo, desde la sociedad civil no hemos encontrado un relato lo suficientemente movilizador y eficaz para defender, en momentos de recortes de nuestras pol¨ªticas sociales, la inversi¨®n en ayuda exterior.
Ante esta situaci¨®n, es imprescindible hacerse algunas preguntas clave y no seguir viviendo fuera de la realidad y de los cambios que se est¨¢n dando en Espa?a y en el sistema internacional. Es hora de preguntarnos c¨®mo combatir la pobreza y la desigualdad, en el mundo que surgir¨¢ tras el naufragio de la crisis. ?C¨®mo recuperar la Ayuda Oficial al Desarrollo? ?Existen alternativas? ?Sigue siendo un instrumento eficaz para luchar contra la pobreza? Y es probablemente hoy, m¨¢s importante que nunca hacerse estas preguntas, porque lo que est¨¢ en juego en este cambio de ciclo, provocado por el choque de trenes entre el capitalismo financiero y la democracia, es la justicia social.
La discusi¨®n sobre la redistribuci¨®n de la riqueza y el papel del Estado en garantizar la igualdad y los derechos sociales, as¨ª como la proyecci¨®n de estos derechos en el sistema global; es hoy un elemento cr¨ªtico que tensiona la definici¨®n de las nuevas pol¨ªticas sociales, tanto dentro de los pa¨ªses como en la escala global.
Entre las nuevas soluciones que se est¨¢n barajando para luchar contra la pobreza m¨¢s all¨¢ de la Ayuda Oficial al Desarrollo, existen dos tendencias dominantes que obedecen a filosof¨ªas pol¨ªticas diferentes. En el espectro del liberalismo de derechas o neoliberalismo, la ¡°salvaci¨®n¡± de la cooperaci¨®n internacional y el impulso hacia el desarrollo de los pa¨ªses m¨¢s pobres, se piensa que vendr¨¢ de la mano del sector privado. La irrupci¨®n de este actor en el ¨¢mbito de la cooperaci¨®n, se est¨¢ ensayando bajo nuevas f¨®rmulas de alianzas con diferentes agentes y de partenariados p¨²blico-privados, que deber¨¢n demostrar su eficacia en la creaci¨®n de condiciones de desarrollo que saquen a estos pa¨ªses de la pobreza.
En la ¨®rbita socialdem¨®crata, dominan las medidas que exploran el potencial de la fiscalidad justa dentro de los pa¨ªses en desarrollo y a nivel global. La idea es financiar v¨ªa impuestos las pol¨ªticas sociales que garantizar¨¢n el desarrollo y la salida de la pobreza. En el primer caso, se trata de apoyar la creaci¨®n de sistemas fiscales progresivos que act¨²en como herramientas destinadas a financiar las pol¨ªticas p¨²blicas y a evitar la dependencia de la ayuda exterior para sostenerlas. A nivel global, la acci¨®n se dirige a luchar contra la evasi¨®n y la elusi¨®n fiscal mediante medidas relativas a la transparencia y a la cooperaci¨®n fiscal entre jurisdicciones. Es importante tener en cuenta que seg¨²n las estimaciones de la OCDE, el importe que se deja de pagar por evasi¨®n y elusi¨®n fiscal en los pa¨ªses en desarrollo, supera muy ampliamente la cantidad que reciben en ayuda exterior. Se calcula que las grandes fortunas y empresas de toda Am¨¦rica Latina y Caribe desv¨ªan hacia para¨ªsos fiscales un importe equivalente al PIB de Brasil (2,05 billones de euros), seg¨²n una investigaci¨®n de la Red de Justicia Fiscal.
La justicia social debe ser un elemento esencial en la construcci¨®n del orden pol¨ªtico y econ¨®mico que surja tras el cambio de sistema al que hoy estamos asistiendo. Para ello, el primer paso es asumir que no volveremos al mundo en el que viv¨ªamos antes de 2008 e identificar las claves del cambio. Es in¨²til lamentarse por la p¨¦rdida del pasado. La historia nos ense?a que hay que anticiparse a los tiempos, para crear sociedades m¨¢s justas.
Consuelo Lopez-Zuriaga, es Coordinadora de Relaciones Institucionales de Oxfam Interm¨®n.
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