1964: ?golpe o revoluci¨®n?
El r¨¦gimen surgido hace 50 a?os es considerado una ¡®dictadura¡¯ porque as¨ª lo quiere la sociedad
Este lunes, 31 de marzo de 2014, Brasil recuerda ¡ªm¨¢s que celebra¡ª los 50 a?os del movimiento que derroc¨® al Gobierno del presidente Jo?o Goulart e instaur¨® el r¨¦gimen militar de 1964. Es un periodo de la historia que a¨²n permanecer¨¢ mucho tiempo rodeado de controversias, empezando por la definici¨®n de qu¨¦ pas¨® realmente en el pa¨ªs. Para los militares, en 1964 hubo una ¡°revoluci¨®n¡± en Brasil, cuyos principales objetivos ser¨ªan la restauraci¨®n del orden p¨²blico, controlar la indisciplina en los cuarteles e impedir la toma del poder por parte de los comunistas. Seg¨²n ese punto de vista, por lo tanto, se trat¨® m¨¢s de una ¡°contrarrevoluci¨®n¡± que de una ¡°revoluci¨®n¡±. Un concepto totalmente distinto puede observarse actualmente en las redes sociales, en la prensa y en los discursos de la sociedad civil, que por norma general definen 1964 como un ¡°golpe militar¡± que instaur¨® en Brasil una ¡°dictadura¡±.
La Historia, como sabemos, no siempre est¨¢ hecha de juicios imparciales y objetivos de los hechos y los personajes. La forma en la que miramos al pasado depende de valores, convicciones y necesidades del tiempo presente, que se refleja en la forma sem¨¢ntica en la que bautizamos a los eventos hist¨®ricos. Ejemplos de ello son las fechas de 1889, 1930 y 1964. En 1889, tema de mi ¨²ltimo libro, el mariscal Deodoro da Fonseca derroc¨® a la monarqu¨ªa al frente de tropas del Ej¨¦rcito que sitiaron a los ministros del emperador Pedro II en el edificio del Ministerio de la Guerra, en R¨ªo de Janeiro. El vizconde de Ouro Preto, primer ministro, fue detenido y forzado a dimitir por la fuerza de las armas. En la apariencia y en el contenido, fue, en consecuencia, un ¡°golpe militar¡± contra el Imperio, pero no es as¨ª como ha pasado a la historia. La misma situaci¨®n ocurri¨® en 1930. En general, los libros de Historia se refieren al movimiento que derroc¨® al Gobierno del presidente Washington Luiz como la ¡°revoluci¨®n de 1930¡±, aunque sea, innegablemente, un ¡°golpe militar¡± como lo fue del de 1964. Get¨²lio Vargas era un l¨ªder civil, pero lleg¨® al poder a trav¨¦s de una aut¨¦ntica cuartelada, como puede verificarse en la excelente biograf¨ªa del personaje escrita por el periodista del Estado de Cear¨¢ Lira Neto, publicada por Companhia das Letras. ?Por qu¨¦, entonces, nos referimos a 1889 como la ¡°Proclamaci¨®n de la Rep¨²blica¡±, a 1930 como la ¡°Revoluci¨®n de 1930¡± y a 1964 como ¡°golpe militar¡±?
La forma en la que miramos al pasado depende de valores, convicciones y necesidades del tiempo presente
En puridad, lo que ocurri¨® en las tres fechas fueron aut¨¦nticos golpes de Estado que utilizaron la fuerza para alejar del poder a los l¨ªderes civiles. En consecuencia, deber¨ªan merecer definiciones semejantes, pero no es as¨ª. Esos eventos tambi¨¦n podr¨ªan definirse como ¡°golpes civiles¡± en los que las fuerzas armadas sirvieron de instrumentos para que tomasen el poder l¨ªderes civiles que, en aqu¨¦l momento, no ve¨ªan otra soluci¨®n posible en las v¨ªas institucionales existentes, como las urnas. Hasta 1889, por ejemplo, los civiles republicanos, pese al ruido que hac¨ªan en la prensa, no consegu¨ªan los votos suficientes como para cambiar el r¨¦gimen a trav¨¦s de una mayor¨ªa parlamentaria, lo que los ech¨® en brazos de los l¨ªderes militares y del movimiento golpista encabezado por Deodoro da Fonseca.
Creo que el principal motivo para esas diferencias sem¨¢nticas est¨¢ en la forma en la que la Historia ¡ªes decir, las generaciones futuras¡ª sancionan o dejan de sancionar un determinado evento hist¨®rico. En resumen, 1889 pas¨® a la Historia como la ¡°Proclamaci¨®n¡± porque as¨ª lo quiso la sociedad, as¨ª como 1930 entr¨® en los libros de texto como ¡°Revoluci¨®n¡± y 1964 como ¡°golpe¡± y ¡°dictadura¡±. De alguna manera, esas nomenclaturas tambi¨¦n reflejan una cierta evoluci¨®n pol¨ªtica de la sociedad brasile?a. En el pasado, las intervenciones violentas en las instituciones y en el proceso pol¨ªtico tend¨ªan a ser aceptadas de una forma m¨¢s natural ¡ªcomo ocurri¨® en 1889 y 1930¡ª. Esto no ocurri¨® en 1964, un a?o en el que, pese a que una parte de la sociedad civil acept¨® y hasta instrumentaliz¨® a las fuerzas armadas para tomar el poder, otra parte, hoy mayoritaria, no sancion¨® esa intervenci¨®n. En el momento en el que Brasil se empe?a, por primera vez, en consolidar su joven democracia, eso es buena se?al.
Laurentino Gomes es periodista y escritor brasile?o.
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