?Qui¨¦n decide qui¨¦n soy yo?
Los Estados deben garantizar que las personas transg¨¦nero pueden obtener el reconocimiento legal de su identidad de g¨¦nero mediante un procedimiento r¨¢pido, accesible y transparente
Para entrar en el colegio, acceder a la universidad, sacar un abono transporte, un carnet de biblioteca, solicitar un trabajo, abrir una cuenta en el banco, viajar, en todos los pa¨ªses necesitas presentar tu documentaci¨®n. Hasta ah¨ª todo dentro de la norma. El problema surge cuando en tu pasaporte o en tu carnet de identidad aparece un sexo diferente al que refleja tu aspecto.
¡°Tengo nombre femenino en mis documentos¡±, cuenta a Amnist¨ªa Internacional un joven transg¨¦nero de 20 a?os en Finlandia. ¡°Cuando voy a recoger un paquete a correos, se cuestionan si el pasaporte es m¨ªo. Cuando intento subir al autob¨²s, el conductor a menudo me acusa de que no es mi tarjeta de transporte, que es la de una mujer¡±. Eefje, belga de 25 a?os, tras concluir sus pr¨¢cticas de ayudante de cocina, descubri¨® que la podr¨ªan haber contratado, pero que sus compa?eros se hab¨ªan opuesto porque era transg¨¦nero. Su documentaci¨®n dice que es un hombre. L. Carvalero, en la Universidad de Berl¨ªn, no s¨®lo tuvo que soportar las burlas de uno de sus profesores, sino que sufri¨® tocamientos por parte de ¨¦ste que quer¨ªa saber si en su cuerpo de hombre todav¨ªa hab¨ªa ¨®rganos sexuales femeninos.
D¨ªa a d¨ªa, personas transg¨¦nero en toda la Uni¨®n Europea se exponen a la discriminaci¨®n y a la violaci¨®n de sus derechos fundamentales, porque su apariencia o identidad no corresponde con el g¨¦nero que se le asign¨® al nacer y que figura en sus documentos de identidad. Pueden sentirse mujeres, hombres, o de camino entre los dos sexos; pueden querer someterse a tratamiento hormonal, a operaciones de cambio de sexo, o pueden optar por no someterse a ninguna de las dos cosas. Pero lo que s¨ª quieren es no tener que enfrentarse d¨ªa a d¨ªa a lo que son cada vez que presenten su documentaci¨®n.
Se desconoce cu¨¢ntas personas transg¨¦nero hay en la Uni¨®n Europea (UE), se estima que unas 30.000 est¨¢n siendo sometidas a tratamientos hormonales o a intervenciones de reasignaci¨®n de g¨¦nero, seg¨²n datos de Eurostat. Pero otros informes, estiman que al menos 1,5 millones de personas en la UE no se identifican con el sexo que se les asign¨® al nacer.
La hija mediana de Sarah, Kelly, naci¨® hombre pero ha afirmado su identidad de mujer desde que ten¨ªa cuatro a?os. Kelly fue muy infeliz y expres¨® reiteradamente pensamientos suicidas. Por consejo del psiquiatra, Sarah permiti¨® a Kelly expresar su identidad de g¨¦nero. Kelly sigue teniendo oficialmente nombre y g¨¦nero masculinos, y sigue enfrent¨¢ndose al rechazo social. Una vez a Sarah la interceptaron e interrogaron en un aeropuerto de Singapur porque la apariencia de Kelly no se correspond¨ªa con el g¨¦nero que indicaban sus documentos. ¡°Los funcionarios de inmigraci¨®n se rieron de nosotras. Fue humillante y a Kelly le afect¨® mucho. El funcionario de inmigraci¨®n incluso me cuestion¨® como madre por dejarla llevar el pelo largo y vestir as¨ª¡±.
Las cifras de la discriminaci¨®n
En un estudio de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Uni¨®n Europea sobre personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transg¨¦nero en Europa, el 29% de los encuestados trang¨¦nero dijeron que fueron objeto de discriminaci¨®n en el lugar de trabajo o en la b¨²squeda de puestos de trabajo en el a?o anterior a la encuesta. El 35% de ellos dijeron que hab¨ªan sufrido violencia o amenaza de violencia durante los cinco a?os anteriores a la encuesta. El 50% de los que hab¨ªan sido v¨ªctimas de violencia o amenaza de violencia en los 12 meses antes de la encuesta, percibi¨® que hab¨ªan sido v¨ªctimas a causa de su identidad de g¨¦nero. De los que experimentaron la violencia o las amenazas de violencia, dos tercios (64%) se encontraron violencia o amenazas de violencia m¨¢s de una vez durante los 12 meses anteriores. En los ¨²ltimos a?os, decenas de personas transg¨¦nero han sido asesinadas en Europa - al menos 84 desde enero de 2008, con las cifras m¨¢s altas en Turqu¨ªa (34) e Italia (26) . En otras ¨¢reas de la vida, el empleo, la educaci¨®n, el acceso a servicios de salud, vivienda y otros servicios a disposici¨®n del p¨²blico, el 38% de las personas transg¨¦nero se sintieron discriminadas.
En 1992, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoce por primera vez que cuando un Estado impide el cambio de g¨¦nero en la documentaci¨®n de las personas transg¨¦nero se viola la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos. Pero desde entonces, ¨¦stas personas no han dejado de luchar por el reconocimiento legal de su g¨¦nero sin que se violen sus derechos fundamentales.
16 pa¨ªses europeos no permiten un cambio legal de g¨¦nero. Aunque la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la UE s¨ª contemplan la posibilidad de cambiar esa situaci¨®n jur¨ªdica, eso s¨ª desde leyes que someten a las personas transg¨¦nero a trabas invasivas, degradantes e inhumanas, que vulneran los derechos fundamentales de las personas.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud en la actualidad sigue categorizando ¡°los des¨®rdenes de identidad de g¨¦nero¡± bajo el ep¨ªgrafe de ¡°des¨®rdenes mentales y de comportamiento¡±. Con esta base, todos los pa¨ªses europeos exigen diagn¨®sticos psiqui¨¢tricos para iniciar cualquier tratamiento m¨¦dico e incluso para un cambio de g¨¦nero en la documentaci¨®n.
Amnist¨ªa Internacional en su informe: The state decides who I am: lack of legal recoginition for transgender peopleo in Europe, denuncia c¨®mo en pa¨ªses como Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, B¨¦lgica y Alemania las personas transg¨¦nero s¨®lo pueden conseguir el reconocimiento legal del cambio de g¨¦nero si son diagnosticadas de trastorno mental, aceptan someterse a tratamientos hormonales, y/o a operaciones quir¨²rgicas que causan esterilidad irreversible, demuestran que est¨¢n solteras o se divorcian de sus parejas. Un proceso que puede extenderse durante a?os. Quienes no quieran someterse a este tipo de tratamientos, o por razones m¨¦dicas no pueden llevarlos a cabo, nunca tendr¨¢n un documento que refleje su g¨¦nero.
Pa¨ªses como Espa?a y Portugal tienen leyes algo m¨¢s avanzadas. En Espa?a la ley de 2007, exige para el cambio de g¨¦nero legal un informe psiqui¨¢trico, dos a?os de tratamiento hormonal y excluye a los menores. Portugal en su ley de 2011, no exige tratamiento hormonal para permitir un cambio legal.
En 24 pa¨ªses en Europa se exige la esterilizaci¨®n forzosa para reconocer legalmente el sexo de las personas, algo que en 2013, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre Tortura y Malos Tratos pidi¨® a los Estados que dejaran de hacerlo.
Otros estados como Irlanda, aunque en estos momentos est¨¢ trabajando una ley al respecto, no contempla ning¨²n tipo de procedimiento para regular el cambio de g¨¦nero legal.
Los derechos humanos no son opci¨®n para transg¨¦nero
Los Principios de Yogyakarta, en su punto 1, se?alan: ¡°Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Los seres humanos sea cual sea su orientaci¨®n sexual o identidad sexual tienen derecho al pleno disfrute de todos los derechos humanos¡±. Sin embargo, disfrutar de todos los derechos humanos en Europa no es una opci¨®n para las personas transg¨¦nero.
Las personas transg¨¦nero se ven obligadas a elegir entre el disfrute de unos derechos humanos frente a otros. Se las obliga a renunciar a derechos como el tener una vida privada, a tener una familia, a seguir casado con su pareja, o a tener sus propios hijos, si quieren tener una identidad de g¨¦nero con la que se identifiquen. Este tipo de elecci¨®n es totalmente contraria al derecho de toda persona a disfrutar de sus derechos sin ning¨²n tipo de discriminaci¨®n.
Sarah la madre de Kelly, lo tiene claro, ¡°es importante que tenga documentos que reflejen su g¨¦nero. Eso supondr¨ªa que no se condena a las personas transg¨¦nero a una vida dif¨ªcil, rodeada de discriminaci¨®n, incomprensi¨®n o prejuicios¡±.
Y los Estados deben garantizar que las personas transg¨¦nero pueden obtener el reconocimiento legal de su identidad de g¨¦nero mediante un procedimiento r¨¢pido, accesible y transparente, de acuerdo con su propia percepci¨®n de su identidad de g¨¦nero, y al mismo tiempo preservar su derecho a la intimidad y no imponerles requisitos que vulneren sus derechos humanos.
Sarah nos cuenta ¡°Yo s¨®lo quiero que mi hija siga viviendo. Ahora tengo una ni?a feliz, ?por qu¨¦ terminar en una sala de psiquiatr¨ªa? ?Por qu¨¦ terminar con una ni?a muerta?¡±.
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