Irregularidades en Gij¨®n
La Oficina Antifraude de la UE revela que se inflaron precios en la ampliaci¨®n del puerto del Musel
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/J5J5LVMWVDUJCOWZAUYKWTGYQM.jpg?auth=f6aceb7bec4935c2b6d778fb7b99e3f1b04a7e2de70c696e9bebb044a4d89631&width=414)
La trama es enrevesada, pero di¨¢fana la conclusi¨®n de un escrupuloso informe. Y la UE vuelve a darle as¨ª un severo coscorr¨®n a una determinada manera de gestionar las obras p¨²blicas en Espa?a. La Oficina Europea Antifraude (OLAF) ha recomendado a la Comisi¨®n que reclame los 198 millones de euros de fondos europeos que se destinaron a la ampliaci¨®n del puerto del Musel, en Gij¨®n, y que no abone ni un c¨¦ntimo m¨¢s de los 49,5 que le quedan por transferir. Las razones que esgrime son variadas, y sacan los colores: ¡°Irregularidades con la licitaci¨®n p¨²blica¡±, ¡°fallos serios en los sistemas de control y gesti¨®n¡±, ¡°fallos en el pesado de los camiones¡±, ¡°sospechas o indicaciones de informaci¨®n falsa respecto del material transportado¡±, ¡°precios diferentes a los acordados para la piedra, incluyendo piedras otorgadas de forma gratuita¡±, ¡°ausencia de controles por parte de las autoridades nacionales...¡±.
No est¨¢ de m¨¢s escuchar al que fuera presidente de la Autoridad Portuaria de Gij¨®n y que adjudic¨®, en 2005, el proyecto a una uni¨®n temporal de empresas formada por Dragados, FCC, Sato y Alvargonz¨¢lez. Fernando Men¨¦ndez Rexach sospecha que se ha armado un caso con la voluntad de poner en duda ¡°el sistema de obra p¨²blica espa?ol¡±. Y defiende que todo se hizo conforme a la ley, que la Abogac¨ªa del Estado inform¨® favorablemente de los procedimientos y que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n archiv¨® una investigaci¨®n a prop¨®sito de los sobrecostes.
Porque sobrecostes, haberlos hubo. En 2007 ya se calcul¨® que habr¨ªa que a?adir poco m¨¢s de 216 millones de euros a los casi 500 presupuestados inicialmente. El mayor coste: la cantidad de piedra que se necesitaba para ganarle terreno al mar. Y es ah¨ª donde la OLAF llama la atenci¨®n sobre los supuestos descontroles: Sato, por ejemplo, era due?a del 30% de la cantera de Abo?o, que iba a aportar la mayor cantidad de piedra. Luego resulta que se utiliz¨® piedra de otro lugar pr¨®ximo (que le sal¨ªa gratuita a la empresa) y de otro lejano, que result¨® car¨ªsima. En fin, el culebr¨®n. Europa ha investigado; toca responder con rapidez y pulcritud. Mostrar c¨®mo no se gast¨® ni un solo euro en vano, y acabar as¨ª con el posible caso.
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