Aburridos
Un estudio reciente ha demostrado que las personas tienden a ser m¨¢s agresivas cuanto m¨¢s aburridas se sienten, una advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y violentos a la vez
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que (pese a la atenci¨®n que se les dedica) no existen en realidad: el jet lag, la religi¨®n verdadera y el aburrimiento. No habiendo padecido jam¨¢s ninguno de los dos primeros, disiento sin embargo sobre el tercer punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el principal motor de nuestra sociedad y el m¨¢s importante argumento de venta de sus productos, cualesquiera que estos sean. La existencia de una ¡°industria del entretenimiento¡±, pienso, ratifica que hay algo que esta recorta por definici¨®n, una especie de zona imprecisa en la que nada sucede, un sitio del que todos deber¨ªamos escapar porque (se nos dice) su forma es la de un laberinto.
En 1964, el escritor Isaac Asimov afirm¨® que el aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad de nuestra ¨¦poca, ¡°expandi¨¦ndose y aumentando de intensidad¡± hasta tener ¡°consecuencias mentales, emocionales y sociol¨®gicas serias¡±. No se equivocaba: buena parte de los problemas mentales m¨¢s frecuentes en nuestros d¨ªas tienen su origen en una insatisfacci¨®n que es el rostro m¨¢s importante del aburrimiento. Los otros son la agresividad desplegada en las redes sociales, las conversaciones banales que los pasajeros se apresuran a realizar tan pronto como su avi¨®n toca tierra, la mirada vac¨ªa frente al tel¨¦fono inteligente, el crescendo s¨®rdido de los reality shows, la brevedad y la simpleza ofensiva de los mensajes pol¨ªticos y publicitarios, el filme que ponen en el tren, los v¨ªdeos de accidentes caseros, los virales.
No son fen¨®menos carentes de importancia: un estudio reciente ha demostrado que las personas tienden a ser m¨¢s agresivas cuanto m¨¢s aburridas se sienten, y en ello hay una constataci¨®n, pero tambi¨¦n una advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y violentos a la vez.
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