Tomar la palabra
Este Gobierno, en nombre de la austeridad, ha practicado una destrucci¨®n sistem¨¢tica del Estado de bienestar
Desde fuera nos llegan los datos de la crisis social espa?ola que el Gobierno esconde. Cinco autonom¨ªas encabezan la lista de las regiones con m¨¢s paro de Europa. Y Save the Children sit¨²a a Espa?a como el segundo pa¨ªs europeo con m¨¢s riesgo de pobreza infantil (tres millones de ni?os en peligro), solo superado por Ruman¨ªa, y como el segundo pa¨ªs que menos ayudas dedica a la desigualdad, despu¨¦s de Grecia. Conclusi¨®n: la gesti¨®n de la crisis ha sido brutalmente injusta y este Gobierno, en nombre de la austeridad, ha practicado una destrucci¨®n sistem¨¢tica del Estado de bienestar, empezando por abajo. No se puede gobernar solo para una tercera parte de la sociedad.
Este c¨ªrculo de la corrupci¨®n estructural solo se rompe con alg¨²n sacrificio pol¨ªtico de m¨¢ximo nivel
Dentro del pa¨ªs, despu¨¦s del caso de los cursos de formaci¨®n fraudulentos de la patronal madrile?a, surgen ahora indicios de fraude en cursos subvencionados por la Junta de Andaluc¨ªa. Lluvia sobre mojado en una Administraci¨®n marcada por el esc¨¢ndalo de los ERE. Las irregularidades en este tipo de cursos son un tema recurrente en la pol¨ªtica espa?ola. Es especialmente irritante por la obscenidad de lucrarse con el dinero que deber¨ªa servir para mejorar la situaci¨®n de los que no tienen empleo. Y porque implica a Gobiernos, patronales, sindicatos y empresas, en un pasteleo nada edificante que da la medida del grado de deterioro de unas instituciones muy burocratizadas.
Si a ello a?adimos que el juez Ruz est¨¢ completando estos d¨ªas la instrucci¨®n del caso B¨¢rcenas y el PP sigue haciendo como si los desmanes de quien fue su tesorero durante veinte a?os no fueran con ¨¦l, los partidarios de la teor¨ªa de la casta extractiva se sienten cargados de razones. Y la desconfianza en las instituciones sigue creciendo, con el riesgo de que entremos en la charca del fatalismo y de la resignaci¨®n.
En Andaluc¨ªa se repiten los mismos rituales de cada vez que aparece un nuevo caso de corrupci¨®n: el Gobierno acusa al Ministerio del Interior de abrir una causa general contra la Junta, y la oposici¨®n, el PP en este caso, pide comparecencias y explicaciones. Casi nada es inocente en pol¨ªtica. Pero lo importante no es la intencionalidad de las filtraciones, es si el fraude existe o no. El PP ciertamente no tiene autoridad para dar lecciones a nadie en materia de corrupci¨®n: B¨¢rcenas y G¨¹rtel est¨¢n ah¨ª. Pero este c¨ªrculo terrible de la corrupci¨®n estructural solo se rompe, y no me cansar¨¦ de repetirlo, con alg¨²n sacrificio pol¨ªtico de m¨¢ximo nivel que env¨ªe a la sociedad el mensaje de que hay voluntad de acabar estas pr¨¢cticas.
La t¨¦cnica de negarlo todo y aguantar es letal: siempre acaba apareciendo algo y queda la sospecha de que hab¨ªa mucho m¨¢s. Quiz¨¢ habr¨¢ que asumir que es la estrategia de una casta que tiene la democracia en el pu?o y no quiere soltarla. Y si es as¨ª, la ciudadan¨ªa tendr¨¢ que decidir si calla y otorga o toma la palabra.
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