Pa¨ªs singular

Hay tres singularidades que diferencian a Espa?a de los pa¨ªses de su entorno sociopol¨ªtico. El primero, y el m¨¢s llamativo, es tener 10.000 aforados mientras solo dos pa¨ªses los tienen y lo aplican ¨²nicamente al presidente y uno al Gobierno. Tenemos argumentos de las ventajas del m¨¦todo, pero parece extra?o que solo nosotros las hayamos visto. Estos aforados, todos pol¨ªticos, son juzgados por tribunales elegidos por los propios pol¨ªticos, siendo esta falta de independencia del Poder Judicial la segunda e importante singularidad, algo que provoca sonrojo al mismo tiempo.

No se queda atr¨¢s la tercera diferencia: el poder del Gobierno para dar indultos sin tener que justificarlos. Se dan por miles cada legislatura y se incluyen casos de corrupci¨®n o de personas condenadas pero que llevan a?os en libertad mientras se resuelve su petici¨®n. ?Dejar¨ªan tambi¨¦n en libertad a todos los presos comunes que lo solicitasen? Ya hemos comprobado que no es as¨ª. Es un escandaloso derecho previo a la democracia pero que seguimos utilizando.

Las encuestas nos demuestran que estamos cansados de ser diferentes y que los ciudadanos piden a gritos menos singularidades y m¨¢s integraci¨®n en las costumbres democr¨¢ticas. Todav¨ªa estamos a tiempo de cambiar estas leyes antes de que concluya la legislatura. Nos quedan otras muchas, pero ya las iremos abordando.¡ª Ra¨²l Saavedra L¨®pez.