Malaria: sin ciencia no alcanzaremos la erradicaci¨®n
Los esfuerzos de cientos de cient¨ªficos y sus financiadores para reducir la incidencia y la mortalidad de esta enfermedad han salvado m¨¢s de tres millones de vidas desde el a?o 2000
El destacar la importancia de la investigaci¨®n y el desarrollo en los extraordinarios logros contra la malaria que se han conseguido en la ¨²ltima d¨¦cada no es s¨®lo un asunto de promoci¨®n o defensa de la ciencia: es un hecho completamente real. Ni la reducci¨®n de las tasas de mortalidad por malaria en un 45% desde el a?o 2000, ni la disminuci¨®n en la incidencia de la malaria en casi un 30% en el mismo periodo hubieran sido posibles sin las herramientas con las que no cont¨¢bamos hace s¨®lo diez a?os, y cuya existencia ha sido posible gracias a los esfuerzos de cientos de cient¨ªficos y sus financiadores. Se calcula que m¨¢s de tres millones de vidas han sido salvadas en este tiempo, lo que muestra que, si ciencia y salud p¨²blica han ido siempre de la mano, quiz¨¢ la malaria sea uno de los casos m¨¢s claros de esta feliz uni¨®n.
Pongamos como ejemplo las redes mosquiteras impregnadas con insecticidas de larga duraci¨®n, actualmente la medida preventiva contra la malaria m¨¢s extendida en todo el mundo. Estas redes reducen los episodios de malaria en m¨¢s del 60%, protegiendo no solo a los que duermen debajo de ellas, sino a toda la comunidad. Con un coste medio inferior a 1,5 euros por a?o de protecci¨®n, esta herramienta es una de las m¨¢s que tienen mejor relaci¨®n costo-efectividad en todo el ¨¢mbito de la salud p¨²blica. Y s¨®lo estuvieron disponibles tras a?os de rigurosos estudios cient¨ªficos.
De la misma manera, si este a?o se registra ¡ªcomo todos esperamos¡ª una vacuna de primera generaci¨®n contra la malaria, ser¨¢ el resultado de la investigaci¨®n cient¨ªfica m¨¢s avanzada. La vacuna ser¨¢ sin duda un paso enorme, pero hay que recordar que han sido necesarios 30 a?os, el trabajo de multitud de actores y el compromiso de los financiadores para llegar hasta este punto y que, en cualquier caso, tras este gran ¨¦xito seguir¨¢ siendo necesario trabajar para desarrollar una segunda generaci¨®n de vacunas m¨¢s eficaces, y tambi¨¦n capaces de interrumpir la transmisi¨®n del par¨¢sito a los seres humanos.
Las redes antimosquitos reducen los episodios de malaria en m¨¢s del 60% con un coste inferior a 1,5 euros por a?o de protecci¨®n
Existen muchos otros ejemplos. Los medicamentos que se utilizan actualmente contra la malaria son producto de a?os de investigaci¨®n y desarrollo, gracias a los que Medicines for Malaria Venture (MMV) cuenta en este momento con el portafolio de nuevos compuestos antimal¨¢ricos m¨¢s grande de la historia. Por otra parte, las pruebas de diagn¨®stico r¨¢pido, una herramienta sencilla, barata, muy f¨¢cilmente utilizable en terreno y que vio la luz gracias tambi¨¦n a un intenso trabajo cient¨ªfico, est¨¢n posibilitando ahora que los casos de malaria se diagnostiquen antes de que el paciente reciba tratamiento, con lo que se reduce el riesgo de que los par¨¢sitos desarrollen resistencias a los antipal¨²dicos con los que contamos en este momento.
La investigaci¨®n cient¨ªfica es un esfuerzo a largo plazo que, en demasiadas ocasiones, se percibe tambi¨¦n como un esfuerzo?caro. Sin embargo, un trabajo bien hecho en este ¨¢mbito puede significar diferencias enormes una vez que se aplican sus resultados, permitiendo no s¨®lo salvar millones de vidas, sino tambi¨¦n ahorrar millones de d¨®lares.
La investigaci¨®n cient¨ªfica es un esfuerzo a largo plazo que se percibe tambi¨¦n como un esfuerzo caro
Adem¨¢s de desarrollar nuevas herramientas, lo que es sin duda el resultado m¨¢s espectacular de la investigaci¨®n aplicada a la salud global, los investigadores pueden contribuir de muchos otros modos a la lucha contra la malaria. Trabajando mano a mano con los programas nacionales de control y eliminaci¨®n de malaria pueden idear soluciones para los nuevos retos que van apareciendo sobre el terreno o dise?ar estrategias innovadoras para conseguir los mismos logros a un coste menor.
Por todo ello, resulta indispensable recordar la importancia de apoyar la creaci¨®n del conocimiento que necesitaremos para luchar contra la malaria y, finalmente, llegar a erradicarla. Como bien muestran los esfuerzos anteriores para erradicar diferentes enfermedades, olvidarnos de la ciencia es un error que no podemos asumir precisamente ahora que la erradicaci¨®n de la malaria vuelve a estar en la mira como uno objetivo fundamental. Hasta que consigamos hacer desaparecer por completo las infecciones de malaria en todo el mundo seguir¨¢n surgiendo nuevos desaf¨ªos. Las decisiones que se tomen deber¨¢n por tanto estar basadas en la mejor evidencia disponible y la innovaci¨®n seguir¨¢ siendo necesaria hasta el final.
Pedro L. Alonso, director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
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