La leyenda de ¡®Navegante¡¯
Estuvo cerca de convertirse en verdugo de Jos¨¦ Tom¨¢s, el ¨²ltimo mes¨ªas de los ruedos Sucedi¨® hace cuatro a?os en la plaza mexicana de Aguascalientes El toro ¡®Navegante¡¯ corne¨® gravemente al matador Jos¨¦ Tom¨¢s lleva grabada a fuego aquella descomunal herida Esta es la historia de lo que pas¨® despu¨¦s con aquel astado convertido en icono literario
En la enfermer¨ªa de la plaza de toros de Aguascalientes, 12 personas atestiguan la muerte de Jos¨¦ Tom¨¢s. Es 24 de abril de 2010, casi a las siete de la tarde.
Su cuerpo lleva minutos expulsando borbotones de sangre. Hay sangre en las paredes y en los muebles. Salpic¨® la puerta y chorre¨® en el pasillo. Hay sangre en las camisas y los pantalones. Los zapatos chapotean desesperados en los charcos del rojo brillante que tiene la sangre cuando reci¨¦n sale de las arterias. Se impregnan de ella brazos y rostros que tratan de parar la hemorragia metiendo las manos por el boquete que el toro Navegante, quinto de la tarde, acaba de abrir en el muslo izquierdo del torero.
¡°Como llave de agua abierta¡±, explica el subalterno Alejandro Prado, quien, frente al toro, solt¨® el capote y fue el primero que a mano limpia quiso taparle la fuga sobre la carne viva y no dejar que falleciera ah¨ª, en la arena. ¡°Tranquilos, tranquilos¡±, les dijo el de Galapagar mientras lo levantaban del ruedo.
Jos¨¦ Tom¨¢s ya casi no tiene sangre. El monitor no registra presi¨®n arterial. El coraz¨®n late, pero el combustible est¨¢ por debajo del m¨ªnimo. Toda la sangre del torero se puede recoger entre el ruedo, el callej¨®n, el acceso a la enfermer¨ªa y la cama quir¨²rgica en la que yace boca arriba, p¨¢lido.
Ya son 13 personas. Acaba de entrar el sacerdote. Lleva estola y aceite. Trajo los santos ¨®leos. No se acerca porque no hay espacio y porque los que pelean por la vida de Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn lo miran con recelo.
Los gritos se confunden con las instrucciones.
Don Jos¨¦ estalla en llanto: ¡°?Se est¨¢ muriendo mi hijo!¡±, y se va.
Andr¨¦s, el hermano, se queda goteando de sudor propio y sangre que no le es ajena.
El jefe de los servicios m¨¦dicos, el doctor Carlos Hern¨¢ndez S¨¢nchez, corre y reza en voz alta, sometido por la angustia.
Treinta y siete horas despu¨¦s de la cornada preguntaron a jos¨¦ tom¨¢s c¨®mo se encontraba. ¡°de puta madre¡±, respondi¨® el asc¨¦tico espada
El matador Fernando Ochoa, compadre del impasible diestro, quien baj¨® desde el tendido donde presenciaba la corrida, carga la bolsa de suero y la aprieta fuerte para que entre en contra de la fuga sangu¨ªnea.
Desde su barrera, el cardi¨®logo Juan Carlos Ram¨ªrez Ruvalcaba marca su celular y ofrece ayuda. Se la aceptan, pero a la voz de ya.
No hay ox¨ªgeno. No han llegado las bolsas de sangre A negativo.
Villalobos y Mart¨ªnez son dos anestesi¨®logos que no pueden anestesiar. Lo impide el estado de choque en que se encuentra el paciente.
Conchita y Javier, los enfermeros, y el m¨¦dico general Gonz¨¢lez Careaga necesitan m¨¢s manos para colocar las cuatro, cinco mangueras de cat¨¦ter que exige la emergencia.
Dos m¨¦dicos est¨¢n sobre ¨¦l tapon¨¢ndole a mano el borbot¨®n del muslo. Otro est¨¢ enfrente mordi¨¦ndole las v¨ªsceras con pinzas ¨C?faltan pinzas!¨C para despejar el camino de la urgente cirug¨ªa. La hemorragia no se detiene.
Urge cortarle el traje de luces, pero no encuentran las tijeras. Fernando Ochoa sale corriendo y se topa a El Kiki, amigo de la infancia y heroico escudero del moribundo Quijote. El Kiki entrega las tijeras que sirven para retocar los capotes y muletas cuando se deshilan. Con esas regresa Fernando a la vera de su amigo y cortan a tajos la taleguilla.
Un corte de mayor trascendencia sucede a cent¨ªmetros de distancia. El l¨ªder del grupo, el doctor Jos¨¦ Alfredo Ruiz Romero, abre con bistur¨ª 30 cent¨ªmetros de pierna.
En medio del infierno disfrazado de cl¨ªnica, los dos hombres que deben mantener la cabeza fr¨ªa est¨¢n cumpliendo con su tarea.
Uno es Jos¨¦ Tom¨¢s, que se halla consciente. Sin cuerpo pero con alma, desprendi¨¦ndose de la vida como cuando en el ruedo los pitones parecen imantar su cintura, solo tensa los m¨²sculos del rostro y sin alzar la voz confiesa a su entra?able Ochoa: ¡°Me duele mucho la pierna¡±. Y le aprieta la mano cuando siente las punzadas. Jos¨¦ Tom¨¢s, m¨¢scara de ox¨ªgeno sobre un rostro que va volvi¨¦ndose amarillo, lleva 25 minutos aguantando.
El otro es el doctor Ruiz Romero. No le ha asustado tanta sangre. Hab¨ªa visto m¨¢s apenas tres a?os antes, el 15 de febrero de 2007. En aquel ¡°Jueves Negro¡± de Aguascalientes, un enfrentamiento entre polic¨ªas y narcotraficantes cambi¨® el rostro de la que sol¨ªa ser modelo de ciudad pac¨ªfica mexicana: cuatro oficiales murieron y otros cuatro resultaron heridos.
Uno de ellos lleg¨® al quir¨®fano del doctor Ruiz Romero, cirujano cardiovascular de hospital de sangre. Un sicario le hab¨ªa disparado con una Cuerno de Chivo. La bala le atraves¨® el t¨®rax, destroz¨® el ri?¨®n derecho y sali¨® por un enorme orificio en la espalda que segu¨ªa vomitando pedazos de h¨ªgado.
El polic¨ªa muri¨®. Jos¨¦ Tom¨¢s, no.
Tras casi una hora y media de intervenci¨®n, lograron estabilizarlo, anestesiarlo y trasladarlo dormido en una ambulancia que, a petici¨®n de los especialistas, avanz¨® con precauci¨®n y a moderada velocidad por las calles que ya hab¨ªa cerrado la polic¨ªa para que el convoy no se detuviera. Segu¨ªa sangrando en la ruta. Mucho m¨²sculo destruido, mucho tejido blando soltando todo.
En ese momento, los doctores supieron que el ¨ªdolo ¡°la hab¨ªa brincado¡±, como se llama en mexicano al fino arte de dar a la muerte el pase del desd¨¦n y evitar su fatal embestida.
En el hospital Miguel Hidalgo fueron tres horas adicionales de quir¨®fano, menos trepidantes; y a firmar con su nombre de civiles, no el de superh¨¦roes, un documento que habla de una ruptura de la arteria femoral profunda, en su nacimiento de la arteria femoral com¨²n.
Mientras se quitaban las batas y los guantes, el cardi¨®logo Ram¨ªrez Ruvalcaba pregunt¨® a su colega Ruiz Romero, el l¨ªder del milagro:
¨C?Llegaste a pensar que se iba a morir?
¨CLas mismas veces que t¨².
Por un cuerpo humano de la altura, el peso y la edad de Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn circulan entre 4,8 y 5 litros de sangre. Cada paquete globular lleva de 240 a 260 mililitros, dependiendo de la calidad de la sangre del donador. Esa tarde-noche fue transfundido al torero el contenido de 18 paquetes globulares. Esto es, entre 4,32 y 4,68 litros. Por tanto, ahora entre el 86,4% y el 97,5% de la sangre de Jos¨¦ Tom¨¢s es mexicana.
¨C?C¨®mo est¨¢s? ¨Cpreguntaron al asc¨¦tico espada al entrar al ¨¢rea de terapia intensiva del hospital Hidalgo de Aguascalientes, 37 horas tras la cornada.
¨CDe puta madre ¨Cque en ib¨¦rico quiere decir ¡°de maravilla¡±.
Jos¨¦ Tom¨¢s mueve la pierna para demostrarlo y sonr¨ªe burl¨¢ndose de la muerte. Debe de ser por su sangre mexicana.
Jos¨¦ volvi¨® a torear. Pero ?y Navegante?
SE BUSCA POR TENTATIVA DE HOMICIDIO
Cuatro a?os m¨¢s tarde, desde mi ordenador en M¨¦xico tecleo ¡°Navegante¡± en Google.
Lo primero que arroja la b¨²squeda es un blog de astronom¨ªa. Reporta que J¨²piter y la ISS son novios. As¨ª. Literal.
Clic. El Navegante, en Facebook, es una p¨¢gina norte?a de noticias. ¡°El alcalde Gerardo Figueroa Zazueta sostuvo que la figura del pez vela forma parte del rescate de la historia de Puerto Pe?asco, Sonora¡±.
Clic. Hay otro Navegante en Facebook. Corre sin previo aviso un v¨ªdeo: un hombre camina con lentitud torera en medio de un bosque. No es Jos¨¦ Tom¨¢s porque lleva pelo largo y lacio, y canta¡ en ingl¨¦s.
Clic. Una foto de un barco partido por la mitad, unas olas gigantes estrell¨¢ndose contra un faro que queda casi sepultado por la espuma, el aviso de un capit¨¢n que casi colisiona con otra embarcaci¨®n. Un blog de marineros, de marineros amarillistas, concluyo.
¡®Navegante¡¯ fue bautizado por el ganadero con ese nombre horas antes del sorteo en la plaza de Aguascalientes
Clic. Descubro que El Navegante es como el himno nacional de Tampico, Tamaulipas. Clic. Aparece la sobria definici¨®n de Wikipedia. Clic. Una selecci¨®n de ensayos sobre la vida de Einstein, que ?es como un navegante? Clic. El Navegante es un establecimiento en Quer¨¦taro que asegura tener capacidad para lavar ¡°todo tipo de camiones y maquinaria industrial, con altas presiones de agua, minimizando su consumo por medio de aspersores de presi¨®n que giran 360 grados¡±. Clic. Navegante es una tienda de mariscos en el DF y ¨Cclic, ha llegado la hora de rendirse¨C la receta detallada de la ?Gelatina Navegante! que, promocionan, sale del refrigerador en bell¨ªsimos colores azul cielo, verde y rosa.
Est¨¢ claro que a la tauromaquia le falta conquistar Internet, posmoderna plaza, porque Navegante, el astado de la ganader¨ªa De Santiago que en Aguascalientes, M¨¦xico, 2010, casi mata al torero que para muchos es el mejor del mundo, salta al ruedo muchos, muchos clics adelante.
?Qu¨¦ fue de Navegante? Habr¨¢ que investigarlo a la antig¨¹ita.
EL INCULPADO CAMBI? SU IDENTIDAD
Don Pepe Garfias tiene d¨ªas buenos y d¨ªas malos de salud. Cuenta que con el fr¨ªo del invierno en San Luis Potos¨ª, la artritis se recrudece, pero ¨¦l ¨Cganadero de estirpe¨C sabe que hay que lidiar con lo que salga de toriles.
Le pregunto por Navegante.
De Santiago s¨ª est¨¢ en la era digital. Basta a don Pepe un clic para llegar a la hoja de vida:
¡°El toro naci¨® el 03 de mayo de 2004 en el sur del altiplano potosino en la ganader¨ªa De Santiago, de nombre Velador¡±. Alto. ?Velador? ?Navegante se llamaba Velador? Vaya augurio. ?Y casi ten¨ªa seis a?os!
¡°Habiendo sido marcado con el n¨²mero 87 de la letra A que indica el a?o en que naci¨®, hijo de la vaca 68 de la F del 2000, de nombre Veladora, y del toro 113 de la L de 1999, de nombre Ventilador, siendo de color negro entrepelado que con el tiempo ese color, lo entrepelado, se increment¨® un tanto¡±.
Sigue la ficha: ¡°A los dos a?os el toro pas¨® a tienta obteniendo una nota de Bueno. Siempre lo conocimos con un car¨¢cter agresivo y arrogante¡±. No me extra?a.
¡°Navegante fue bautizado por el ganadero con este nombre horas antes del sorteo en la plaza¡±.
El descendiente de dos l¨ªneas puras de Saltillo fue vendido en 43.000 pesos mexicanos, unos 2.300 euros.
Aquella tarde, Rafael Ortega, Jos¨¦ Tom¨¢s y El Payo se sucedieron en el cartel. Navegante fue el quinto de la lidia, segundo para el sult¨¢n de la quietud. Cuando le agujere¨® el muslo, en medio del p¨¢nico p¨²blico, Ortega le dio muerte. Con un arroyo de sangre delineando la ruta de la emergencia, del ruedo a la enfermer¨ªa, ya nadie estaba viendo la corrida.
Deduzco que se lo llevaron las mulas de arrastre. ?Y despu¨¦s? Don Pepe no sabe, pero piensa que quiz¨¢ lo sepa el empresario de la plaza.
LOS RESTOS DEL HOY OCCISO
Ricardo S¨¢nchez est¨¢ en M¨¦rida (Yucat¨¢n). Le digo que debe encontrar tiempo para estacionar su veh¨ªculo frente al parque de la colonia Alem¨¢n y entrar al restaurante Colonos donde se rendir¨¢ ante los tacos de cochinita, los papadzules y el relleno negro.
No tiene pretexto: el comedero est¨¢ camino a Motul, donde torea su hijo Juan Pablo, naciente figura. Ricardo S¨¢nchez combina su papel de gerente de la Monumental de Aguascalientes con el de pap¨¢, maestro y apoderado.
¡°Hace a?os que la carne de los toros en Aguascalientes se la vendemos a V¨ªctor Mu?oz. ?l debe saber qu¨¦ pas¨® con Navegante, nom¨¢s que V¨ªctor anda en Los Altos de Jalisco, est¨¢ dif¨ªcil de localizar¡±.
Ricardo S¨¢nchez conoce a V¨ªctor Mu?oz desde que eran ni?os, hacen negocios desde hace d¨¦cadas, pero no tiene su celular. Solo un radio Nextel, el medio de comunicaci¨®n favorito del mundo taurino mexicano.
EL CARNICERO DEL BAJ?O
Una combinaci¨®n de d¨ªgitos y asteriscos me lleva a V¨ªctor Mu?oz. Parece que estoy cerca.
¡°Llevo 21 a?os comprando la carne a la plaza de Aguascalientes, pero ?qu¨¦ cree?¡±, me deja en vilo segundos eternos, ¡°hubo una lagunita de dos a?os en que no les compr¨¦: 2009, que se suspendi¨® la Feria de San Marcos por la influenza A-H1N1, y el 2010, el a?o de Navegante¡±.
Despu¨¦s de esa cubetada, una buena: el mismo V¨ªctor revel¨® que quien se hizo cargo de recoger seis toros cada tarde de San Marcos 2010, transportarlos al rastro de Aguascalientes y comercializar su carne fue un disc¨ªpulo suyo llamado Mario G¨®mez.
Y hay un v¨ªnculo entre ambos.
ARTURO L?PEZ ALIAS ¡®LA NANA¡¯
V¨ªctor Mu?oz y Mario G¨®mez son empresarios ganaderos. El problema es que cuando entran a la plaza de toros no se pueden llamar ni empresarios ni ganaderos. Porque empresario es el due?o de la plaza y ganadero es el que creci¨® y vendi¨® a los toros que se lidian esa tarde.
As¨ª que el organigrama los condena al cargo de carniceros.
Mu?oz y G¨®mez, desde luego, no destazan a los toros que van muriendo en el ruedo. Esa tarea corre a cargo del matancero. Ambos comparten matancero. Se llama Arturo L¨®pez. Le dicen ¡°La Nana¡±.
Arturo L¨®pez alias La Nana no encabeza, lidera, pertenece a ni trabaja para ning¨²n c¨¢rtel mexicano¡ aunque la combinaci¨®n de nombre y apodo lo sugieran. Arturo lleva m¨¢s de veinte a?os como matancero de las plazas de Aguascalientes, Guadalajara y el Baj¨ªo en general.
Mientras el mundo entero esperaba noticias de la enfermer¨ªa de la Monumental hidroc¨¢lida donde se estaba muriendo Jos¨¦ Tom¨¢s, La Nana lidiaba con otro cuerpo y con otra sangre: abri¨® en canal a Navegante, le quit¨® las v¨ªsceras y lo dividi¨® en dos partes.
Por un lado, el cr¨¢neo, los cuernos, la cara y la mitad del cuero entrepelado, material de taxidermista para disecar la cabeza, enmarcarla y colgarla en alguna pared.
Por el otro, el resto de la piel y toda la carne para consumo humano.
Tras una escala en el rastro local, la carne de Navegante fue comercializada a precios de entre 28 y 30 pesos el kilo, un euro y medio.
De sabor acentuado, color m¨¢s rojizo y m¨¢s dura que la de res de engorda, la carne del toro que casi mata al t¨ªmido maestro espa?ol termin¨® servida en mesas de Aguascalientes y Monterrey.
Del cr¨¢neo, los cuernos, la cara y la mitad del cuero entrepelado solo hay un rumor: el matador mexicano Fernando Ochoa, de los pocos amigos de Jos¨¦ Tom¨¢s pues empezaron de novilleros juntos, la pidi¨® para un compadre suyo de Jalostotitl¨¢n, que a su vez la quer¨ªa para unos primos que tiene en Estados Unidos. Ellos se la llevaron para all¨¢.
Imagino que Navegante naveg¨®¡ y de indocumentado.
INTERCEPTACI?N DE COMUNICACIONES
En la puerta del ba?o de mi oficina hay un falso cartel de toros. Dice que en la corrida de aniversario del 2009 en la Plaza M¨¦xico toreamos Jos¨¦ Tom¨¢s, yo y Fernando Ochoa, seis de El Junco.
La puerta del ba?o puede resultar para algunos un sitio indigno. Nada de eso. Es mi tiro de vista siempre que estoy sentado en el escritorio. Me recuerda que yo no soy torero, que hace tiempo no veo a Jos¨¦ Tom¨¢s y que un d¨ªa de estos tengo que telefonearle a Fernando Ochoa porque es un gran tipo.
Hab¨ªa llegado el d¨ªa¡ pero cambi¨® de celular.
A la madrugada siguiente, en la misma oficina frente al mismo falso cartel, mi computadora me lanza una providencia que yo hab¨ªa olvidado: tengo una cita con Napole¨®n.
Jos¨¦ Mar¨ªa Napole¨®n, el afamado cantautor, es el trovador mexicano favorito de Jos¨¦ Tom¨¢s. Es como su hermano mayor. Incluso lo acompa?¨® a analizar en el campo bravo los encierros de Xajay y De Santiago e intervino en la decisi¨®n de que el primero fuera para la M¨¦xico y el segundo para San Marcos.
La carne del toro que casi mata al t¨ªmido maestro espa?ol termin¨® servida en mesas de Aguascalientes y Monterrey
Estaba en la plaza la tarde de la cornada atroz y todav¨ªa se le empa?an los ojos al recordarlo. Cuando don Jos¨¦ sali¨® de la enfermer¨ªa gimiendo que se mor¨ªa su hijo, fueron los brazos de Napole¨®n los que lo recibieron. El artista y 300 aficionados m¨¢s se formaron afuera de la puerta de la enfermer¨ªa cuando las bocinas de la Monumental anunciaron que urg¨ªan donadores de sangre.
Napole¨®n, Joaqu¨ªn Sabina y Jos¨¦ Tom¨¢s hab¨ªan quedado en congregarse tan pronto terminara la corrida para estrenar en p¨²blico el pasodoble de Tom¨¢s, en el sal¨®n V¨ªctor Sandoval del recinto ferial.
¡°?Pero seguro s¨ª vas, Jose?¡± (as¨ª, con acento pros¨®dico en la o, como le dicen sus verdaderos amigos, que se cuentan con los toros de un encierro), le pregunt¨® Napole¨®n a la discreta figura antes de la corrida. ¡°Napo, nunca se sabe¡±, le contest¨® lac¨®nico, como es.
Napole¨®n me llev¨® su nuevo libro, un CD con la ranchera que compuso al rey torero del ostracismo, dos libros autografiados con humor y cari?o por Tom¨¢s con los que me delat¨¦ emocionad¨ªsimo¡ y el n¨²mero celular de Fernando Ochoa.
MANIOBRAS DILATORIAS, T?CTICAS DISUASIVAS
Entre risas, Fernando me cont¨® que ¨¦l cre¨ªa saber qui¨¦n era el due?o de la cabeza de Navegante: un hombre de Jalostotitl¨¢n, en Los Altos de Jalisco, que es su amigo, pero no su compadre.
¡°Pero te tengo una buena noticia, Carlos¡±, adelant¨®. Ya me urg¨ªa una, contest¨¦ para adentro. ¡°Hoy toreo en Jalos. Voy a buscar a este hombre, lo veo y te digo si es ¨¦l, y si quieres puedes venirte para ac¨¢¡±.
Imposibilitado para cruzar la geograf¨ªa mexicana en media tarde, le ped¨ª ¨Cinstalados en la era digital¨C que me mandara una foto del burel por WhatsApp.
Fernando Ochoa cort¨® esa tarde dos orejas y tres d¨ªas m¨¢s tarde me mand¨® un mensaje:
¡°Carlos, ?c¨®mo est¨¢s? La cabeza del toro que tienen es la del primer toro, el de la oreja¡±. Se llamaba Vinatero el primero del lote de Tom¨¢s la tarde en que casi muere. Le cort¨® un ap¨¦ndice.
Navegante segu¨ªa en calidad de desaparecido.
YO GUARD? EL CAD?VER
Regres¨¦ varios pasos. Volv¨ª a V¨ªctor Mu?oz, el empresario ganadero-carnicero de Aguascalientes, quien me regal¨® por tel¨¦fono una nueva hip¨®tesis: Navegante est¨¢ colgado en una carnicer¨ªa de Los ?ngeles (California) propiedad del primo del compadre de Fernando Ochoa.
Mu?oz me puso en contacto con Daniel Caballero, taxidermista: ¡°Yo trabaj¨¦ la cabeza de Navegante¡±.
La indagatoria arrojaba sus primeras conclusiones:
La tarde en que el toro de don Pepe Garfias fue destazado por La Nana, Caballero coloc¨® un pl¨¢stico amarrado con mecate al cuero del burel para identificarlo con n¨²mero, peso y torero a quien toc¨® en suerte.
Es el procedimiento habitual cuando le piden una cabeza de toro. Y le piden muchas durante la feria de San Marcos, as¨ª que va almacen¨¢ndolas en el rastro y luego se las lleva al Distrito Federal para trabajarlas.
Minutos antes de que los tres matadores hicieran el pase¨ªllo de la infausta corrida, un amigo lleg¨® con Caballero y ¨C4.000 pesos, unos 200 euros, por adelantado para apartar las cabezas¨C le dijo que quer¨ªa las dos de los toros de Jos¨¦ Tom¨¢s, como salieran, buenos o malos, con faena o sin ella.
Caballero entreg¨® el dinero a La Nana y este, a su vez, dio a Caballero la parte ¡°perdida¡± de Navegante: el cr¨¢neo, los cuernos, la cara y la mitad del cuero entrepelado.
Al finalizar los d¨ªas de la feria, el taxidermista pas¨® al rastro y carg¨® en su [camioneta] pickup S10 blanca con c¨¢mper los varios frentes de toro que le hab¨ªan encargado durante San Marcos, entre ellos el de Navegante. Los traslad¨® por carretera a la Ciudad de M¨¦xico y en su taller los trabaj¨® por meses.
Cuando Navegante estuvo listo, Caballero llam¨® al amigo que le hab¨ªa pedido los dos toros de Jos¨¦ Tom¨¢s: Juan Carlos Ornelas.
EL MOZO
Juan Carlos Ornelas es mozo de estoques. D¨ªas antes de la tarde tr¨¢gica, fue contactado por El Kiki, el hombre de todas las confianzas de Jos¨¦ Tom¨¢s desde que ambos eran ni?os.
El Kiki le ofreci¨® empleo en la cuadrilla de Jos¨¦. Juan Carlos acept¨®. Para tomar posesi¨®n del cargo, solo deb¨ªa estar listo cuando terminara la corrida de Aguascalientes. Entonces le entregar¨ªan todo su material de trabajo.
Ornelas tuvo que esperar m¨¢s de lo previsto.
La mujer que compr¨® la cabeza de ¡®Navegante¡¯ dice que pag¨® unos 2.000 euros por ella
Mientras, fungi¨® como intermediario en el derrotero de Navegante: el taxidermista Daniel Caballero le envi¨® por paqueter¨ªa las dos cabezas del ganado de don Pepe Garfias.
Caballero pens¨® que si llevaba a Europa a Navegante, podr¨ªa ganar miles de euros. Pero le urg¨ªa pagar la colegiatura semestral de su hija. As¨ª que tom¨® 12.000 pesos (650 euros), el precio pactado antes de la corrida, cuando no se sab¨ªa que Navegante ser¨ªa un astado hist¨®rico.
Juan Carlos Ornelas no quer¨ªa tener en su casa de Aguascalientes las miradas de los toros. Llam¨® de inmediato al comprador: Dorian Ram¨ªrez, forrajero de Jalostotitl¨¢n, en Los Altos de Jalisco, el amigo de Fernando Ochoa.
Temeroso de que alg¨²n d¨ªa Jos¨¦ Tom¨¢s visitara su casa o supiera que ¨¦l conservaba la cabeza de Navegante y lo tomara a mal o lo sintiera como un mal augurio, Dorian recogi¨® la cabeza del otro toro, de Vinatero, pero no la de Navegante. Se la dej¨® a Ornelas.
D?NDE EST? ¡®NAVEGANTE¡¯
Recargado en un marco negro con forma de escudo hecho de madera de encino con resina de poli¨¦ster, que cuelga de una sobria pared lisa, rodeada su cabeza por dos estambres gruesos entrelazados, rojo y oro, los colores de su ganader¨ªa, Navegante est¨¢ en la esquina de la sala de una casa urbana muy grande en una colonia de clase media.
Lleva una placa con letras doradas: ¡°Plaza de toros Monumental de Aguascalientes. 24 de abril de 2010. N? 87. ¡®Navegante¡¯. 473 kilos. Lidiado por el maestro Jos¨¦ Tom¨¢s. Ganader¨ªa De Santiago¡±.
Si mira a su derecha, Navegante tiene vista al jard¨ªn a trav¨¦s de una ventana amplia. Enfrente est¨¢ el cuadro de una madona. Justo debajo de ¨¦l hay un sill¨®n donde su due?a se sienta a leer y a contemplar sus fotos taurinas.
Ana Gabriela Carrillo Robles es muy aficionada a la fiesta brava, pero sus padres no. Deseaba tener una cabeza de toro y le dijeron que el mozo de estoques Juan Carlos Ornelas pod¨ªa consegu¨ªrsela. A Juan Carlos le sobraba una que no quer¨ªa tener cerca: la de Navegante.
Ana Gabriela estaba de vacaciones en Disney World cuando contact¨® con Ornelas. Le pidi¨® a su padre que se la regalara, y ¨¦l se la compr¨® sin chistar. La compradora dice que pag¨® hasta 40.000 pesos (unos 2.000 euros). El vendedor dice que la dej¨® en 15.000 (800 euros).
Ana Gabriela tiene 20 a?os. Estudia en la universidad y su torero favorito es El Juli.
Navegante vive a tres cuadras de la Monumental de Aguascalientes, donde casi mata al hombre que con su sangre lo hizo una leyenda.
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