Correos ¨ªntimos que deben serlo
Nada tienen que ver los hechos por los que se investiga a Urdangarin con su derecho a la intimidad
La estrategia de defensa del duque de Palma, I?aki Urdangarin, ha sufrido un inesperado rev¨¦s? al rechazar una juez de primera instancia que la publicaci¨®n de correos de car¨¢cter ¨ªntimo y sexual por parte de siete medios de comunicaci¨®n le haya producido un da?o moral ni constituya una intromisi¨®n ileg¨ªtima en su intimidad familiar y personal.
La juez asume que los correos son ajenos al inter¨¦s general, pero argumenta que una persona de proyecci¨®n p¨²blica como es el esposo de la infanta Cristina debe ¡°asumir un mayor riesgo de injerencia¡± en facetas que pueden considerarse privadas. Pero la raz¨®n principal por la que rechaza su demanda ¡ªy aqu¨ª es donde recibe el varapalo¡ª es que ¨¦l mismo ha facilitado esa difusi¨®n. La juez reprocha a Urdangarin haber enviado unos correos ¡°impropios del cargo¡± con ¡°evidente falta de celo y cuidado¡± a trav¨¦s de ¡°un ordenador profesional sin protecci¨®n¡±, el de la fundaci¨®n N¨®os, al que ten¨ªan acceso otras personas. La decisi¨®n puede ser recurrida y por tanto el asunto no est¨¢ zanjado. Cabe por ello esperar una interesante controversia sobre los argumentos que se utilizan en este caso.
Aun admitiendo que el duque pudiera haber actuado de forma descuidada, fruto tal vez de la sensaci¨®n de impunidad que, a la luz del sumario, le embargara en ese momento, la cuesti¨®n es si cualquiera tiene derecho a publicar unos correos de car¨¢cter sexual e ¨ªntimo que nada tienen que ver con lo que se investiga en el juzgado. Haciendo una analog¨ªa algo atrevida, ser¨ªa lo mismo que culpar a un famoso de que se hubieran publicado fotos ¨ªntimas tomadas en su casa con un teleobjetivo, por no haber cerrado bien las ventanas. ?Era la conducta de la persona cuya intimidad hab¨ªa saltado por los aires lo que se juzgaba? ?O la legitimidad de publicar unos correos no relacionados con la informaci¨®n?
M¨¢s all¨¢ de lo que instancias jur¨ªdicas superiores acaben dictaminando, la cuesti¨®n es tambi¨¦n de inter¨¦s desde el punto de vista de la ¨¦tica period¨ªstica. Lo demuestra el hecho de que habiendo llegado esos correos a manos de casi todos los medios, solo unos pocos los publicaron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.