Un veto injustificado

Como diplom¨¢ticos, ahora jubilados, no podemos permanecer pasivos ante una noticia (¡°Margallo veta de nuevo a un exsecretario de Estado con el PSOE¡± en EL PA?S del 12 de abril) que desgraciadamente refleja un hecho grave que afecta no solo a los leg¨ªtimos intereses y expectativas profesionales de un diplom¨¢tico de carrera como Juan Pablo de Laiglesia, con una sobresaliente trayectoria, sino al Servicio Exterior, la buena marcha de la Administraci¨®n y la propia imagen de Espa?a.

Con su decisi¨®n de negar a De Laiglesia cualquiera de los puestos de c¨®nsul general a los que aspiraba y para los que era respaldado por la Junta de la Carrera Diplom¨¢tica, el ministro de Asuntos Exteriores nos devuelve a ¨¦pocas pret¨¦ritas en que los nombramientos de diplom¨¢ticos se hac¨ªan y deshac¨ªan por la mera voluntad ministerial. Con este veto reiterado se violenta y desnaturaliza el sistema instaurado durante la transici¨®n a la democracia por uno de sus antecesores, Marcelino Oreja, con el prop¨®sito de deslindar los nombramientos para cargos que requieren tambi¨¦n criterios pol¨ªticos de los dem¨¢s puestos, que corresponden a los profesionales de la carrera diplom¨¢tica.

Por nuestra experiencia, podemos afirmar que el ministro Margallo priva al Servicio Exterior de Espa?a de la eficaz colaboraci¨®n de un excelente diplom¨¢tico que ha trabajado lealmente en puestos de responsabilidad con Gobiernos de distinto signo pol¨ªtico. Adem¨¢s, su decisi¨®n choca con el esp¨ªritu que debe animar la Ley de Acci¨®n y Servicio Exterior, que ¨¦l mismo impuls¨®; no se corresponde con el prop¨®sito de consenso y unidad en cuanto concierne a la pol¨ªtica exterior; y hace un flaco favor a la pregonada ¡°marca Espa?a¡±.

Hace unos meses, Francisco Laporta denunciaba en estas p¨¢ginas El otro despilfarro, es decir, la desafortunada pr¨¢ctica de sucesivos Gobiernos, tras los cambios surgidos de las urnas, de prescindir de competentes servidores p¨²blicos. Escrib¨ªa Laporta: ¡°Se ve a diplom¨¢ticos de larga experiencia vegetar en los pasillos del ministerio¡±. Parecer¨ªa que estaba pensando en casos como el de Juan Pablo de Laiglesia, a quien, adem¨¢s, el ministro ha negado el merecido ascenso a la categor¨ªa de embajador cuando le correspond¨ªa.¡ª Pedro Bermejo, Fernando Perpi?¨¢-Robert, Nicol¨¢s Mart¨ªnez-Fresno, Juan Antonio Y¨¢?ez-Barnuevo, Carlos Miranda, Francisco Villar, Eudaldo Mirapeix, Juan Manuel Romero de Terreros, Jorge Dezcallar, embajadores de Espa?a