El ajuste pendiente del d¨¦ficit
Para conseguir el objetivo en 2015 se necesita un recorte de 23.000 millones m¨¢s
?Los datos definitivos de d¨¦ficit p¨²blico publicados hace unos d¨ªas han sorprendido a los analistas que, en su mayor¨ªa, apuntaban a un nivel de incumplimiento del objetivo superior al finalmente presentado. En efecto, con la informaci¨®n de los ¨²ltimos cuatro trimestres acumulados hasta septiembre de 2013, se ten¨ªa una cifra de d¨¦ficit de las AAPP que ¡ªtras deducir las ayudas bancarias¡ª rondaba el 7% del PIB, claramente por encima del objetivo establecido tras su revisi¨®n en el 6,5%. Por otra parte, el gasto p¨²blico en cada uno de los tres primeros trimestres de 2013 ven¨ªa suponiendo una cantidad casi id¨¦ntica a la de los periodos hom¨®logos de 2012 (en conjunto, solo 400 millones m¨¢s). Y, puesto que el cuarto trimestre de 2013 deb¨ªa incorporar la paga extra de funcionarios (cerca de 5.000 millones), que no tuvo lugar el a?o anterior, cab¨ªa esperar que el dato del ¨²ltimo trimestre superase en un importe no muy distinto de ese a la cifra de id¨¦ntico periodo de 2012.
Sin embargo, los datos oficiales muestran que la cifra de gasto p¨²blico del cuarto trimestre de 2013 no ha superado apenas nada a la del ¨²ltimo trimestre de 2012. Es como si la paga extra no hubiera existido, aunque en realidad s¨ª se ha abonado. Por tanto, el resto del gasto lo ha compensado con menores cifras aparentes en otras r¨²bricas. Pues bien, la interpretaci¨®n de este comportamiento de las cifras oficiales no puede ser ajena a dos hechos que conviene recordar: por un lado, que se estableci¨® como l¨ªmite para la aprobaci¨®n de gasto en la Administraci¨®n Central el 25 de noviembre, cortando dr¨¢sticamente el flujo a partir de ese momento (otros ejercicios, e incluso en 2012, el deadline era m¨¢s tard¨ªo); y, por otro, que los datos del INE han mostrado que el consumo p¨²blico se ha desplomado radicalmente en el ¨²ltimo trimestre, lo que carece de l¨®gica. En definitiva, aunque no se puedan hacer afirmaciones categ¨®ricas, no ser¨ªa raro que se hubiera embalsado una cierta parte del gasto p¨²blico que, de ser as¨ª, habr¨ªa quedado pendiente para ir aflorando en 2014. Lo normal es que el gasto del ¨²ltimo trimestre, y del a?o entero, hubiera sido tres o cuatro mil millones m¨¢s, lo que habr¨ªa elevado el d¨¦ficit anual hacia los aleda?os del 7% del PIB (sin ayudas bancarias, del 7,5% con ellas).
En cualquier caso, est¨¢ claro que el Gobierno ha sacrificado en 2013 el objetivo de d¨¦ficit levantando el pist¨®n del ajuste del gasto del Estado (no tanto el de las Comunidades Aut¨®nomas) para dar prioridad a una vuelta m¨¢s temprana al crecimiento econ¨®mico. Y ello a pesar de que ya Bruselas nos hab¨ªa relajado mucho la meta del desequilibrio. Resulta probable que la idea subyacente en el equipo econ¨®mico del Gobierno haya sido que, a corto plazo, se podr¨ªa hacer alguna maniobra de tipo contable para aparentar el cumplimiento ante Bruselas. Y, que a mayor plazo, podr¨ªa confiarse en un aumento de los ingresos p¨²blicos derivado de la mayor actividad econ¨®mica. Esa habr¨ªa sido quiz¨¢s la estrategia. Otra cosa es que, sobre todo con vistas a 2015, se pueda cumplir.
En los pr¨®ximos dos a?os no cabe esperar grandes aumentos de ingresos; aunque suban algo las bases imponibles por la mayor actividad, el gobierno ha anunciado rebajas impositivas
Para empezar, no es seguro que a corto plazo Bruselas vaya a aceptar las cifras de 2013 que le remite el Gobierno espa?ol. Todo apunta a que en los ¨¢mbitos comunitarios hay cierta desconfianza en nuestro pa¨ªs, que todos los a?os incumple. No obstante, tenemos la ventaja del cambio de mandatarios por las elecciones europeas que resta fuerza a los interlocutores, aunque solo con car¨¢cter transitorio.
Pero, sobre todo y cara a 2015, unos sencillos n¨²meros muestran la dureza del envite: el objetivo de d¨¦ficit que nos han fijado para ese a?o es del 4,2%. Aun suponiendo un aumento generoso del PIB nominal en estos dos a?os (del 4,5% acumulado), ese porcentaje supondr¨ªa un d¨¦ficit inferior a los 45.000 millones en 2015, es decir, unos 23.000 millones menos que en 2013. Hay quien opina que el problema de Espa?a es de ingresos fiscales, que deber¨ªan aumentar. Pero, sin perjuicio de que a largo plazo podamos superar el r¨¦cord del 41% de ingresos sobre PIB (hoy estamos en torno al 38%), la realidad es que en dos a?os no cabe esperar grandes aumentos de ingresos porque, aunque suban algo las bases imponibles por la mayor actividad, el Gobierno ha anunciado rebajas impositivas. Es o quiere decir que la mayor parte del ajuste ¡ªes decir, no mucho menos de 20.000 millones¡ª se tiene que hacer por el lado del gasto en estos dos a?os. Papeleta dif¨ªcil para un periodo preelectoral.
Esta es la realidad. Vamos aplazando el ajuste y sigue pendiente. Adem¨¢s, somos el ¨²nico pa¨ªs de la zona euro (?ni Grecia!) que a¨²n sigue con d¨¦ficit primario ¡ªsin computar los intereses¡ª y debemos acelerar su eliminaci¨®n para parar la deuda. Aunque sea con decisiones dif¨ªciles.
Carmelo Tajadura es subdirector en el Instituto de Macroeconom¨ªa y Finanzas de la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela
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