Cuando respirar mata
El 90% de los habitantes de las ciudades sufren las nefastas consecuencias del aire contaminado
Tenemos todos los datos, todas las pruebas; lo sabemos, pero de nada sirve si no actuamos en consecuencia. Hace ya tiempo que se demostr¨®, sin lugar para dudas interesadas, el da?o que la contaminaci¨®n ambiental causa en la salud. Los pa¨ªses desarrollados pagaron un alto precio en muertes prematuras por una industrializaci¨®n que emponzo?aba el aire. La imagen de Londres cubierta de una densa niebla ¡ªque era en realidad suciedad¡ª ha quedado como s¨ªmbolo de esa ¨¦poca negra. Cost¨® mucho establecer primero la evidencia y aplicar despu¨¦s las medidas, pero se hizo.
La l¨®gica exigir¨ªa que ese conocimiento sirviera para los dem¨¢s. Pero no. Los pa¨ªses en desarrollo est¨¢n cometiendo ahora los mismos errores y por la misma raz¨®n: la incapacidad para dar prioridad al inter¨¦s general. Eso explica que casi el 90% de las 1.600 urbes de todo el mundo analizadas por la OMS superen en estos momentos los niveles m¨¢ximos de contaminaci¨®n recomendados.
Como gran parte de esas urbes est¨¢n situadas en pa¨ªses muy poblados y en proceso acelerado de industrializaci¨®n (China, India), el impacto es mayor. Hasta el punto de que nueve de cada 10 habitantes del planeta respiran aire sucio; y muchos, tan sucio que mueren directamente por esa causa. Se calcula que uno de cada ocho fallecimientos en el mundo es debido a esta contaminaci¨®n. En India, por ejemplo, se ha convertido en el quinto factor de mortalidad.
La OMS estima que fallecen 2,6 millones por la contaminaci¨®n del aire que respiran en la calle, y otros 4,3 por la utilizaci¨®n de combustibles da?inos, como el carb¨®n, para cocinar o calentarse. En los pa¨ªses ricos, el aumento del tr¨¢fico se ha traducido en un incremento muy preocupante del nivel de part¨ªculas en suspensi¨®n en las grandes ciudades.
La crisis y sus efectos han desplazado de la agenda p¨²blica la lucha contra la contaminaci¨®n, as¨ª que el balance es desolador: en los pa¨ªses emergentes la calidad del aire empeora a un ritmo asfixiante y en los avanzados no solo no mejora sino que en algunas urbes, como Madrid o Barcelona, empeora. Alguien deber¨ªa responder a la pregunta: si la salud y la vida de tanta gente no son lo m¨¢s importante, ?qu¨¦ es entonces una prioridad?
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