Europa s¨ª importa
Los partidos no pueden estafar a los ciudadanos con una campa?a sin explicaciones ni debates
El envite de las urnas europeas tiene m¨¢s importancia que en convocatorias anteriores, porque el voto se leer¨¢ como un primer balance de la relaci¨®n de fuerzas entre los partidos tras un largo periodo sin elecciones. Pero su fin esencial es el de elegir un Parlamento Europeo que, por primera vez, ser¨¢ decisivo para determinar el presidente de la pr¨®xima Comisi¨®n y la orientaci¨®n de la UE. No es verdad que Europa consista en una lejana maquinaria pol¨ªtica y burocr¨¢tica, sino que cada decisi¨®n europea es fruto de debates y acuerdos cuyo control corresponder¨¢, de manera creciente, a un Parlamento Europeo elegido entre todos.
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Por eso es ins¨®lito comprobar que los partidos espa?oles en liza optan por la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil y simplista, centrada en destruir la credibilidad del adversario: v¨®tenme a m¨ª porque, si ganan los otros, se abatir¨¢n los siete males. Lo hace el PP, dedic¨¢ndose a criticar la herencia de los socialistas (recibida hace ya dos a?os y medio) y el peligro de poner ¡°la marcha atr¨¢s¡±. Y el PSOE clama en t¨¦rminos generales contra los desastres que se avecinan a Espa?a y a Europa si gana la derecha. Otros partidos atribuyen todo tipo de maldades al bipartidismo formado por los dos anteriores, y los nacionalistas lo ven como prueba del apoyo a las opciones soberanistas. As¨ª se ha llegado a la ¨²ltima encuesta del CIS, que muestra una ligera ventaja del PP, por la recuperaci¨®n de votantes cr¨ªticos, sobre un PSOE todav¨ªa en reconversi¨®n; y el relativo aumento de las terceras fuerzas, IU y UPyD. Pero todo ello en medio de un mar de indecisi¨®n y abstencionismo.
Es verdad que la Uni¨®n Europea tiene problemas. Ha provocado la irritaci¨®n ciudadana y ha creado un clima pesimista al combatir la crisis de la deuda con pol¨ªticas de austeridad sin contrapartidas. Su entramado institucional no transmite bien a la ciudadan¨ªa la idea de pertenencia a un gran colectivo, por m¨¢s que siga siendo la zona del planeta con el mayor gasto social y ¡ªcon diferencias internas¡ª las mejores condiciones de acceso a la educaci¨®n y a la sanidad.
Los partidos pol¨ªticos que piden el voto tienen que dedicar una parte importante de su esfuerzo a explicar c¨®mo pretenden mantener esas buenas condiciones y qu¨¦ proponen para corregir lo que va mal: el paro, las migraciones, la xenofobia, el aprovisionamiento energ¨¦tico, la innovaci¨®n, el tratamiento de lo que ocurre en sus fronteras (Ucrania sin ir m¨¢s lejos), los proyectos de uni¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica.
La desmovilizaci¨®n ciudadana es en gran parte fruto del descr¨¦dito y la ineficiencia pol¨ªticas. Si las pr¨®ximas semanas discurren como las anteriores, tratando de llevar la campa?a al fango de los ataques mutuos, los partidos habr¨¢n consumado una verdadera estafa a los ciudadanos. Queremos ver una aut¨¦ntica campa?a, debates serios entre candidatos y entre expertos, que entren a fondo en los problemas. Si no, recibir¨¢n su merecido en las urnas medio vac¨ªas del 25 de mayo.
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