El 'brunch', peque?a gu¨ªa para novatos
Sus elementos b¨¢sicos, lugares donde tomarlo e influencias culinarias. Oda al desayuno que sue?a con ser almuerzo
Los anglosajones no pensaban en Espa?a cuando se les ocurri¨® lo del brunch. Pero cuesta imaginar un pa¨ªs en el que se adapte mejor eso de un desayuno contundente para el domingo. Tanto, que diluye la frontera entre el desayuno y el almuerzo y lo convierte en un atrac¨®n a pecho descubierto. Un pa¨ªs que se acuesta tarde, m¨¢s en fin de semana, se merec¨ªa algo as¨ª. Aunque, que tampoco se lleve nadie a enga?o, algo as¨ª se hab¨ªa ido inventando por mera necesidad y con un toque castizo. ?Qui¨¦n no se ha comido unos huevos fritos con chorizo o con jam¨®n un domingo en esa hora tard¨ªa de la ma?ana tras haber disfrutado una noche agitada? No obstante, los anglosajones le pusieron un nombre, que encima tiene su gracia -brunch = breakfast (desayuno) + lunch (almuerzo)- y a funcionar. La piel de toro se llen¨® de bares que lo ofrecen, aunque faltan datos estad¨ªsticos para saber si ya rivaliza con el verm¨² de toda la vida con sus calamares.
Ahora bien, conviene ir con una gu¨ªa, saber de qu¨¦ nos est¨¢n hablando, no vaya a ser que nos den gato por liebre. Que la moda del brunch corre riesgo de caer en lo mismo que la del gintonic: ya no se sabe si es una copa o un amago de alta cocina con ¨ªnfulas. Para salir de dudas, nada mejor que una experta. Marianne Isabel Job es mitad leonesa y mitad estadounidense, con ra¨ªces en Tucson, Arizona. En Madrid est¨¢ al mando de Carmencita Bar, que sirve uno de los brunchs con m¨¢s fama de la ciudad. ¡°Estamos ante una comida que es algo m¨¢s, un evento social, con los amigos, importante en Estados Unidos¡±. Pero, ?qu¨¦ tiene de distinto del t¨ªpico desayuno tard¨ªo espa?ol? ¡°Pues que es una comida diferente, como la india, por ejemplo. Otra experiencia¡±, cuenta nuestra anfitriona en el mundo del brunch.
Lo primero que hay que tener claro es que la comida viene con c¨®ctel. Por mucho que la noche anterior haya sido excesiva, hay que aplicar aquello de un clavo saca otro clavo. ¡°Lo m¨¢s habitual, champ¨¢n o bloody mary¡±. Y hay que celebrar la presencia del segundo, porque es el mejor combinado contra la resaca, con casi un siglo de experiencia a sus espaldas. El zumo de tomate es la clave, un remedio tradicional contra esas ma?anas tristes que dejan las noches alegres. Con un poco de vodka, parece que entra mejor.
El champ¨¢n es tradici¨®n, por su parte, en el brunch del hotel Palace de la capital, donde por 77 euros uno puede sentirse como Julio Camba, que vivi¨® instalado durante m¨¢s de una d¨¦cada en la habitaci¨®n 383 del hotel. Estamos ante una modalidad m¨¢s refinada, con m¨²sica cl¨¢sica en directo y un surtid¨ªsimo a la par que delicado buffet. Tambi¨¦n la cerveza ha entrado en el universo brunch. Paulaner es una de las marcas que han apostado por ¨¦l. Se puede comprobar por 20 euros en el Caf¨¦ Arquibar, en la madrile?a traves¨ªa Conde Duque.
Los c¨®cteles, los espumosos y las cervezas son importantes, s¨ª, pero sin obviar el fundamento del brunch. Es decir, los alimentos s¨®lidos. Los carbohidratos cobran especial relevancia en este desayuno que quiere ser banquete. Bien sea en forma de boller¨ªa, de pan o de patatas. Sin hidratos, no hay manera de encarar la insoportable levedad de muchos domingos por la tarde. Ergo, el brunch perfecto ha de tenerlos. ¡°Nosotros ofrecemos tambi¨¦n hamburguesas¡±, cuenta la jefa del Carmencita Bar, para terminar de redondear la seductora propuesta del desayuno-almuerzo.
Como la merienda-cena¡
La moda del brunch ha llegado, parad¨®jicamente, de la mano de otra tendencia: las dietas proteicas. Es decir, aquellas basadas en un alto contenido en prote¨ªnas y muy bajo, casi nulo, en hidratos de carbono. Un m¨¦todo que no a todos los nutricionistas les termina de parecer bien, por aquello de los riesgos para los ri?ones. Aun as¨ª, el brunch tiene su elemento estrella que ser¨¢ del gusto para los adictos a las prote¨ªnas: el huevo. En este caso, los huevos. Benedict, concretamente. ¡°Son b¨¢sicos en un brunch ideal¡±, dice Marianne Isabel. La mala noticia para los amigos proteicos es que esta receta de huevos escalfados con alg¨²n otro ingrediente (bacon o jam¨®n, por ejemplo) suele ser servida sobre pan u otro tipo de bollo con su inseparable salsa holandesa. Pero para algo se invent¨® la moda de apartar cosas del plato, tampoco hay que poner pegas a todo. Por cierto, es habitual en el brunch que los huevos est¨¦n revueltos o incluso en tortilla.
Boller¨ªa, patatas, pan, huevos... Como no se trata de colapsar las arterias, el brunch ha de incluir fruta fresca. Para eso y para que nuestra conciencia no nos d¨¦ la tabarra. La fruta, ya se sabe, no solo aporta sus vitaminas, sino el placebo necesario para que nuestra psique crea que, en el fondo, nos estamos cuidando. Tambi¨¦n est¨¢ presente en zumo, m¨¢s all¨¢ del de tomate del bloody mary, en su forma natural. Y como se trata de que el brunch se parezca adem¨¢s a un desayuno, y no s¨®lo a una op¨ªpara comida dominguera, en la mesa tiene que haber caf¨¦ o t¨¦. Tambi¨¦n por aquello de ir despertando y disfrutar del d¨ªa.
As¨ª que el men¨² de un brunch se parece mucho, much¨ªsimo, a una comida, m¨¢s que a un desayuno. Incluso se parece a una cena, con rasgos de merienda. Es decir, trasladado a la tarde, el brunch ser¨ªa la t¨ªpica merienda-cena espa?ola, concepto que estar¨ªa ya exportado si este pa¨ªs tuviera ojo comercial. No suceder¨¢, habr¨¢ que esperar a que alguien lo introduzca aqu¨ª con nombre anglosaj¨®n.
Un hotel para cada 'brunch'
Mandarin Oriental (Barcelona)
Hotel Majestic (Barcelona)
Hotel Alfonso XIII (Sevilla)
Hotel Intercontinental (Madrid)
Hotel Santo Mauro (Madrid)
Hotel ?nico (Madrid)
The Westin Palace (Madrid)
Primero, uno no disfruta jam¨¢s del brunch, porque a la hora en que este ¨¢gape tradicionalmente dominical arranca (entre 12.300 y 13.00) a¨²n est¨¢ intentando encontrar el camino a casa, tras extraviar su dignidad, una parte considerable de su cerebro y su m¨®vil la noche anterior. Luego, ya maduro pero en fase a¨²n de negaci¨®n de la alopecia y la ci¨¢tica, uno piensa que esto del brunch es para gente que sido colonizada gastron¨®micamente. Con la excusa, decide curar la resaca en casa frente al televisor, viendo Top Gear (si vive solo) o Las Chicas Gilmore (si vive en pareja), bebiendo Coca Cola Light y frot¨¢ndose la frente con Ibuprofeno. M¨¢s tarde, cuando a uno las resacas le duran ya un par de d¨ªas, las noches en que se sale se planean con meses de antelaci¨®n y lo mejor del Bloody Mary empieza a parecer el apio, se puede ya considerar la posibilidad de un brunch, pues la visi¨®n de la salsa holandesa a pocas horas del ¨²ltimo vodka t¨®nica ya no provoca sudores fr¨ªos. Para los que est¨¢n en este estadio de tr¨¢nsito hacia la madurez, se recomienda un local a la carta en el que ce?irse as la versi¨®n tradicional del asunto, con sus huevos, sus tortitas y su mimosa. Y ah¨ª llegamos por fin a ese momento en el que uno deja de salir una noche porque quiere ponerse hasta arriba al mediod¨ªa siguiente. ?Recuerdan cu¨¢ndo ten¨ªan 15 a?os y se pon¨ªan el despertador a las siete de la ma?ana para ir a un after, porque a¨²n no les dejaban salir de noche? Bien, pues unas tres d¨¦cadas despu¨¦s, vuelve a tener sentido irse pronto a la cama el s¨¢bado. Esta vez, para abandonarse al bufet que algunos de los mejores hoteles de Espa?a ofrecen como brunch. Habr¨¢ triunfado si las tres horas que normalmente est¨¢n en funcionamiento estos festines se les hacen cortas.
La inclusi¨®n en la carta de una selecci¨®n de arroces hace realmente especial el brunch de este c¨¦ntrico hotel barcelon¨¦s. Adem¨¢s de buffet fr¨ªo, que incluye desde huevos hasta ahumados, Din Sum o roast beef pasando por una amplia selecci¨®n de ib¨¦ricos, el Mandarin presenta una carta de platos calientes. Entre ellos, los cl¨¢sicos huevos benedictine con salm¨®n ahumado, pero tambi¨¦n raciones en porci¨®n delicada (se sirven en cazuelitas de la Creuset y no es necesario siquiera deshacerse del pudor para repetir) dearroz negro o arroz con bogavante. La selecci¨®n de dulces tambi¨¦n tiene versi¨®n fr¨ªa y caliente. Se sirve en el Blanc Restaurant y se recomiendo rematar el¨¢gape con un caf¨¦ en el jard¨ªn Mimosa.
Precio: 42 euros
Los panes son de Triticum, la barra de champ¨¢n corre a cargo de Mo?t & Chandon y al frente de la selecci¨®n gastron¨®mica est¨¢ en chefNandu Jubany. El brunch del Majestic se construye alrededor de un bufet de ib¨¦ricos, mariscos y pescados y un showcooking en el que se preparan al momento platos como el dumpling de pato a la naranja o el risotto de ceps. Conscientes que la naturaleza del brunch surge de la necesidad tanto de abastecer el est¨®mago como de volver a lubricar el gaznate, en el Majestic se incluye en la oferta una barra de c¨®cteles en la que los m¨¢s tradicionales podr¨¢n pedirse ese milagroso Bloody mary y los m¨¢s rumbosos podr¨¢n testar su capacidad para alargar la tarde gint¨®nic mediante.
Precio: 52 euros
Como La Mamounia de Marrakech o el Delano de Miami Beach, el sevillano Alfonso XIII entra en la categor¨ªa de hotel que es una atracci¨®n tur¨ªstica en s¨ª mismo. Aprovechando que el clima es casi siempre benigno, el brunch de los domingos en el hotel sevillano se sirve en su m¨ªtico patio andaluz, rodeado de una arquitectura memorable y alg¨²n que otro famoso humaniz¨¢ndose m¨¢s y m¨¢s en cada trayecto a las mesas de este bufet que presenta m¨¢s de 100 referencias gastron¨®micas.
Precio: 44 euros
El del Intercontinental es uno de los m¨¢s din¨¢micos brunch de la capital. En este m¨ªtico hotel se organizan bufets tem¨¢ticos, eventos para celebrar efem¨¦rides como el d¨ªa de la madre e incluso conciertos de m¨²sica cl¨¢sica. Otro de los platos fuertes del brunch del Intercontinetal es la presentaci¨®n, un festival de florituras cl¨¢sicas. Tambi¨¦n cuenta entre su oferta con un laboratorio de c¨®cteles, donde el cliente puede jugar a mix¨®logo, inventando mezclas imposibles con las que chequear la resistencia tanto de sus papilasgustativas como de su h¨ªgado.
Precio: 54 euros
El brunch del Santo Mauro, que ofrece la deliciosamente posmoderna posibilidad de zamparse una de las mejores torillas de patatas con chistorra en uno de los marcos m¨¢s bellos y sofisticados de la hosteler¨ªa nacional, amplia esta temporada su oferta. Aliado con la firma de cosm¨¦tica Natura Biss¨¦, elhotel madrile?o presenta Brunch & Beauty, una experiencia que combina la degustaci¨®n de cl¨¢sicos como las mini hamburguesas o los huevos benedictinemientras una experta de la marca ofrece una masterclass en la que se glosar¨¢n las bondades de varias l¨ªneas de la firma. Incluir la cosm¨¦tica en la presentaci¨®n de un ¨¢gape que fue inventado para neutralizar la resaca se antoja algo casi indispensable.
Brunch: 39 euros
Brunch & Beauty: A partir de 120 euros
El chef Ram¨®n Freica es el encargado de presentar la nueva temporada del brunch del Hotel ?nico. Como es menester, le dan la bienvenida con un Bellini y una selecci¨®n de boller¨ªa. El yogur artesano con frutos rojos y la brocheta de fruta al jengibre marcan la transici¨®n hacia lo salado, que llega a su colof¨®n con The Perfect burtger. Es como ese momento en que los Rolling Stones interpretan en directo Jumpin¡¯ Jack Flash. Los bises los componen chocolates, macarons y un Charlie¡¯s Lemon Pie. La comida se sirve en la nueva terraza acristalada delhotel y tiene capacidad solo para 25 comensales.
Precio: 45 euros
Como el universo del brunch dominical en hoteles est¨¢ cada vez m¨¢s poblado, es menester ofrecer algo m¨¢s all¨¢ de unos huevos benedictine bien acabados o un buffet de ahumados perfectamente surtido. As¨ª, en el Westin Palace de la capital del reino se han inventado el Opera & Brunch. Se trata, como los m¨¢s avispados lectores habr¨¢n ya inferido, de un brunch en el que se interpreta ¨®pera en directo. As¨ª, adem¨¢s de dar gracias a dios por un Bloody mary perfecto, aqu¨ª se puede agradecer al se?or tambi¨¦n la existencia de La Boh¨¨me. Piano, soprano y tenor en directo amenizan y elevan la experiencia.
Precio: 77 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.