Canarias, centro de acci¨®n para urgencias humanitarias en el mundo
El Programa Mundial de Alimentos concluye con la apertura de una nueva sede log¨ªstica en las Islas Canarias su red global de respuesta r¨¢pida. Este centro espa?ol, a¨²n no inaugurado oficialmente, se unir¨¢ a los otros cinco (en Italia ¨Cla matriz¨C, Ghana, Panam¨¢, Dubai y Malasia) formando un nodo de ayuda global que puede abarcar el globo en menos de 48 horas Se busca mejorar la coordinaci¨®n en un contexto de creciente incertidumbre para la cooperaci¨®n internacional
Nada importante cambi¨® en la vida del cooperante Pablo Yuste (Palencia, 1972) tras su paso por Irak hace once a?os. Aunque casi le mata el proyectil de mortero que revent¨® el barrac¨®n de la Cooperaci¨®n Espa?ola, a su cargo en Diwaniya.
El d¨ªa anterior se hab¨ªa ido de vacaciones, as¨ª que ahora lo puede contar tranquilamente en la terraza de una cafeter¨ªa en Las Palmas de Gran Canaria, con buena temperatura, sol y una ligera brisa de mar. Est¨¢ al frente de la nueva sede log¨ªstica para ?frica Occidental del Programa Mundial de Alimentos (PMA), l¨ªder mundial en la lucha contra el hambre. Se encuentra a la espera de un tr¨¢mite burocr¨¢tico con el Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol, que ha financiado el proyecto. Yuste coordina aqu¨ª la presencia del UNHRD, un cl¨²ster de 59 agencias de Naciones Unidas, gubernamentales y ONG de respuesta inmediata para responder a cualquier crisis.
¡°Bombas se escuchaban todos los d¨ªas, la diferencia es que ese d¨ªa acertaron¡±, explica sobre lo de Diwaniya. El proyectil buscaba matar a personal de ayuda humanitaria. O tal vez a occidentales, sin m¨¢s distinciones. Por aquel entonces en la resistencia se pagaba en met¨¢lico solo por mostrar el cad¨¢ver de un extranjero, sin dar cuentas de su identidad. Y los cooperantes descubrieron que ya no eran percibidos como neutrales: ahora alguien los ve¨ªa como parte del conflicto.
El PMA mueve cada d¨ªa 50 aviones, 30 barcos y 5.000 camiones, sin contar transportistas locales, elefantes, burros y camellos en lugares m¨¢s inaccesibles. Al cabo de un a?o alimenta a 90 millones de personas en 70 pa¨ªses, pero eso supone solo una d¨¦cima parte de los 850 millones de personas con desnutrici¨®n ¨Clos m¨¢s vulnerables¨C. Este nodo espa?ol seguramente sea el sexto y ¨²ltimo en operar, pues este hub global ya abarca todo el globo en menos de 48 horas. Los otros cinco est¨¢n en Italia ¨Cla matriz¨C, Ghana, Panam¨¢, Dubai y Malasia.
¡°La situaci¨®n va a peor porque la ayuda humanitaria se ha politizado. Ahora hay un mensaje de amigo o enemigo, cuando debemos aparecer como neutrales. Tambi¨¦n por la aparici¨®n de nuevos actores¡±, comenta.
Yuste no es hombre de despachos, eso queda claro a los cinco minutos de conversaci¨®n. Lo que disfruta es trabajar sobre el terreno, como hizo tambi¨¦n en Rusia, Ucrania, Ruman¨ªa, Bulgaria, Hait¨ª, Afganist¨¢n... En breve se muda junto a su equipo a la nueva sede en el Puerto desde Casa ?frica, donde ha estado los ¨²ltimos meses. Es un momento excitante por el hito que supone en su carrera y la de sus compa?eros, y porque ahora s¨ª podr¨¢ volver a las zonas de emergencia. Nada importante ha cambiado en su vida, si acaso ahora la responsabilidad es mayor.
?l lo sabe, y adem¨¢s su rango de acci¨®n incluir¨¢ pa¨ªses del Sahel como N¨ªger y Mali, con actores armados que amenazan al cooperante, y ¨¦l lo llama "la reducci¨®n del espacio humanitario". Aunque ese no es el ¨²nico motivo. Tambi¨¦n ha tenido que ver el llamado CIMIC o cooperaci¨®n c¨ªvico-militar: soldados intentando ganarse el coraz¨®n de la poblaci¨®n local en las guerras, como ventaja estrat¨¦gica. ¡°Eso no es ayuda humanitaria, sino protecci¨®n a la fuerza, y no es ni bueno ni malo. Pero cuando se difumina la neutralidad del cooperante, se le ataca. Los contendientes no quieren elementos intermedios¡±, explica. Pero la cooperaci¨®n tambi¨¦n ha evolucionado, y la ONU tiene su oficina de coordinaci¨®n con fuerzas militares para asegurar el car¨¢cter civil de la ayuda humanitaria.
La adaptaci¨®n comenz¨® de manera m¨¢s amplia en 2005 con la llamada Reforma Humanitaria de la ONU, un enfoque en torno a clusters y liderazgos. Una suerte de federaci¨®n de competencias que llega hasta el terreno, para evitar solapamientos y ser cada vez m¨¢s eficaces en un contexto de incertidumbre.
El responsable de este cambio de enfoque en el PMA fue Giuseppe Saba, de 62 a?os, natural de Cerde?a, y que ahora presta apoyo en Las Palmas de Gran Canaria. Tras el tsunami del sudeste asi¨¢tico en 2004, propuso a la direcci¨®n establecer una sede permanente all¨ª, para ahorrar en transporte y poder dedicar el dinero a lo realmente importante. ¡°Cuando la ONU dio unas directrices para trabajar con otras ONG, eso ya era habitual para nosotros¡±, comenta refiri¨¦ndose al UNHRD. Saba es un defensor ac¨¦rrimo del trabajo a nivel local en estos temas. ¡°Lo pr¨®ximo es posicionarnos cerca del beneficiario, y transferir nuestra credibilidad y experiencia a los actores locales y nacionales. Lo m¨¢s importante es a nivel local¡±.
El PMA es l¨ªder en log¨ªstica y como agencia de ¨²ltimo recurso seg¨²n este nuevo enfoque, y ha actuado desde entonces en 40 emergencias. UNICEF lo es en nutrici¨®n infantil, ACNUR en refugiados, y as¨ª con otras agencias de la ONU y ONG.
Se trata tambi¨¦n de evitar el efecto CNN. A mayor atenci¨®n medi¨¢tica en una cat¨¢strofe, m¨¢s posibilidades de que la ayuda humanitaria se convierta en un caos. ¡°En Hait¨ª hab¨ªa un m¨¦dico operando sin anestesia, veterinarios amputando...¡±, recuerda Yuste. Esa falta de protocolos provoca, por ejemplo, que en Afganist¨¢n se topara con personas que llevaban 10 a?os con fijaciones ¨®seas en las v¨¦rtebras, cuando ten¨ªan que haber sido retiradas al cabo de un mes. En este caso fall¨® el seguimiento posterior. ¡°Parece que no pasa nada si no recibes atenci¨®n medi¨¢tica¡±, se queja.
Tal d¨ªa como hoy hay tres emergencias cr¨ªticas activas: Siria, Sud¨¢n del Sur y Rep¨²blica Centroafricana, y todas ellas acuciadas por sus conflictos internos. Pero el PMA est¨¢ presente de manera continuada en 70 pa¨ªses, con guerra o sin ella, con medios de comunicaci¨®n o sin ellos.
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