Para¨ªso ganado
Se calcula que m¨¢s de medio mill¨®n de mujeres recurre, cada a?o, al aborto clandestino en la Argentina. Mueren entre 100 y 300
En las ¨²ltimas semanas, en la Argentina, las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia atravesaron momentos complicados. El 9 de mayo, cien obispos consensuaron un documento que se?alaba que "los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad, sino tambi¨¦n en agresividad", y que "hay una violencia cada vez m¨¢s feroz y despiadada". Al d¨ªa siguiente, la presidenta Cristina Fern¨¢ndez dijo en un acto p¨²blico que "cuando hablan de una Argentina violenta, quieren reeditar viejos enfrentamientos", y cit¨®, para retrucar a los obispos locales, y a los dirigentes que acordaron con ellos, fragmentos de la exhortaci¨®n apost¨®lica Evangelii Gaudium, del papa Francisco, recomendando que se sacaran menos fotos con ¨¦l y lo leyeran m¨¢s. Despu¨¦s, todo se tranquiliz¨® un poco. Pero a m¨ª me preocupa que, de ahora en adelante, el referente de nuestra pol¨ªtica local sea un l¨ªder religioso que, cuando este mismo Gobierno sancion¨® la ley de matrimonio igualitario, dijo que era un proyecto del demonio. Me preocupa por varias cosas, entre otras ¨¦sta: con un Papa argentino transformado en referente central de algunos discursos presidenciales, la posibilidad de contar con una ley de despenalizaci¨®n del aborto (una diputada del Frente para la Victoria present¨® en abril el quinto de esos proyectos)¡ª parece remota. Se calcula que m¨¢s de medio mill¨®n de mujeres recurre, cada a?o, al aborto clandestino en la Argentina. Mueren entre 100 y 300 ¡ªes dif¨ªcil tener estad¨ªsticas certeras acerca de una pr¨¢ctica ilegal¡ª por complicaciones derivadas. ?Ser¨¢ que parecen pocas; ser¨¢ que son un da?o colateral razonable? Me digo que, al menos, no tendremos que hacer como Espa?a, que en breve volver¨¢ sobre sus pasos y repondr¨¢ una legislaci¨®n tan retr¨®grada como la que tenemos de este lado del mundo: con no hacer nada, y dejar las cosas como est¨¢n, ya nos habremos ganado el para¨ªso.
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