La moda tambi¨¦n quiere famosos
Artistas y deportistas se dejan seducir por los dise?adores a cambio de importantes sumas de dinero para que acudan a sus desfiles

Los m¨¢s de 74.000 euros que cobra Rihanna o que le ofrecen a Beyonc¨¦ por sentarse en primera fila durante los m¨¢s espectaculares pases de moda han levantado la pol¨¦mica sobre los sobresueldos de las estrellas y las ingentes cantidades de dinero que pueden llegar a embolsarse por su cara bonita. Porque, como se dice, una imagen vale m¨¢s que mil palabras. Y, para las casas de moda, la imagen de Rihanna en la semana de la moda en Par¨ªs vale m¨¢s que todos los modelos que prestan sus cuerpos como perchas para las nuevas colecciones que desfilan sobre su pasarela. El peri¨®dico brit¨¢nico The Sun sorprendi¨® la semana pasada con una informaci¨®n en la que aseguraba que la organizaci¨®n de tan importante evento pag¨® a la barbadiense 74.000 euros solo por ocupar unos asientos por los que normalmente hay que pagar. Las fuentes del rotativo aseguran que el cach¨¦ de la actriz Chloe Sevigny, amante de la moda y del cine independiente, suele ser algo menor: 49.000 euros, 20 veces m¨¢s de lo que cobr¨® hace 15 a?os por la pel¨ªcula que la puso en el mapa, Boys don¡¯t cry.
Con estas revelaciones, la moda hace su entrada triunfal en el mundo de los patrocinios pagados, un mercado en el que Beyonc¨¦ tambi¨¦n figura entre las m¨¢s afortunadas, gracias al acuerdo que firm¨® como chica Pepsi: 36,6 millones de euros.

Pero no s¨®lo las estrellas del espect¨¢culo disfrutan de estos privilegios. Los atletas tambi¨¦n se apuntan al ping¨¹e mercado a la hora de hacer promoci¨®n. As¨ª lo demuestra el apoyo que le ofreci¨® Usain Bolt, m¨¢s conocido como el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo, a las zapatillas Puma y a otras firmas deportivas a cambio de 14,6 millones de euros anuales. Es la misma cifra que cobr¨® Catherine Zeta-Jones por su campa?a publicitaria con la compa?¨ªa de telefon¨ªa T-Mobile, mientras que Brad Pitt hizo historia como el primer hombre que alquil¨® su rostro para la campa?a de Chanel N?5, a cambio, claro est¨¢, de cerca de cinco millones de euros. En el caso de Justin Bieber, cuando a¨²n no se pasaba al lado oscuro, el cantante cobr¨® nueve millones de euros por dejar su cara, y su entonces famos¨ªsimo flequillo, para la promoci¨®n de la laca de u?as OPI.
Ahora no le ser¨ªa tan f¨¢cil. Dado su actual comportamiento, la estrella es el mejor ejemplo de una campa?a err¨®nea. Como asegura la revista Forbes, el apoyo de celebridades no siempre vale lo que cuesta. ¡°Imagina que has invertido tu dinero en un plan de marketing que se centra en el amor de Bieber por los coches. Y te despiertas la ma?ana del 24 de enero y descubres que ha sido arrestado por conducir ebrio, resistirse a la autoridad y tener caducado el carn¨¦ de conducir¡±, plantea el mismo art¨ªculo, como la gran pesadilla de aquellos que invierten su dinero en caras de famosos.
Por cada gran campa?a existe un gran desastre. La propia Beyonc¨¦ fue duramente criticada y tildada de hip¨®crita tras saberse que cobraba millones de Pepsi al mismo tiempo que se apuntaba a la campa?a de Michelle Obama contra la obesidad infantil. Solo hizo falta que Alicia Keys se convirtiera en la embajadora de Blackberry para que r¨¢pidamente fuera descubierto un mensaje suyo con la coletilla ¡°enviado desde mi iPhone¡± (entonces, la cantante asegur¨® que su cuenta hab¨ªa sido pirateada). Tiger Woods, Lance Armstrong o Michael Phelps son otros de los grandes desastres en la historia de los patrocinios, enormes nombres del deporte con pies de barro, cuyos contratos millonarios acabaron hechos a?icos (y, en algunos casos, en los tribunales) por culpa de sus infidelidades, dopaje o por haber bajado la guardia fumando marihuana en p¨²blico. Por el contrario, en el caso de las Kardashian, fueron las hermanas quienes se retiraron justo a tiempo de la que se iba a denominar la tarjeta Kardashian. Se trataba de una tarjeta de cr¨¦dito de Master Card destinada a la juventud y que en su d¨ªa se describi¨® como una bomba de relojer¨ªa, dada la cantidad de gastos de mantenci¨®n, intereses y comisiones en los que incurrir¨ªa su usuario sin darse cuenta.

Kim, Khloe y Kourtney Kardashian se quedaron as¨ª sin un negocio que podr¨ªa haberles otorgado entre 29 y 44 millones de euros. Pero no pareci¨® importarles. Tras ello, se embolsaron 18.000 euros por cada una de sus apariciones, de un par de horas, en las fiestas de presentaci¨®n en las que tanto el alquiler de su coche de lujo (1.400 euros) como el peinado y maquillaje (5.000 euros) fueron por cuenta de la casa. Este mismo tipo de pr¨¢cticas se ha adoptado en el campo de la moda. Aquellas que no cobran por ocupar uno de los asientos de primera fila en las grandes pasarelas, tambi¨¦n se llevan lo suyo por la cara. Lily Allen reconoci¨® que en agradecimiento por asistir a un pase de Yves Saint Laurent en Par¨ªs fue invitada a darse una vuelta por las instalaciones de esta casa de moda y sali¨® con m¨¢s de 6.000 euros de regalo en bolsos, ropa y otros objetos de la firma. Gwyneth Paltrow tambi¨¦n ha revelado en m¨¢s de una ocasi¨®n que lo que m¨¢s echa de menos de su carrera en el mundo del espect¨¢culo son los regalos. Por algo ser¨¢.
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