Todo el mundo quiere a Megan Montaner
Mientras levanta audiencias con 'Sin identidad', la serie del momento, la actriz se prepara para protagonizar toda gran promesa televisiva
?Puede una mujer volver locos simult¨¢neamente a tres hombres a la vez? S¨ª, si se llama Mar¨ªa, tiene las facciones f¨ªsicas de una oscense llamada Megan Montaner (Huesca), y es el objeto de deseo de su primo carnal Bruno (Miguel ?ngel Mu?oz), del protohacker Pablo (Eloy Azor¨ªn) y del abogado vigor¨¦xico Juan (Daniel Grao) en Sin identidad, la serie del momento que emite Antena 3. Y da la sensaci¨®n que todav¨ªa tendr¨ªa tiempo y fuerzas para m¨¢s, que entre flirteo y flirteo es capaz de vengarse de su familia y descubrir qui¨¦n es su verdadera madre. Porque as¨ª es Mar¨ªa, y as¨ª es Megan Montaner, joven actriz de extra?o recorrido.
Como sus personajes, lo de Megan ha sido una lucha continua. Cuando sus compa?eras de profesi¨®n saltaban a la fama por y para adolescentes, ella se zampaba 380 cap¨ªtulos de El secreto de Puente Viejo (Antena 3), serie destinada, en principio, a mam¨¢s y abuelas de tardes ociosas. Y, sin embargo, interpret¨® con tal convicci¨®n a Pepa Aguirre, la partera local, que no tardaron en pulular por Internet los club de fans, incansables seguidores de su admirada ma?ica.
Cuando sali¨® de la serie, lo hizo con tremendo estruendo y algo de pol¨¦mica (?fue por voracidad de la productora? ?Porque hab¨ªa algo m¨¢s que amistad con su compa?ero de reparto ?lex Gadea?). Una colaboraci¨®n m¨¢s tarde con Gran Hotel y vuelta a Puente Viejo este a?o, que se ve que lo echa tanto de menos como su productora. La serie la necesita porque es toda una estrella. Tantp es as¨ª que, cuando Antena 3 dio por fin luz verde a Tormenta, fue ella la que acapar¨® toda la lista de trending topics sin ser, ni de lejos, la principal protagonista.
Lo mejor est¨¢ por llegar
Nada hac¨ªa presagiar que esta chica que estudi¨® para maquilladora llegar¨ªa tan lejos cuando aterriz¨® en Madrid a la tierna edad de 18 a?os. Clases de interpretaci¨®n pagadas por trabajos que hoy est¨¢n m¨¢s buscados que la partida de nacimiento de Mar¨ªa: ligera de ropa como modelo de lencer¨ªa (m¨¢s terrenal que angelical) y running. Tuvo que ser duro para una mujer para la que ¡°las escenas de cama siempre son un poquito delicadas [¡]", como contaba a los compa?eros de la SER hace poco. "No te lo puedes ni imaginar, me pongo mal¨ªsima. Soy s¨²per pudorosa y, realmente, hasta V¨ªctor Ros no hab¨ªa tenido una escena un poco subida de tono. No apareces desnuda, porque siempre hay trucos como ponerte culottes, pero ponerte as¨ª delante de un equipo ¨Cpor reducido que sea¨C, sigue siendo algo que te genera inseguridad¡±.
El V¨ªctor Ros de la respuesta es su nuevo proyecto, que huele a triunfo desde los cr¨¦ditos: la adaptaci¨®n de las novelas de las exitosas novelas de Jer¨®nimo Tristante, tramas de ¨¦poca y uno de los m¨¢s reputados showrunners espa?oles, Javier Olivares (creador de Isabel), a los mandos. La guinda, claro est¨¢, la pone Megan interpretando a Lola la Valenciana, mujer de vida alegre y vestuario escaso, por necesidad y por exigencias del guion. Eso ser¨¢ pronto, en TVE (aunque ya se puede ver en Movistar), cuando Megan Montaner haya consumado su venganza¡ y se haya decidido por alguno de sus tres candidatos en Sin identidad. Y es que ella no puede remediar su atractivo. Como a Jessica Rabbit, la dibujaron as¨ª: ¡°Mar¨ªa es una chica bastante sencilla a pesar de lo que le rodea, es humilde y muy cari?osa").
Solo una nube se cierne sobre su futuro: la terrible prensa de colmillo retorcido, la misma que ha asfixiado a Hiba Abouk o Adrian Ugarte, sus predecesoras como chicas del momento en un a?o que est¨¢ siendo glorioso para la ficci¨®n espa?ola y, en especial, para sus actrices: ¡°No me da miedo, me da terror. El d¨ªa que tuvimos ese encuentro con la prensa en Sin identidad, casi me muero", se ha retorcido. "Cuando sal¨ª y vi ah¨ª a no s¨¦ cuant¨ªsimos periodistas y fot¨®grafos, no me lo pod¨ªa creer. ?Me asust¨¢is! A m¨ª me genera inseguridad: la c¨¢mara, la alcachofa¡¡±.
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