Pel¨¦: ¡°Los pol¨ªticos han propiciado que suframos siempre la miseria en Brasil¡±
A sus 74 a?os, el astro brasile?o sigue en el imaginario de los aficionados como el m¨¢s grande
En esa un tanto rid¨ªcula carrera por decidir qui¨¦n ha sido el mejor jugador de la Historia, Pel¨¦ y Maradona siguen en cabeza con Cruyff, Di St¨¦fano y ahora Messi a la espalda. Pero hay algo en lo que el brasile?o lleva clara ventaja sobre el resto. Aparte de la cifra r¨¦cord de 1.283 goles marcados en su carrera, destila un envidiable y sano esp¨ªritu deportivo. Lo primero que llama la atenci¨®n cuando uno se sienta ante el mito de Edson Arantes do Nascimento son los genes. La gloriosa combinaci¨®n que, pese a mostrarse un tanto trabado por una operaci¨®n de cadera reciente, hace que a sus 74 a?os conserve el pelo de un adolescente y el cutis de una estrella de cine. Despu¨¦s, su disposici¨®n. Eso le viene de otro componente constructivo en su vida: un ambiente en que, a pesar de pertenecer a la clase de los desheredados en la tierra, con una infancia en la que supo lo que era trabajar desde ni?o en su regi¨®n de Minas Gerais, fue lo suficiente h¨¢bil como para provechar su don ¨C¡°divino¡±, afirma ¨¦l¨C. No s¨®lo es que aquello lo viera pronto su padre, Dondinho, tambi¨¦n jugador profesional del Fluminense. Ayud¨® el hecho de haber sabido forjarse una nobleza intr¨ªnseca, cualidad que a cobijo de una madre obstinada, ayud¨® a dejarlo bien dispuesto para la cumbre.
Cuatro mundiales jug¨® despu¨¦s. Gan¨® tres. Adem¨¢s de 10 ligas, dos copas intercontinentales, otras dos Libertadores y cinco de Brasil. Desarroll¨® su carrera en el Santos, aprovech¨® unos a?os en Estados Unidos para jugar, ahorrar un buen dinero en el Cosmos neoyorquino y estudiar de cara a un futuro que sigui¨® sonri¨¦ndole incluso en pol¨ªtica, un ¨¢mbito en el que lleg¨® a ministro de Deportes con Fernando Henrique Cardoso como presidente. Quiz¨¢s por su transparencia sistem¨¢tica, nunca ha ocultado detalles de su vida, dejando que ¨¦stos, por muy escabrosos que fueran, sirvieran de ejemplo. Y, sobre todo, nunca ha renunciado a disfrutar de lo que ha labrado. ¡°Yo no busco que hablen bien de? m¨ª cuando me muera¡±, asegura Pel¨¦, ¡°ya he llorado de pena suficiente en esta vida, ahora s¨®lo quiero llorar de alegr¨ªa¡±. Cuando comience este pr¨®ximo Mundial en su pa¨ªs, tendr¨¢ quiz¨¢s ocasi¨®n de hacerlo. Mientras, en S?o Paulo, donde nos concedi¨® esta entrevista en mitad de unas jornadas sobre gesti¨®n deportiva organizadas por el Grupo Santander, despej¨® algunas dudas. ¡°De jugar hoy al f¨²tbol, lo har¨ªa en el Barcelona¡±, asegura. En cuanto a la carrera por su sucesi¨®n, para Pel¨¦, ¡°el mejor jugador de los ¨²ltimos 20 a?os, ha sido Zinedine Zidane¡±.
Hoy manda la preparaci¨®n f¨ªsica. antes primaba el espect¨¢culo. pero la emoci¨®n, que es la esencia, es la misma
Estar¨¢ usted deseando tocar la pelota en la inauguraci¨®n de este Mundial¡ Me parece que para el saque de honor van a probar algo nuevo con un mu?eco y un muchacho paral¨ªtico. La idea original era que ese muchacho me diera un pase, ser¨¢ bonito si finalmente se hace, pero no s¨¦ si el proyecto va a culminar porque est¨¢n preparando el robot. Aunque lo m¨¢s duro es el entrenamiento para el chico. Ojal¨¢ eso suponga una ilusi¨®n y una fuerza para mucha gente.
Y despu¨¦s, ?no le entrar¨¢n ganas de vestirse con la canarinha? Bueno, eso les ocurre a todos los deportistas. Est¨¦n o no en activo. El primer Mundial que tuvimos en Brasil, en el a?o 1950, yo ten¨ªa 10 a?os y lo escuch¨¦ por la radio. Emocionante, nos reun¨ªamos los amigos de mi padre y los m¨ªos, con los que jugaba en la calle.
?Era el tiempo en que, si uno no andaba por el campo, s¨®lo se imaginaba el f¨²tbol? Claro. Yo no jugu¨¦ aquel primero, era muy joven. Y ahora, para ¨¦ste, estoy muy viejo.
En medio, aunque no fuera en Brasil, disput¨® usted cuatro y gan¨® tres. En el primero, el psic¨®logo de su equipo no quer¨ªa que saltara al campo. ?Por qu¨¦? ?l cre¨ªa que yo era muy joven y no estaba preparado para aguantar la presi¨®n. La verdad es que no me enteraba. Ten¨ªa 17 a?os y s¨®lo pensaba en jugar. Tampoco me sent¨ªa muy responsable, los jugadores con m¨¢s experiencia estaban al mando: Didi, Dilton Santos, Gilmar. Ellos corr¨ªan con la carga. Para m¨ª, todo era una fiesta. Pero quer¨ªa, ante todo, jugar, y entonces el psic¨®logo no lo ve¨ªa. Se equivoc¨®, gracias a Dios.
Aquel psic¨®logo, quiz¨¢s, de lo que no se daba cuenta es de que para esto del f¨²tbol, sobre todo, hay que querer jugar con las ansias de un ni?o. ?Se est¨¢ perdiendo esa inocencia? Ahora es diferente. Hoy la preocupaci¨®n es la preparaci¨®n f¨ªsica; antes, principalmente, primaba el espect¨¢culo. Esa es la diferencia, pero la emoci¨®n que transmite el juego, que es su esencia, es la misma.
En aquel primer Mundial, fueron los grandes l¨ªderes del equipo los que s¨ª impusieron que usted estaba ya m¨¢s que preparado. ?Es ¨¦se el apoyo fundamental para dar alas, el de los compa?eros m¨¢s que el de los mandos? Hay que decir que cuando estuvimos preparando aquel Mundial, yo me lesion¨¦ un ligamento. Aun as¨ª, aunque no estaba muy fino, viaj¨¦ con el equipo. Pero durante los entrenamientos, Didi y Garrincha, pese a la preocupaci¨®n del entrenador, dijeron que estaba m¨¢s que listo para entrar en acci¨®n. El psic¨®logo lo que ve¨ªa era que al ser demasiado joven cab¨ªa el riesgo de que no pudiera soportar la presi¨®n y perjudicara al equipo.
Pero usted sab¨ªa mejor que nadie lo que era la presi¨®n. Un ni?o que se hab¨ªa ganado la vida como limpiabotas y al que su madre llev¨® ante la Virgen de la Aparecida para comentarle: ¡°Oc¨²pate t¨² de ¨¦ste, que yo no puedo m¨¢s¡±¡ Deb¨ªa ser un figura. Para m¨ª ya era un sue?o salir de Brasil. Imag¨ªnese. La gente nos dec¨ªa que nos dirig¨ªamos a otro mundo en vez de a otro pa¨ªs, ?ve la diferencia? Fue por eso que mi madre me llev¨® enfrente de la virgen y le pidi¨® que me acompa?ara y me protegiera, porque ella se sent¨ªa indefensa ante ese otro mundo. No hay que creer todo lo que se cuenta.
En cuesti¨®n de fe, usted gana. Bueno, siempre me he identificado como cat¨®lico. A pesar de haber viajado m¨¢s que mis parientes y haber conocido otras religiones.
?Qu¨¦ tiene que ver aquel Brasil cerrado con este que ya forma parte fundamental del mundo? Ahora es grande, muy grande. Primero por las comunicaciones. Hoy cuando vas a jugar contra alguien ya sabes qui¨¦nes son, los has estudiado, los conoces. Entonces no ten¨ªamos ni idea de qui¨¦nes eran los rivales. Casi todo el equipo de este Mundial juega fuera, en Europa, muchos son hasta amigos de sus contrincantes. Psicol¨®gicamente resulta muy diferente.
Pero dentro de aquel mundo cerrado tambi¨¦n les llegaban ofertas. Si usted no jug¨® en Espa?a fue porque no quiso. Madrid y Barcelona le quer¨ªan. S¨ª, pero yo estaba a gusto aqu¨ª, en mi equipo, en el Santos. Ten¨ªa propuestas para Espa?a y para el Milan, pero el Santos de entonces, junto al Real Madrid, eran los dos mejores equipos del mundo. No quise, estaba muy bien. Ah, y otra cosa tambi¨¦n. En nuestra ¨¦poca la plata no era tan importante ni tan abundante como ahora. Hoy no lo podr¨ªa rechazar.
Usted tampoco se puede quejar de no haber ganado bien, porque s¨ª que lo ha hecho. No, yo no me quejo, gracias a Dios. Hice dinero cuando me fui a Estados Unidos para promocionar all¨ª el f¨²tbol con el Cosmos. Tambi¨¦n aquello me sirvi¨® para estudiar marketing deportivo, porque entonces empezaba a plantearme mi futuro y mi carrera sin gran responsabilidad. Si me iba para Europa, tendr¨ªa que competir m¨¢s duro y no iba a tener tiempo de estudiar. Fue Kissinger quien me invit¨® a trasladarme a su pa¨ªs, ¨¦l adoraba el f¨²tbol, como alem¨¢n, y lo echaba de menos en Estados Unidos. Se le ocurri¨® que yo podr¨ªa aportar mucho dando clases y jugando. Fue una experiencia que result¨® muy provechosa.
Por m¨¢s que nos empe?emos en hacer con el f¨²tbol grande este pa¨ªs, los gobiernos siguen siendo corruptos
Imagino que es mucho m¨¢s dif¨ªcil ser Pel¨¦ despu¨¦s de su vida profesional. Durante toda su carrera ha sido un referente. Y el partido que jug¨® despu¨¦s de retirarse era para permanecer en la historia de su deporte como el mejor. ?Es m¨¢s dura la lucha por mantenerse en ese puesto que por ser alineado? La responsabilidad por mantenerse ah¨ª se impone.?
Y adem¨¢s est¨¢ el pique ese entre usted y Maradona. ?Acabar¨¢? Bueno, ahora es con Maradona, antes con Di St¨¦fano. La gente siempre hace la comparaci¨®n. Pero con respecto a Maradona, hay cuestiones de principio, somos humanos y todos podemos cometer errores. Lo m¨¢s dif¨ªcil es procurar no decepcionar a la gente. Hay muchos j¨®venes que nos admiran, que nos siguen, y yo pido a Dios que me ayude para no defraudar a esta gente.
Parece usted, en esa batalla, un poco por encima. A Maradona, ?no le pierde a veces esa obsesi¨®n por reivindicarse frente a usted como el n¨²mero uno de la historia? ?Qu¨¦ ocurre? Pues mire, algo que parece un chiste, pero es verdad. Por coincidencia, si repasamos la historia, siempre se me ha comparado con los argentinos, porque con los europeos como Beckenbauer, Cruyff, Best, no me ocurr¨ªa. Pero con los argentinos¡ Primero, Di St¨¦fano; aquello pas¨® y sali¨® despu¨¦s S¨ªvori, del que ya se han olvidado casi todos; luego vino Maradona, y ahora est¨¢n empezando con Messi. Yo propongo algo: primero ustedes decidan qui¨¦n ha sido el mejor en Argentina. Cuando lo sepan, despu¨¦s vamos a ver qui¨¦n es el mejor del mundo.
Que hagan la criba, ?no? Tengo muchos amigos argentinos y les tomo el pelo con eso.
Es verdad que usted trata de no decepcionar a nadie y tiende a contar todo sobre su vida, en pel¨ªculas y biograf¨ªas. Desde una primera experiencia sexual con un hombre a los hijos leg¨ªtimos e ileg¨ªtimos. Hay mucho que se inventan los periodistas y no puedes rebatir, si te peleas con ellos es peor. Pero yo calculo que el 80% de lo que se dice sobre m¨ª es verdad.
Bueno, lo que demuestra con eso es cierta sabidur¨ªa vital y apertura de mente. A veces, cuando doy entrevistas y sostengo opiniones pol¨ªticas, se tergiversan. De pol¨ªtica no me gusta hablar, lo que no significa que no me interese lo que ocurre en mi pa¨ªs. Lo ¨²ltimo vino cuando salt¨¦ por las cr¨ªticas que se hac¨ªan al Mundial. Se hab¨ªan producido muchas manifestaciones porque en la construcci¨®n de los estadios sobrepasaron los presupuestos. Dije que los jugadores de la selecci¨®n no tienen la culpa de que contemos con pol¨ªticos corruptos. Al contrario. El f¨²tbol es lo que mejor nos promueve con nuestras cinco copas del mundo. No se entendi¨®, me atacaron por criticar las manifestaciones, insisto, ?qu¨¦ culpa tienen los jugadores?
La ¨²ltima no ha sido ¨¦sa. La ¨²ltima vino por lo que afirm¨® respecto a la muerte de un trabajador en las obras de un estadio. ?Tambi¨¦n le malinterpretaron? ?No demostr¨® usted poca sensibilidad? Bueno, todo el mundo me conoce. Yo dije que, desgraciadamente, son cosas que pueden ocurrir. Todos los d¨ªas nos encontramos tres o cuatro muertos por accidentes de autom¨®vil en S?o Paulo, ?qu¨¦ podemos hacer? No tiene nada que ver con que tenga o no sensibilidad. El muchacho cay¨®. El f¨²tbol no tiene la culpa.
?La improvisaci¨®n, quiz¨¢s? La falta de seguridad, s¨ª. Ese fue un caso, pero y los asaltos, los cr¨ªmenes, ?tambi¨¦n se los vamos a achacar al f¨²tbol? No pueden echarme en cara falta de sensibilidad. Cuando la muestro tambi¨¦n critican. Cuando met¨ª un gol en Maracan¨¢ y quise llamar la atenci¨®n del Gobierno para que se ocupara m¨¢s de la educaci¨®n de los ni?os me echaron en cara demagogia. Bueno, ya estoy acostumbrado.
Insistamos en lo que a algunos les va a parecer demagogia. Con este crecimiento y bum brasile?o, ?qu¨¦ o a qui¨¦n est¨¢n olvidando los pol¨ªticos? ?M¨¢s justicia social? A los de siempre. Claro. Un pa¨ªs que tiene lo mejor: minerales, bienes naturales¡ Y los pol¨ªticos han propiciado que suframos siempre de hambre y miseria. La corrupci¨®n es grande. Tenemos esc¨¢ndalos ahora como el de la petrolera Petrobras. Por m¨¢s que nos empe?emos en hacer con el f¨²tbol a este pa¨ªs grande, los Gobiernos siguen siendo corruptos.
Hombre, y algunos personajes dentro de ese mundo tambi¨¦n, quienes propician casos como el de Neymar y su fichaje. ?Se libran ¨¦stos? Siguen siendo casos aislados. Tenga en cuenta que a esto se juega en todo el planeta y se dan menos casos que en otros terrenos. Esos ejemplos no deben ensuciar los de millones de jugadores en todo el mundo. En la pol¨ªtica, los problemas son m¨¢s graves.
Viendo los ¨²ltimos partidos de la Champions League en Europa, imaginaba a Pel¨¦ ah¨ª y pensaba lo que ha cambiado el f¨²tbol. ?Se adaptar¨ªa a este juego f¨ªsico de fieras programadas casi como robots? Hay que diferenciar el don, el talento, tanto para jugar al f¨²tbol como para ser piloto o ingeniero. Es un regalo de Dios. Si ahora jugase, me tocar¨ªa prepararme f¨ªsicamente como lo hacen ellos, pero tambi¨¦n ser¨ªa el mejor. Porque Dios me habr¨ªa proporcionado ese don. Entrenar¨ªa duro, pero ser¨ªa igual. Es como si le preguntaran a Beethoven qu¨¦ tipo de m¨²sica har¨ªa en otra ¨¦poca, pues alguna con el mismo genio, pero otras herramientas, ?no? P
Pel¨¦
(Tres Corazones, 1940) es el apodo de Edson Arantes do Nascimento, para muchos el mejor jugador de f¨²tbol de la Historia con tres mundiales a sus espaldas ganados por Brasil y 1.283 goles, la mayor cifra de un profesional. Debut¨® en 1956 jugando con el Santos contra el Corinthians y colg¨® las botas primero en 1970 tras lograr un Mundial en M¨¦xico donde derrot¨® en la final a Italia con dos goles suyos. Pero retom¨® su actividad como futbolista jugando con el Cosmos en Nueva York entre 1974 y 1977. A partir de entonces, ha desarrollado labores como comentarista deportivo, empresario y ministro de Deporte en su pa¨ªs. Desde 2011 es embajador extraordinario para el Mundial que se celebra este mes.
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