Ingenier¨ªa de precios
Saber en qu¨¦ momento hay que comprar un billete de avi¨®n puede ahorrar un pu?ado de euros. Pero no hay trucos infalibles
Cuenta una leyenda urbana, posiblemente originada en un estudio publicado hace unos a?os por The Wall Street Journal, que los martes es m¨¢s barato comprar los billetes de avi¨®n en Internet. La teor¨ªa tambi¨¦n la da por buena la revista Smarter Lifestyles despu¨¦s de hacer una encuesta a varias agencias de viajes. Al parecer, muchas aerol¨ªneas actualizan sus sistemas de reserva el martes a las siete de la ma?ana, horario de Greenwich. Se supone que es el d¨ªa de menos tr¨¢fico porque la gente suele comprar sus vuelos los fines de semana. Otra explicaci¨®n apunta a que las grandes aerol¨ªneas publican sus ofertas a inicios de semana y el resto de las compa?¨ªas van detr¨¢s para tener precios competitivos. Es decir, el martes es el d¨ªa en que todas bajan precios. O no.
Seg¨²n Seth Kugel, bloguero de The New York Times y autor del blog The frugal traveller, todo lo anterior es informaci¨®n caducada. O al menos incompleta, porque Kugel asegura que habr¨ªa que cruzar otras variantes m¨¢s complicadas que un d¨ªa de la semana.
La ingenier¨ªa de datos ha revelado en varios estudios c¨®mo cruzar los n¨²meros para beneficiarnos a la hora de comprar un billete. Pero los trucos no son infalibles, entre otras cosas, porque cambian con bastante frecuencia. Es la vieja historia de que cuando sab¨ªa la respuesta, cambiaron la pregunta.
Nuestros h¨¢bitos de compra nos delatan. Hay sistemas automatizados de rastreo del n¨²mero IP de nuestro ordenador, reconociendo cuando revisamos una oferta por segunda vez
Una de las pr¨¢cticas m¨¢s irregulares, y que al menos en Francia se est¨¢ investigando en serio, tiene que ver con el hecho de que la segunda vez que uno entra a ver una oferta en la misma web, el precio ya ha subido o, si no, aparece al lado del billete que interesa una advertencia generadora de ansiedad: ¡°Solo quedan dos plazas¡±. A veces, solo una. Tendr¨ªa usted que tener una mente muy fr¨ªa para no tirar de la visa en ese mismo instante.
Se habla de ¡®cookies¡¯ delatoras de nues?tros h¨¢bitos de compra y de un sistema automatizado de rastreo que detecta el n¨²mero IP del ordenador y lo reconoce cuando se revisa la oferta por segunda vez. El sistema entiende que, si uno insiste en lo mismo, est¨¢ interesado y sube un poco m¨¢s el precio. De esa manera env¨ªa un mensaje claro: compre ahora o la pr¨®xima vez el billete ser¨¢ a¨²n m¨¢s caro. Las asociaciones de consumidores de todo el mundo han protestado por este espionaje de dudosa legalidad y aconsejan que, para evitar la identificaci¨®n del n¨²mero IP, se realicen las b¨²squedas desde distintos dispositivos y conexiones de Internet.
Pero lo que se acerca m¨¢s a la realidad, al menos a la cambiante realidad de Internet, son los informes del cient¨ªfico de datos Patrick Surry (@patricksurry), responsable de los llamados informes Hopper sobre c¨®mo reducir los costes de los billetes que se emiten desde Estados Unidos, y que probablemente sea extrapolable a otros mercados. Adem¨¢s de su dominio del big data, el gran m¨¦rito de los informes es su naturaleza el¨¢stica y adaptable a las circunstancias de cada viajero. Su precisi¨®n es capaz de detectar, por ejemplo, si usted entra a comprar a una web con las ideas claras o si a¨²n est¨¢ dudando sobre su destino. La totalidad de los informes se pueden consultar en la web www.hopper.com/research, y conviene hacerlo con frecuencia porque la realidad de los precios de los billetes de avi¨®n en Internet es cualquier cosa menos una foto fija. El propio Patrick Surry desgrana en su cuenta de Twitter las novedades y nuevas pr¨¢cticas que va encontrando sobre la marcha.
Si confiamos en los datos Hopper, no es tan f¨¢cil determinar cu¨¢ndo comprar y cu¨¢ndo volar si el objetivo es bajar el presupuesto. En lugar del martes, la compa?¨ªa propone el jueves como el d¨ªa m¨¢s barato (en Estados Unidos), pero advierte de que el ahorro es peque?o, alrededor de diez euros, si se compra un jueves en lugar de un s¨¢bado que, seg¨²n todos los estudios, es el peor momento. Para casi todos los destinos, los fines de semana son malos d¨ªas para adquirir un billete. Los datos Hooper y el estudio de Skyscanner coinciden en que comprar con tiempo es m¨¢s barato que hacerlo a ¨²ltima hora, una creencia err¨®nea que sostienen el 65% de los viajeros espa?oles seg¨²n Skyscanner, que recomienda comprar siete semanas antes de la fecha del viaje. Los datos Hooper creen que se pueden conseguir gangas hasta 15 d¨ªas antes del viaje, porque a partir del d¨ªa 14?, aseguran, los precios pueden subir hasta un 29%.
Cifras similares ofrece CheapAir, que, despu¨¦s de estudiar su base de datos de 1.300 millones de precios de billetes, sugiere que hay una horquilla de entre 29 y 104 d¨ªas antes de volar en la que los precios son m¨¢s bajos. Concretamente, dos meses antes del viaje ser¨ªa el mejor momento para comprar. Trece d¨ªas antes, advierte la aerol¨ªnea, los precios se disparan.
M¨¢s importante le parece a Patrick Surry d¨®nde se viaja para ajustar los presupuestos. La recomendaci¨®n m¨¢s interesante, y que probablemente nos valdr¨ªa si viaj¨¢ramos en sentido contrario, es comprar el vuelo intercontinental hasta una ciudad de costa y no viajar directamente al interior del continente. Por ejemplo, si quieres volar a Par¨ªs desde Nueva York, recomienda reservar un billete Nueva York-Lisboa y, una vez en la capital portuguesa, comprar un billete barato a Par¨ªs. Con esta estrategia se ahorrar¨ªan cerca de 150 euros por billete. Lo que han comprobado en su cruce de datos es que si los vuelos transoce¨¢nicos entran al interior de un continente, se encarecen considerablemente.
Sostiene Skyscanner que el 73% de los espa?oles no compran sus billetes en el mejor momento, que es, seg¨²n sus propias pesquisas, en mayo, un mes en el que se podr¨ªan ahorrar hasta el 15%. Por su lado, Patrick Surry sugiere que no es tan f¨¢cil dar con una f¨®rmula fija porque todo puede cambiar en muy poco tiempo. ¡°La pol¨ªtica de precios es opaca, y los consumidores y las aerol¨ªneas hacen sus propias reglas a partir de la experiencia acumulada de otras compras¡±. Una muestra bastante clara de para qu¨¦ sirven los datos y el rastro que vamos dejando en Internet.
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