Manos quietas
Artur Mas e I?igo Urkullu no aplaudieron al nuevo Rey en su proclamaci¨®n ante las Cortes Generales
En la televisi¨®n no se vio, pero testigos presenciales en el Congreso de los Diputados dicen que vieron aplaudir levemente a los presidentes de Catalu?a y de Euskadi en el acto en el que Felipe VI jur¨® cumplir la Constituci¨®n como Jefe de Estado a t¨ªtulo de Rey. Bueno, en la tele no se les vio aplaudir a los se?ores Mas y Urkullu, al menos no se les vio aplaudir el discurso real, aunque en algunos pasajes (cuando los presentes aplaudieron a la reina Sof¨ªa, desde ahora la Reina madre) contemplamos c¨®mo bat¨ªan palmas.
Nos fijamos mucho en estas cosas porque, como cantaba Raimon, del hombre (y de la mujer) siempre hay que mirar las manos. Las manos dicen tanto como la mirada, sobre todo en celebraciones de esta naturaleza. Por eso los ojos se nos van a las manos, y las de Urkullu y Mas eran esta vez un objetivo natural de los ojos.
Aplaudir es como saludar. Despu¨¦s de no haber aplaudido el discurso del Monarca, sin embargo, los dos presidentes auton¨®micos m¨¢s esperados en la sala fueron los que con mayor detenimiento charlaron con los Reyes. El m¨ªo, el de Canarias, Paulino Rivero, asimismo nacionalista, habl¨® un rato, imagino que invit¨¢ndolos a las islas, adonde don Juan Carlos I fue muchas veces. El partido de Rivero hizo como CiU y como el PNV, se abstuvo en el debate de la abdicaci¨®n; en este caso, la tele no se fij¨® en sus manos, pero conociendo al presidente canario no me lo imagino regate¨¢ndole al Rey un aplauso.
Aplaudir al otro al que has ido a ver es una de las razones para encontrarlo
De modo que el objetivo de las miradas eran Mas y Urkullu. Y no aplaudieron el discurso, o al menos no consta. Se entiende perfectamente por qu¨¦: igual que se abstuvieron sus partidos de darle el pl¨¢cet a la marcha del Rey antiguo, le hurtan su aceptaci¨®n al discurso del Monarca nuevo. En este ¨²ltimo caso se comprende menos el recato, porque el nuevo Rey de Espa?a no dijo una sola cosa, dijo muchas, y es poco probable que estuvieran en desacuerdo en todas. Por ejemplo, habl¨® del paro, de Am¨¦rica Latina, de los pa¨ªses ¨¢rabes, de la historia. Habl¨® de lo que nos ha pasado, de los tiempos oscuros y de los buenos tiempos; nombr¨® a cuatro poetas: Aresti, vasco; Espriu, catal¨¢n; Castelao, gallego; Antonio Machado, espa?ol. As¨ª pues, dijo tantas cosas, incluso se despidi¨® en las cuatro lenguas (en catal¨¢n me pareci¨® que hablaba con Mas, como la Reina), que es imposible explicarse que no aplaudieran al menos algunas de ellas; es decir, que no mostraran de esa manera manual sus acuerdos parciales. Tan solo aplaudieron, que se viera, cuando el Rey habl¨® de su madre. ?S¨®lo eso merec¨ªa aplausos?
Bueno, pues ellos juzgaron que s¨ª, y ah¨ª lo han dejado para la historia e imagino que tambi¨¦n para la actualidad de sus propios conciudadanos. Pues tendr¨ªan que haberlo pensado mejor: aplaudir al otro al que has ido a ver es una de las razones para encontrarlo. En estas celebraciones tan solemnes se aplaude sobre todo para decir que se ha escuchado, que se ha tomado nota. Es como responder una carta, un e-mail o un whatsapp. T¨² no dices que est¨¢s de acuerdo en todo. Ah¨ª tienen a la heredera y a su hermana, que aplaudieron hasta cuando se refer¨ªan a ellas. Lo que quer¨ªan decir era que estaban escuchando; y eso mismo ten¨ªan que haber hecho Mas y Urkullu, decir que estaban escuchando. Porque, adem¨¢s, mucho de lo que dijo Felipe VI seguro que ellos lo dir¨ªan tambi¨¦n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.