S¨ªmbolos
En los ¨²ltimos tiempos estos tres cerebros de los espa?oles han sido excitados con fuertes est¨ªmulos
Bajo la b¨®veda del cr¨¢neo nos bulle una sopa muy espesa formada por nuestros tres cerebros: el reptiliano, el l¨ªmbico y el neoc¨®rtex, cada uno con una misi¨®n espec¨ªfica. El reptiliano gobierna el instinto b¨¢sico del hambre, la sed, el sexo y adem¨¢s marca nuestro territorio, una querencia irresistible, que hemos heredado directamente de los reptiles; en el l¨ªmbico se asientan las emociones, sentimientos, terrores, s¨ªmbolos y creencias, que en alguna medida compartimos con los mam¨ªferos superiores; el neoc¨®rtex, ¨²ltimo en desarrollarse, rige la inteligencia y realmente es el que nos convierte en seres libres y planetarios. Somos animales territoriales en cuanto todav¨ªa somos un poco reptiles. Los predadores marcan las fronteras de su naci¨®n con orina y dentro de ese espacio se sienten reyes. Los animales racionales usamos ca?ones, himnos y banderas independentistas. En los ¨²ltimos tiempos estos tres cerebros de los espa?oles han sido excitados con fuertes est¨ªmulos. Hace cuatro a?os nuestra selecci¨®n de f¨²tbol gan¨® la copa del mundo en Sud¨¢frica. Hubo desfiles delirantes seg¨²n el ritual de conquista. Poco despu¨¦s el rey Juan Carlos se quebr¨® la cadera en Botsuana durante una matanza de elefantes y tuvo que pedir perd¨®n apoyado en unas muletas. Su imagen qued¨® tambi¨¦n definitivamente quebrantada. Ahora la historia acaba de virar en redondo. Ha sido la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol la que ha sufrido una humillante derrota en Brasil y su lloroso capit¨¢n ha tenido que pedir perd¨®n, mientras el sucesor de Juan Carlos, el rey Felipe VI, siguiendo los rituales de la proclamaci¨®n, desfilaba triunfalmente en Rolls-Royce por las calles de Madrid bajo la profusi¨®n de colores de una bandera nacional pol¨ªticamente enaltecida y deportivamente derrotada. El neoc¨®rtex, asiento de la raz¨®n republicana, ha quedado al margen. No ha sido invitado a esta fiesta.
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