?Qu¨¦ so?aba Jagger cuando so?aba con Richards?
Las dos estrellas de los Rolling han vuelto a tener que reconciliarse para poder emprender una nueva gira
Hay algo en lo que todos nos parecemos al bi¨®grafo de Mick Jagger: ¨¦l tampoco sabe qui¨¦n es. La ¨²nica diferencia es que nosotros no hemos escrito un libro de 600 p¨¢ginas, reci¨¦n publicado en Espa?a por la editorial Anagrama, para explicarlo. El autor, Philip Norman, famoso antes de esto por sus obras acerca de los Beatles y John Lennon, recuerda a un salm¨®n tratando de remontar un r¨ªo de aguas furiosas, porque su personaje lleva 50 a?os intentando borrar sus huellas y d¨¢ndoles un ¡°no lo recuerdo¡± por respuesta a quienes tratan de indagar en su vida, sobre todo cuando tratan de hundir sus palas de desenterradores en la tierra que cubre a Brian Jones, el fundador de la banda, que muri¨® ahogado en su piscina al poco de haber sido despedido por sus compa?eros; al joven asesinado por los ?ngeles del Infierno que se encargaban de la seguridad del grupo en el c¨¦lebre concierto de Altamont; o, m¨¢s recientemente, a su novia durante muchos a?os, la dise?adora suicida L¡¯Wren Scott. ?Qui¨¦n es Mick Jagger, ese artista genial que ¡°no deja de estar en un escenario ni cuando baja al sal¨®n en pijama¡±, y al que su otra mitad, Keith Richards, defini¨® en sus memorias como un divo egoc¨¦ntrico y megal¨®mano ¡°que empez¨® a ponerse insoportable a principios de los ochenta y desde entonces no ha parado¡±? Desde luego, alguien con un esp¨ªritu de superaci¨®n envidiable que, para empezar, tuvo que sobreponerse a la nota de rechazo que les remiti¨® la compa?¨ªa Decca cuando enviaron all¨ª sus primeras grabaciones: ¡°El grupo es bueno, pero con ese cantante nunca llegar¨¦is a nada¡±. El lince que hizo ese veredicto hab¨ªa rechazado un par de a?os antes a los Beatles.
Ahora los Rolling Stones, ese quinteto formado por Jagger y Richards en el que, seg¨²n su cantante, ¡°ellos dos lo hacen todo y de vez en cuando dejan que Ronnie Wood mande unos faxes¡±, vuelven a Espa?a, el lugar donde los padres de Jagger le compraron su primer instrumento musical, una guitarra, durante unas vacaciones en nuestro pa¨ªs, despu¨¦s de que sus dos estrellas hayan vuelto a tener que reconciliarse para poder emprender una nueva gira. No ha sido f¨¢cil, despu¨¦s de que Richards contase en sus memorias, publicadas hace cuatro a?os, que s¨®lo se hablan una vez al a?o por tel¨¦fono y s¨®lo se miran cuando est¨¢n sobre el escenario; que ninguno de los dos pisa el camerino del otro desde hace dos d¨¦cadas, y que en su d¨ªa se acost¨® con la novia de su glimmer twin, como se llaman entre ellos, porque cre¨ªa que ¨¦l se hab¨ªa liado con la suya, Anita Pallenberg. Pobre Marianne Faithfull, que, seg¨²n Philip Norman, en aquel ambiente ¡°siempre estuvo tan fuera de lugar como una amatista en un cuenco de palomitas¡±. Tras leer la autobiograf¨ªa de Richards, donde ¨¦ste asegura que a veces, cuando est¨¢ con ¨¦l, se pregunta ¡°d¨®nde habr¨¢ ido a parar su amigo¡±, Jagger mont¨® en c¨®lera y se pregunt¨® en voz alta si alguien pod¨ªa imaginarse ¡°lo dif¨ªcil que resulta dar un concierto con un m¨²sico drogado, que acaba de pasar 10 d¨ªas en la c¨¢rcel y lleva una pistola cargada metida en la bota¡±.
Como lo era en gran parte el libro de Keith Richards, esta apasionante biograf¨ªa de Philip Norman es, por encima de todo, un relato de la incre¨ªble relaci¨®n de estos dos seres geniales que lideran, uno dos pasos por detr¨¢s del otro a la hora de interpretar sus canciones, pero a su altura a la hora de escribirlas, los Rolling Stones. ¡°Mick siempre ha sido como mi hermano, lo quiero y estoy conmocionado por ¨¦l¡±, declar¨® Richards al hacerse p¨²blico el fallecimiento de L¡¯Wren Scott. Marianne Faithfull cont¨® en su d¨ªa que Jagger le hab¨ªa confesado que ten¨ªa algunas fantas¨ªas er¨®ticas con Richards. Da igual, nada de eso va a hacer peores sus mejores discos. Pero a todos sus seguidores les gustar¨¢ meterse donde no deben, y ahora pueden hacerlo gracias al libro de Philip Norman.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.