Decisi¨®n razonable
La aprobaci¨®n del aforamiento del rey Juan Carlos genera confusi¨®n y falla en la forma
La modificaci¨®n aprobada ayer en el Congreso de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial (LOPJ) ha generado una gran confusi¨®n. Se trata de incluir con car¨¢cter general, entre las personas aforadas, al Rey que ha abdicado, as¨ª como a su esposa, a la Reina consorte (o, en su caso, el consorte de la Reina) y a los pr¨ªncipes de Asturias. En la actualidad, esta modificaci¨®n afecta a don Juan Carlos, a do?a Sof¨ªa, a la reina Leticia y a la princesa Leonor. Las razones de la confusi¨®n han sido tanto el concepto de aforado como el fondo y la forma de la medida.
El aforamiento es una prerrogativa procesal ¡ªno un privilegio¡ª seg¨²n la cual determinadas personas, por la funci¨®n o el cargo que desempe?an, deben ser inculpadas, procesadas y enjuiciadas por ¨®rganos jurisdiccionales de rango superior al que les corresponder¨ªan como simples ciudadanos. La prerrogativa del aforamiento es discutible, m¨¢s todav¨ªa el desmesurado n¨²mero de aforados que hay en Espa?a. Ahora bien, los aforados son procesados y juzgados seg¨²n las mismas leyes que los dem¨¢s y, por supuesto, pueden ser inculpados y condenados. Aforamiento no es inmunidad ni inviolabilidad. Simplemente, el juez establecido para los aforados no es el mismo que la ley predetermina para el resto de ciudadanos: es una excepci¨®n al juez competente, no a las leyes sustantivas aplicables.
Dando esto por sentado, en segundo lugar, la cuesti¨®n de fondo ofrece pocas dudas: debido a las funciones que desempe?an o han desempe?ado, es perfectamente razonable que las personas afectadas est¨¦n aforadas; desde luego, mucho m¨¢s razonable que la mayor¨ªa de los cerca de 10.000 aforados que hay en Espa?a. En cambio, en tercer lugar, el procedimiento parlamentario escogido ¡ªen aras de la rapidez¡ª es discutible aunque se haya utilizado en otras ocasiones.
Por eso sorprende la abstenci¨®n del grupo socialista en la votaci¨®n final. Estando de acuerdo en la cuesti¨®n de fondo ¡ªla necesidad del aforamiento¡ª, no es muy comprensible que un partido con aspiraciones y probabilidades de gobernar alegue cuestiones de forma para situarse en una especie de limbo pol¨ªtico en el que ni muestra firmeza republicana ni lealtad a una de las piezas clave del pacto constitucional sino m¨¢s bien desorientaci¨®n respecto de sus propias posiciones y acomplejamiento ante otros partidos situados a su izquierda que se definen como republicanos.
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